Elisa Loncón Antileo
 
Por Cecilia Bartholin y Claudio Rojas, desde Chile-5 de julio de 2021

Un par de semanas antes de la instalación de la nueva y electa Convención Constitucional, el gobierno había dicho que tiene la tarea de organizar el acto y decidir quién hará de anfitrión, y según había trascendido en los medios, el nombre que más consenso generó en el círculo del presidente Sebastián Piñera, fue el del presidente de la Corte Suprema, Guillermo Silva; tras lo cual se reunieron una cantidad no menor de convencionales electos (84), en la “Vocería de los Pueblos”, para determinar ellos cómo querían que fuera esta instalación. La primera decisión que adoptaron es que no querían la intervención de los poderes constituídos, pues carecen de legitimidad. Entre los constituyentes hay muchos abogados constitucionalistas, que saben que no se puede limitar el poder soberano del pueblo (con la ley 21.200 generada en el acuerdo del 15 de noviembre de 2019, que buscó poner limitaciones a la Convención, pero que según muchos letrados, sería inconstitucional) obtenido en un plebiscito popular, tal como indica la actual carta magna. Esta es una primera señal.  

Durante la instauración de la Convención el día de ayer, donde se eligió la directiva, se comenzó al interior del ex Congreso con el protocolo de la entonación del Himno Nacional, a lo que los convencionales de los pueblos originarios se manifestaron con pifias. Esa interrupción dio paso a la intervención de los convencionales de la lista del pueblo que comenzaron a demandar el cese de la ceremonia mientras se siguiera reprimiendo a los ciudadanos en las calles, pues hoy el pueblo se movilizó en las calles. Varios convencionales salieron a la calle a manifestar su desacuerdo con la violencia policial, gesto que manifiesta su compromiso con el pueblo movilizado y que hace pensar que seguirán fieles a la voluntad popular. Otra señal.

La interrupción del “normal” funcionamiento de esta ceremonia republicana, deja en pie la esperanza en que este proceso democrático no será interrumpido por los operadores políticos mientras el pueblo siga atento y vigilante, frente a los intentos de la derecha y los empresarios, que buscarán de cualquier forma entorpecer, pues su desempeño les produce colitis.

No se está reconstituyendo la República, pero sí forjando la democracia de esas mayorías maltratadas e invisibilizadas, que sin duda son los protagonistas de la historia de nuestro pueblo.

Para comenzar, se habló como primera tarea y materia pendiente, la liberación de los presos políticos y el juicio a la violación de los derechos humanos cometidos durante la recuperación de la democracia popular que desafía la democracia representativa que se quedó líquida y vacía.

La elección de Elisa Loncón Antileo, como presidente de la Convención que representa al pueblo mapuche tan perseguido por siglos y muy especialmente en los últimos años es un hecho de la mayor relevancia. Fue emocionante verla en la testera junto a la Machi Francisca Linconao, tan injustamente perseguida y condenada dos veces sin pruebas. Además, en su reflexión habla de un país plurinacional, pluricultural; donde todos estén representados. Habla además de la petición que se hará desde la convención para un indulto de los presos políticos de la revuelta o rebelión de octubre de 2019 y de los presos políticos mapuches. Ella también hace causa común con lo que pasan otros pueblos originarios en otros países, mencionando lo descubierto en Canadá hace poco. Este hecho habla definitivamente de la construcción de un nuevo Chile.  

Se está estableciendo una convención constitucional, que no quiere someterse a ningún poder más que el que le otorgó el soberano, tiene un leve olor a asamblea constituyente, ojalá así sea.

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*Elisa Loncón durante la suspensión de ceremonia de inauguración 

https://youtu.be/A2Dq49ZMRuM

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*Foto de portada: Twitter

*Video: Discurso de Elisa Loncón Antileo en la inauguración de la Convención Constitucional