El aparato militar norteamericano al servicio de la lógica sionista
Por Andrés Volpe, desde Argentina-20 de mayo de 2021

Si intentamos buscar una explicación de esta debacle genocida contra Palestina, de este odio en demasía, de tanta violencia aparentemente sin sentido, obviando la clara intención de ocupación territorial, debemos hurgar en la génesis del Estado de Israel y sobre los detractores de las ideas que estaban empezando a calar profundo en Oriente Medio y más aún en Occidente.

El “Partido de la Libertad” y su líder, Menajem Begin fueron duramente criticados por los judíos intelectuales con motivo de la visita de Begin a Nueva York en una carta abierta al New York Times el 4 de diciembre de 1948. La carta condena al Herut (Libertad) y lo comparan a los partidos nazi y fascista como un partido terrorista. La carta que fue firmada por más de una docena de personalidades como Albert Einstein, Hannah Arendt, Isidoro Abramowitz y Sidney Hook. Parte de esa carta decía lo siguiente:

"Entre los fenómenos políticos más inquietantes de nuestra época tenemos, en el Estado de nueva creación de Israel, la aparición del 'Partido de la Libertad', un partido político con un enorme parecido en cuanto a su organización, métodos, filosofía política y planteamientos sociales, a los partidos nazi y fascista”.

“La actual visita del jefe de esta agrupación, Menajem Begin, a Estados Unidos, obviamente se ha calculado para dar la impresión de un apoyo estadounidense a su partido para las próximas elecciones israelíes y para cimentar vínculos políticos con los elementos sionistas conservadores de Estados Unidos. Muchos estadounidenses de reputación nacional han prestado sus nombres para acoger esta visita”.

“Antes de que las contribuciones económicas y las manifestaciones públicas de apoyo a Begin causen daños irreparables y antes de dar en Palestina la impresión de que una gran parte de Estados Unidos apoya a los elementos fascistas de Israel, el público estadounidense tiene que estar informado del pasado y los objetivos de Begin y su movimiento. De sus acciones pasadas podemos deducir lo que puede hacer en el futuro”.

Y el futuro llegó, y dicha advertencia no fue escuchada. Actualmente el Herut deriva en el partido Likud, cuyo principal representante es el viejo y querido Benjamin Netanyahu.

Hasta tal punto fue consolidado el espíritu de Begin en Norteamérica que podemos evidenciarlo en un discurso de Joe Biden, recogiendo la posta en el Senado de Estados Unidos en 1986, afirmando ante la exultación de los presentes:

“Creo que es hora de que aquellos que apoyamos a Israel, como muchos hacemos, dejemos de disculparnos por hacerlo. No hay nada de lo que disculparse. Nada. Son los 3000 millones de dólares mejor invertidos. Si Israel no existiera, EEUU debería inventar Israel para proteger sus intereses en la región”.

La inversión a la que hace referencia Biden, son del apoyo económico estadounidense que ronda los 3.000 millones de dólares al año (en su mayoría con fines militares) y que ha convertido a Israel en el mayor receptor de asistencia estadounidense acumulada desde la Segunda Guerra Mundial.

Por si queda alguna duda de este sincericidio, tengamos bien en cuenta que fue el propio Biden que se definió como sionista en noviembre del año 2016 en el Congreso Mundial Judío celebrado en Nueva York, donde recibió una mención. Puntualmente dijo:“soy sionista, pero para eso no se necesita ser judío”; esofue en el marco de su conferencia donde abordó el cómo serían las relaciones entre Estados Unidos e Israel bajo lo que sería en ese entonces la presidencia de Donald Trump.

El amor de la Casa Blanca por el proyecto Israelí continuó su curso, Biden siguió la jugada, y a tal punto lo hizo, que llamó la atención de la prensa israelí que cubrió ampliamente la abundancia de funcionarios de origen judío en el Gabinete del flamante presidente.

Tras asumir el cargo el 20 de enero, el ahora presidente, nombró a sus alfiles en los puestos más determinantes de la administración norteamericana. Los diarios Jerusalem Post y Times Of Israel publicaron la noticia sobre el tema, uno de los titulares decía: “Todos los judíos que Biden eligió para altos cargos de su administración”.

Ronald Klain (Jefe de Gabinete), Janet Yellen (secretaria del Tesoro), Merrick Garland (Fiscal General), Alejandro Mayorkas (Director de Seguridad Interior), Ann Neuberger, experta en ciberseguridad (NSA), Wendy Sherman (subsecretaria de estado) y David Cohen (subdirector de la CIA). Todos ellos en mayor o menor medida poseen vínculos con la comunidad judía o el Sionismo.

En cuanto a la misma vicepresidenta Kamala Harris (su esposo Doug Emhoff pertenece a la comunidad judía), en el plano estrictamente político fue quien presidió el Senado contra la decisión del expresidente Barack Obama de abstenerse en la votación del diciembre del año 2016 que emitió la Resolución Nº 2334 que condenó a Israel por la construcción de asentamientos en territorio palestino en Cisjordania.

Anthony Blinken, el nuevo Secretario de Estado, ha emitido declaraciones que dejan claro su vínculo con el sionismo extremo al señalar que la decisión de trasladar la embajada de la nación norteamericana desde Tel Aviv a Al Quds no sería revertida. Ha servido además de enlace y coordinador entre el mundo judío estadounidense y el departamento de estado bajo los gobiernos de Clinton y Obama.

Blinken, profundamente asociado el complejo militar, es uno de los fundadores de WestExec Advisors en 2018, una consultora de asesoría estratégica, que se ha negado sistemáticamente a revelar quiénes son sus clientes y en la que también trabajó Avril Haines, ahora en inteligencia.

Una de sus socias en ese emprendimiento es Michèle Flournoy. El periodista Jonathan Guyer escribió en el diario en línea The American Prospect que “Blinken y Flournoy han usado su red de contactos para construir una gran base de clientes allí donde se cruzan la tecnología de punta y la defensa. Una empresa israelí de vigilancia ha recurrido a ellos”.

Flournoy, no sólo está en la junta directiva del contratista de defensa Booz Allen Hamilton, sino que también cofundó el think tank Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense (CNAS, por sus siglas en inglés), que recibe importantes fondos de los gigantes de la industria armamentística, se desempeñó también en la administración de Obama como subsecretaria de Defensa.

Observando este derrotero de coherencias ideológicas tanto de Biden, como del complejo militar y político trabajando en perfecta sintonía, nos resulta imposible no avizorar otro presente que no decante en uso extensivo de armas de destrucción masiva.

Hoy, a pesar del alto al fuego en medio de toda la destrucción en Palestina, el Gobierno de EEUU (concentrando casi el 40% del gasto militar mundial) se propone, con todo su aparato de influencia de destrucción “dentro y fuera de la casa Blanca” aprobar una venta de armas por valor de 735 millones de dólares a Israel.

El acuerdo, que plantearía la entrega de armamento de precisión, fue notificado por la Administración de Joe Biden al Congreso el 5 de mayo, según varias fuentes consultadas por el diario The Washington Post. Fue por tanto casi una semana antes de que comenzase el cruce de ataques a Gaza. El envío de dicho cargamento depende de la autorización del Congreso norteamericano, si bien ya hay voces dentro que se oponen, es inverosímil que esta empresa no se lleve a cabo con la magnitud de fondos y armas que se están manejando, sería una “terrible perdida” para la industria americana quizás por ahí pase el argumento planteado por la Casa Blanca.

La Casa Blanca agregó en su comunicado difundido el 19 de mayo que Biden y Netanyahu hablaron de los esfuerzos diplomáticos por parte de EEUU y los gobiernos de otros países de Oriente Medio. Asimismo, abordaron "los progresos de Israel para disminuir las capacidades de Hamás y de otros elementos terroristas", y ha apoyado sin fisuras el "derecho de Israel a defenderse", indica la nota.

En medio de estas hostilidades, el Consejo de Seguridad de la ONU (un organismo carente conciencia social) ha sido incapaz hasta el momento de lograr una postura común, entre otras razones por el fuerte apoyo estadounidense a Israel. Podrá haber futuros ceses de hostilidades hacia Gaza, pero no será por mucho tiempo, no sea cosa que se llenen los almacenes de armas del otro lado del mundo.

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*Foto de portada: www.annurttv.jpg.com