Ambientalista, y además lúcida e inteligente, y, por si fuera poco, joven, de tan solo 19 años. Una mexicana indígena de la comunidad otomi-tolteca. Se llama Xiye Bastida.
Su voz. Sus sentimientos activistas y militantes por una causa justa, han hecho de ella, a nivel mediático, un emblema regional, pero la caja de resonancia que la catapultó al ámbito internacional una vez más, para merecer reconocimientos y elogios, fue la reciente Cumbre Climática en Estados Unidos.
Como carta de presentación, en la jornada del pasado día jueves durante el evento, la juvenil activista criticó la falta de acción de los gobiernos y pidió que se reconozcan y se tomen en serio las voces de los jóvenes involucrados en buscar soluciones, asegurando, además, en tono enfático que “la actual crisis climática es resultado de quienes perpetúan los sistemas de colonialismo, opresión y capitalismo. Los 40 líderes de esta cumbre casi todos son del hemisferio norte, que, históricamente, ha perpetuado estos sistemas”.
“Las comunidades más afectadas, las que soportan desplazamiento por sequías, inundaciones, incendios, fracasos en cosechas y abusos de derechos humanos no están completamente representadas aquí hoy”.
El periodismo internacional tomó nota de estas palabras y la joven mexicana se transformó en uno de los centros de atención del evento, precisamente por su postura contestaria y firme, visiblemente distante de las complacencias y de las hipocresías que generalmente son las mieles de este tipo de cumbres.
En tono sereno, pero con la energía propia de la juventud de los tiempos que corren (por tratarse de una joven con aliento revolucionario y no estructurado) Xiye Bastida (cuyo deslumbrante rostro juvenil la hace de menor edad de la que tiene) hizo un llamado a dejar de seguir organizando cumbres sobre “qué debe cambiar”, porque según lo explicó “ya tenemos todas las soluciones que necesitamos” y lo único que queda “es ponerlas en marcha”. Más tarde, clamó “por una transición justa a las energìas renovables, porque la era de los combustibles fósiles ha terminado”. Puso especial énfasis en decir, sin pudor alguno que “es imperioso que cualquier solución sea implementada con las voces de las comunidades afrodescendientes e indígenas, como líderes y tomadores de decisiones”.
¿Quién es Xiye Bastida?
¿Cuáles han sido los pilares de su postura militante, para transformarse en una activista que en cada una de sus intervenciones bosqueja y alimenta horizontes nuevos en su lucha, que, según ella misma, y lo aclara cada vez que puede, no es la misma a la de la activista sueca Greta Thunberg, puntualizando, que, aunque comparte con ella su misión, sus “luchas, inspiraciones e historias son completamente diferentes”.
Xiye Bastida nació y creció dentro de una comunidad indígena en San Pedro Tultepec, una pequeña localidad de México, donde sufrió la primera mano de estragos naturales y sequías. En 2015, esa región fue víctima de fuerte inundaciones, y ella y sus padres -también ambientalistas- emigraron a Estados Unidos, y desde allí comenzó a promover “la justicia climática y ambiental”, especialmente luego de visitar Long Island, donde fue testigo de los estragos que el huracán Sandy provocó en 2012.
Siete años después declaró a la prensa: “Dondequiera que esté, la crisis climática está afectando a todos, en todas partes. Sentí que necesitaba hacer algo”. Esto fue en 2019, momento en que Bastida movilizó a 600 compañeros de su escuela secundaria para unirse a la huelga mundial contra el clima, interviniendo desde entonces en varias organizaciones juveniles, como parte de su lucha y de su compromiso para presionar “a los líderes mundiales a actuar frente a la escalada de la crisis climática”.
Xiye Bastida se destaca dentro del movimiento Fridays for Future, iniciado en 2018 por Thunberg y es cofundadora de Re-Earth Initiative, que promueve la justicia social y climática. Asimismo, integra el comité administrativo de People Climate Movement, Sunrise Movement y Extinction Rebellion.
Xiya Bastida se erige entre todo este contexto mundial, para enfatizar un deseo que ha nacido con ella. El deseo de lograr una unidad de acción entre la juventud activista y los líderes mundiales.
No por casualidad, precisamente y puntualmente, en la reciente Cumbre Climática, afirmó (valerosamente) a los cuatro puntos cardinales: “ya es hora de que dejen de darnos las gracias por ser activistas. Es hora de que todos nos levantemos juntos”.
Me recuerda a la activista lenca Berta Cáceres (asesinada por el poder, en Honduras) cuando una y otra vez dijo al mundo, “...despierta humanidad, despierta”.
Ambas activistas son de la misma madera. Sus palabras fueron y son orientadas hacia un mismo fin. Y con diferencias cronológicas, pero formando parte de comunidades indígenas de una misma tierra latinoamericana, son dos puntales de la América Latina de venas abiertas (y aún sangrantes).
Levantarnos juntos y despertar como humanidad, es una sola acción, y la debemos hacer, urgentemente.
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*Foto de portada: www.expansionpolitica.com / Xiya Bastida
*Foto 2: Carlo Allegri / Reuters / En una protesta en Nueva York, el 19 de abril de 2021