Seis años después, sigue entre nosotros, más allá de su prolífico legado literario y periodístico. Sigue caminando entre nosotros. Y sigue sintiendo y pensando entre nosotros. Sigue siendo un sentipensante irredimible, entre nosotros. Sus escritos siguen siendo un torrente de verdades, que no son a medias, porque sus ojos críticos fueron los ojos de los que no tuvieron la oportunidad de ver con claridad. Sus escritos fueron los escritos de los que no supieron escribir, confiándole sus historias de vida. Su voz, fue la voz de muchos que no tuvieron la oportunidad de hablar, gritar, pedir justicia, denunciar injusticias y horrores.
Seis años después, sigue entre nosotros. Lo sentimos entre nosotros, y por esa razón procuramos encontrar sus palabras, sus opiniones, y sus reflexiones sobre los hechos que hoy nos aturden y nos preocupan, o que literalmente nos atenazan y nos ponen contra las cuerdas, como las calamidades más evidentes, que van desde la pandemia hasta las más degradantes situaciones de la vida política en América Latina, y en el mundo. Un mundo saturado de luchas sociales, autoritarismos y un sinfín de desmanes, de toda forma, color y tono.
Seis años después, sigue entre nosotros. Lo imaginamos voceando las arbitrariedades. Lo imaginamos destronando, a los que se aprovechan de los que ya no tienen esperanzas. Lo imaginamos, entre nosotros, cercano a nosotros, con sus pensamientos, que no son pensamientos, sino dagas y estiletes dirigidos a los dictadores de las economías mundiales, socavando libertades y democracias.
Eduardo Galeano, ahora, estás más cerca entre nosotros. Más unido a nosotros, en lucha, en resistencia. Nunca te alejaste de nosotros, en contrario. Estás sobradamente vigente. Gracias otra vez.
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*Foto de portada: www.opencanada.com