Y mientras hoy, la interrogante sobre el o los autores intelectuales del atentado a Marielle Franco sigue ganando las calles, especialmente cuando hay dos personajes sindicados como sicarios partícipes de los sangrientos hechos, precisamente el perfil de los detenidos y sus fotografías fueron dados a conocer públicamente, como trofeo investigativo.

Los medios de prensa locales e internacionales difundieron imágenes de autoridades  de Río de Janeiro presididos por su Gobernador, en una conferencia de prensa dando pelos y señales de los sospechosos, pero de los ideólogos ni siquiera un acercamiento de su identidad, ni mucho menos de su perfil ciudadano o criminal. De los ideólogos_ mejor el silencio.

Uno de los detenidos ha sido identificado como el Sargento del Ejército (jubilado) Ronie Lessa, de 49 años, quien reside en una lujosa vivienda del barrio Barra de Tijuca, donde antes de ser electo presidente vivía Jair Bolsonaro (¿eran conocidos entre sí por aquellos tiempos?).  Según lo informado por los investigadores Lessa fue detenido en horas de la madrugada por personal de la División Homicidios y se estima que fue la persona que portando una sub ametralladora de alto poder (que sería de las que las milicias policiales habían adquirido tiempo atrás) baleó a Marielle Franco, causando además la muerte del chofer Gomes. En este sentido  Lessa estaría siendo acusado de  “doble homicidio calificado” y de “intento de asesinato” de la asesora Chaves, que milagrosamente resultó ilesa.  También, desde el ámbito de los investigadores de la Fiscalía se informó que Lessa habría realizado tareas de inteligencia en torno a la rutina de Marielle Franco, como así también de las rutas por las cuales circulaba en el automóvil asignado para sus actividades como concejala. Se dijo además que Lessa había hecho igual labor de seguimiento del diputado del PSOL Marcelo Freixo (¿será que también estaba en la lista de los nominados para ser asesinados en algún momento?).

El otro detenido ha sido identificado como Elcio  Vieira de Queiroz, de 46 años, ex policía, informándose además que fue dado de baja de la institución policial por formar parte de un esquema de corrupción cuando era integrante de la seguridad de una casa de juego clandestino de Río de Janeiro. En el atentado, según se informó, ofició de chofer del vehículo utilizado en la operación criminal. Se dijo también que una vez se sacó una fotografía junto a Jair Bolsonaro (¿coincidentemente, no será  que otra vez esta circunstancia  pone bajo el ojo de la tormenta al hoy presidente del Brasil?),

¿Una casualidad que ambos sospechosos hayan tenido  una  cierta vinculación con Bolsonaro? ¿El uno por sacarse una foto junto a él y el otro por haber vivido tiempo atrás en el mismo complejo habitacional del hoy presidente de los brasileños?¿ Será que las casualidades no existen para estos personajes, hoy mediatizados desde filas de la Fiscalía?

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Para este 14 de marzo las movilizaciones convocadas por el aniversario del asesinato de Marielle Franco son (y fueron)  de hecho masivas  y la plataforma más firme aludió a la necesidad de aclarar muy bien este atentado que tuvo obviamente ( y esto está a las claras y por donde se lo mire) un  móvil de estricto tenor político.

Pero además sobrevoló con mucha fuerza el reclamo de que se den en las investigaciones en curso las debidas garantías: exigiéndose se forme un equipo de investigadores independientes. Y especialmente se determine fehacientemente la identidad de los autores ideológicos, sean del sistema político, del sistema policial o del sistema parapolicial o paramilitar.

Siempre a quienes accionan los gatillos de las armas asesinas son a quienes (desde las entrañas de  conspiración reinante) echan primero a la parrilla del asador; son los primeros a quienes dejan que se achicharren a la brazas de un sistema judicial, con el solo cometido de proteger a los mandantes, que en definitiva son los verdaderos asesinos, solo por el hecho de saber perfectamente los motivos por los cuales dan la orden de muerte; porque son los verdaderos criminales, que aún sin disparan armas, disparan órdenes trágicas, cargadas de odio y de cobardía, y de intereses de toda clase.

Los sicarios son los profesionales del plomo y los ideólogos son los profesionales del poder, del encubrimiento y de la intriga. Y Marielle Franco, que no tenía pelos en la lengua despertó a los demonios de la destreza gatillera y de la criminalidad del mundo (yo le llamaría del submundo) de la política. Les salió al cruce a todas esas alimañas. Las encaró.

¿Será casualidad que a un año del asesinato de Franco y Gomes salgan a la luz resultados de investigaciones y nombres de sicarios, bajo sospecha de ser los directos partícipes de la masacre? ¿Será nada más que una “extraña” coincidencia?

Lo que fuere, en este mundo donde las impunidades están a la orden del día, especialmente en Latino América, la única forma de destronar a los que hacen culto al sucio ocultamiento de la verdad, es movilizarse, sin miedos ni diplomacias.

Mónica Benicio, la arquitecta que fue pareja de Marielle Franco, viajó a la ONU para llevar allí la lucha para que el crimen no quede impune; y además está en contacto con la Comisión Interamericana de DDHH y Amnistía Internacional “porque es importante que haya un grupo externo que acompañe las investigaciones” ha dicho.

Marielle Franco se la jugó siempre, por sus ideas, por sus proyectos, por sus convicciones: y eso le costó la vida a manos de sicarios mandados por los sicarios de las ideologías del terror. Ideologías del terror, que a través de sus  esbirros (que nunca faltan)  aprovechan el momento de soledad de sus víctimas, para acabar con ellas.

Ese momento de  soledad en el que están inmersos los activistas como Marielle Franco (tal como ocurrió ese 14 de marzo de hace un año atrás), que les significa la vulnerabilidad ideal para beneficio del enemigo al acecho. Esa vulnerabilidad letal que manotean  siempre quienes disponen de recursos, de logísticas, de tentáculos de poder, de impunidad e influencias, y de hombres: para apagar  las vidas de sus objetivos, que son siempre mujeres y hombres que lo único que hacen  es pensar y actuar a favor del  colectivo y no para sí mismos.

Hombres y mujeres  sumergidos en las problemáticas sociales, de su mundo y de su tiempo; hombres y mujerea que con valentía van visibilizando con la denuncia y  sus acciones las corrupciones de nuestros días. Días de asesinatos; días de intolerancias y días de persecuciones, en el país gobernado por la tiranía  y el racismo (fascismo) más recalcitrante y denigrante para la inteligencia y la vida humana, que tiene un solo apellido : Bolsonaro.

En los próximos días desde la Fiscalía se habrá de definir si los dos detenidos son fehacientemente los sicarios del atentado. Los “expertos investigadores” del Estado brasileño deberán echar aguas claras, pero muy claras, sobre cómo, y por qué (y por orden de quien) el portador de la sub ametralladora la accionó apuntando a Marielle;  y sobre cómo, y por qué (y por orden de quien) el ex policía iba al volante del vehículo utilizado para la operación criminal.

En los próximos días, estoy seguro, también gradualmente se irá hablando menos de los dos sospechosos de ultimar a Marielle Franco y a Anderson Gomes; y estoy seguro, que cada vez  más se hablara menos de los ideólogos del doble crimen.

Eso ocurrirá. Como  ocurre siempre. Porque tiene que ocurrir así.

Y no importara si los ideólogos estén caminando entre nosotros.

¿Entonces , con ese panorama, ya recurrente por estos lares, dejaremos que la impunidad se haga la eterna dueña de esos crímenes abominables?

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*Foto de Portada: www.página12.com/ AFP

*Foto 2: www.telesur.com