Por Antimafia Dos Mil-11 de abril de 2022
"Hoy el estado uruguayo reconoce varios genocidios, pero no reconoce el propio".
El homenaje que hizo la Asociación de Descendientes de Charrúas (ADENCH) en el Monumento a los Charrúas, en la zona del Prado, este lunes 11 de abril, insistió en los mismos reclamos de siempre. Pese a que año tras año, y cada vez con más fuerza, las voces charrúas sacuden cielo y tierra para que sus reclamos sean tomados en cuenta, algunas pocas autoridades empiezan a oír, muy tímidamente, pero el Estado, sigue haciendo oídos sordos.
El genocidio charrúa está documentado. Pero hay ciertas facciones del Estado que lo niegan hasta el día de hoy. Y no solo eso; doblan la apuesta y acusan a los charrúas de aquellos tiempos, de asesinos y violadores, o directamente dicen que no eran originarios de estas tierras. Pero todavía más; se atreven a acusar a las comunidades que promovieron la ley de reconocimiento a la Nación Charrúa y el pedido de ratificación del convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (donde se establece el reconocimiento a la identidad y el otorgamiento de tierras, entre otras cosas), de haberlo hecho para dañar a un partido político, al partido fundado por el presidente asesino, Fructuoso Rivera.
Lo cierto es que ADENCH mantuvo esta postura de reclamo. Gerardo Sosa, directivo de la Asociación, habló con estas palabras:
“Somos descendientes de aquellos sobrevivientes. Unos pocos lograron huir, otros pasaron a formar parte del proletariado rural. 300 fueron tomados prisioneros. Mujeres, ancianos y niños fueron forzados a caminar durante 21 días a Montevideo. Los que lograron sobrevivir, fueron repartidos en el camino a Montevideo como servidumbre”.
“Hubo etnocidio porque madres e hijos fueron separados. Se les impidió hablar su lengua, practicar sus creencias, y se les obligó a adoptar las costumbres, lengua y religión europea y criolla. Hubo una doble eliminación; física y simbólica”.
“Salsipuedes fue una acción política y militar planificada para eliminar a los indígenas”, señaló Sosa, puntualizando en que “se utilizaron dineros del Estado y recursos humanos para sostener esa campaña militar en la que hubo violación a los derechos humanos”.
“Un decreto del Gobierno permitió a los capitanes de los barcos incorporar a los pocos jóvenes que llegaron a Montevideo como marineros, con la única condición de que no volvieran a su tierra”.
“Después de eso vino la invisibilización, que continúa hasta nuestros días. Según el censo de 2011, hay 160 mil uruguayos que se reconocen descendientes indígenas, pero aun así impera el paradigma de que Uruguay es un país sin indios y que los uruguayos venimos de los barcos, desconociendo que estaba habitado desde hace más de once mil años”.
Según explicó Sosa, gracias a los estudios de ADN mitocondrial realizados por la antropóloga biológica Mónica Sans, el 34% de la población uruguaya tiene sangre originaria, concentrándose principalmente en Tacuarembó un 62% y en Montevideo un 26%. El estudio permite corroborar la ascendencia a partir de la línea materna.
También destacó el reciente nombramiento como sitio de memoria a Salsipuedes, reconocimiento hecho por parte de la Comisión Nacional Honoraria de Sitios de Memoria, que depende de la Institución Nacional de Derechos Humanos (INDDHH). Se trata quizás, de un primer paso en este camino del reclamo histórico de que el Estado -hasta ahora impune e indiferente- reconozca el genocidio.
En esa línea, el pasado 6 de abril, en el Parlamento, el diputado Felipe Carballo, rindió homenaje al pueblo charrúa, y en diálogo con Antimafia Dos Mil, manifestó su intención de promover la ratificación del convenio 169, tan esperado por las poblaciones originarias de nuestro país.
Mientras tanto, las comunidades charrúas crecen. Los originarios salen de su silencio de tantos años y vuelven a portar su voz y su piel con orgullo, sintiendo la fuerza que da la unión, para reivindicar a su pueblo, como parte insustituible de este territorio, de este país, de este rincón de nuestra madre tierra.
Este 11 de abril: con justicia, es un día de memoria, pero, sobre todo, de lucha.
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*Foto de portada y restantes: Antimafia Dos Mil