Viernes 29 Marzo 2024
La víctima es Pablo Marchant
 
Por Claudio Rojas, desde Chile-10 de julio de 2021

El día de ayer nos quedamos con la noticia de un joven mapuche asesinado, pero tanto en las redes como en los medios alternativos, no había certeza; sólo se sabía que era alguien que pertenecía a la CAM (Coordinadora Arauco Malleco), y algunas versiones hablaban del weichafe Ernesto Llaitul, hijo del líder de la organización, Héctor LLaitul. Y precisamente, una declaración de Héctor Llaitul recibida por Mapuexpress decía lo siguiente: “hay que hacer una aclaratoria categórica. No sé con qué intencionalidad se difundió desde carabineros el nombre de mi hijo Ernesto. Yo personalmente acudí con la pareja de 'Nano' al lugar de los enfrentamientos y constatamos que se trata de un destacado weichafe Pablo Marchant y no mi hijo Ernesto. Esta confusión quizás también pudo darse porque el peñi tiene impactos en el rostro o bien se lo desfiguraron, no sabemos bien que pasó”.

Llaitul, de todos modos, manifestó su consternación por la muerte de otro comunero a manos de la policía. Según señaló, los hechos ocurrieron durante un sabotaje a faenas de la forestal Mininco en Cañete, las cuales estaban custodiadas por Carabineros.

Durante las últimas horas, varios constituyentes repudiaron la muerte de Pablo Marchant, pero también que ocurriera un día después de que la Convención aprobara una declaración donde se pidió término a la militarización del Wallmapu.

Los hechos de la muerte de este joven mapuche ocurren en el contexto de acciones de rechazo a la operación de la industria forestal en territorios Mapuche, las cuales fueron reprimidas por fuerzas especiales de Carabineros que están desplegadas en la zona y que realizan actos de resguardo de las compañías extractivistas.

La situación ocurrió en territorios mapuche ocupados por las empresas CMPC de la familia Matte-Larraín que a través de la Compañía Mininco realizan operaciones de monocultivo forestal en esta zona.

Dentro de los mismos antecedentes preliminares, la policía militarizada había dicho que sus efectivos dispararon contra un grupo de comuneros que ejecutaba un ataque incendiario a maquinaria de Forestal Mininco, en el sector de Casa Piedra, en la ruta que une Tranapuente con Carahue.

Asimismo, se señalaba que habían ocurrido enfrentamientos de los perpetradores con personal de carabineros y también con guardias privados.

Todas esas circunstancias, sin embargo, aún son materia de investigación: "un equipo especializado de la Fiscalía de Alta Complejidad y la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía Regional se encuentra trabajando en la indagación de los hechos ocurridos, a fin de esclarecer la dinámica de estos hechos, disponiendo en el lugar la práctica de diligencias que están siendo materializadas por personal de la PDI", apuntó Daniela San Martín, vocera del Ministerio Público de La Araucanía.

Asimismo, sobre la persona fallecida, según los antecedentes recabados en las diligencias, presuntamente "habría participado de este ataque incendiario", agregó. Aún "se está trabajando pericialmente para su identificación", puntualizó.

Esta situación se produce en un contexto, donde la Convención Constitucional, presidida por Elisa Loncón Antileo (mapuche), donde quien representa al capital, tiene un 28 % en su composición, y por tanto no tienen ningún poder de veto; se ha instaurado en el ambiente que la Convención Constitucional es la única institución legítima de este país, que el gobierno es un cadáver viviente, y que el parlamento como está, ad portas de elecciones a fin de año, trata de llevar o seguir la línea de la Convención para tener la posibilidad de reelección, y lo más relevante, que la voz mapuche se ha hecho sentir en los últimos días a través de la Machi Francisca Linconao (una voz influyente dentro de los convencionales) recalcando y exigiendo al gobierno y al capital, la devolución de las tierras robadas a los mapuche, medidas que han sido apoyadas por 105 de los 155 miembros de esta institución.

En tal circunstancia, en su desesperación, y apoyados en la impunidad que les da el gobierno, las forestales han desatado una guerra contra el pueblo mapuche y hemos visto ataques incendiarios y amenazas de muerte a dirigentes de la lucha por el agua. Esta guerra creemos que recién comienza y no sabemos en que terminará.

A lo mejor quieren provocar una guerra civil, para así propiciar una intervención militar, no lo sabemos.

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*Foto de portada: elciudadano.com