Por Claudio Rojas, desde Chile-14 de junio de 2021

M.P.C. es ahora Maicol Palacios que en pocas semanas cumplirá 18 años. Cuando tenía 15 años su vida cambió para siempre: frente a sus ojos Carabineros asesinó a Camilo Catrillanca. Pero a diferencia de sus testimonios en relación a ese juicio, donde tuvo que ocultar su identidad para evitar ataques y el hostigamiento de las fuerzas policiales, hoy decide mostrar su rostro, y exigir justicia para su padre, Jorge Palacios Cañuta, quien lleva más de un año en prisión preventiva.

La pandemia no ha sido lo peor para muchas familias mapuche, como la de Jorge Palacios Cañuta, quien el 21 de mayo pasado cumplió un año preso en la Cárcel de Angol, a la espera de un juicio dilatado. En la audiencia de formalización, el Ministerio Público le comunicó que está siendo investigado por los delitos de robo con intimidación, robo con violencia, incendio y receptación reiterada. Según el medio “Convergencia medios”, que publicó una entrevista al joven Maicol, la verdadera razón de su detención es otra: es el padre de Maicol, el adolescente que fue testigo presencial del asesinato del weichafe Camilo Catrillanca y cuyo testimonio se transformó en una pieza clave para condenar a los carabineros que lo asesinaron: Carlos Alarcón condenado a 16 años, Raúl Ávila que debe cumplir 3 años y un día, Patricio Sepúlveda condenado a 61 días de presidio, Braulio Valenzuela (3 años y un día), Gonzalo Pérez, condenado sólo a días de cárcel, Manuel Valdivieso y Jorge Contreras, condenados a 300 días de prisión.

“Uno por uno”, le gritó un Carabinero a Maicol desde una tanqueta cuando fue a buscar a su padre la Comisaría de Collipulli, y quedó marcada en su memoria. Esas palabras pronto adquirieron sentido.

Las detenciones arbitrarias son pan de cada día en Wallmapu. Sobre todo, para Jorge y su familia, pues el rol de Maicol como testigo clave en el “caso Catrillanca”, hizo que el hostigamiento se volviera algo frecuente. Por ello, pensaron que se trataba de una nueva acción de hostigamiento, pero que luego de unas horas podrían continuar con la celebración. Preguntaron reiteradas veces por qué los detuvieron, pero solo recibían insultos racistas de vuelta. Sólo después de insistir, ya en la cuarta Comisaría de Carabineros en Victoria, les respondieron:

–Su caso lo tiene el OS9.

Estas palabras fueron desalentadoras. El OS9 ha estado involucrado en los casos de “violencia terrorista” en el sur y junto a la DIPOLCAR han sido responsables de montajes en el Wallmapu. La esperanza de que esto quedara en una detención por conducir sin licencia se esfumó y tenían que prepararse para algo peor.

La vida de Maicol ha sido intensa en estos últimos dos años: “Soy hijo de un prisionero político”, señala apenas comienza la conversación a comienzos de junio, en la casa de su padre y su compañera Soledad Millanao.

"Esta represión ha comenzado desde el episodio con el peñi Catrillanca”, agrega.

El 14 de noviembre de 2018 cambió su vida. Mientras su padre Jorge ayudaba en la construcción del radier de la casa de Camilo Catrillanca, en la comunidad de Temucuicui, Maicol acompañó en el tractor azul a Camilo al campo: “Ese día nosotros no estábamos molestando a nadie. Lo único que estábamos haciendo era volver a la casa para compartir el cordero que teníamos ahí para comer”.

Al llegar al camino vieron que Carabineros se desplazaban por la zona, por lo cual decidieron regresar rápidamente. Allí fueron interceptados, recibiendo más de 20 balazos por parte de la policía.

“El Estado chileno me dejó marcado. No voy a poder sacarme nunca ese recuerdo de la cabeza. Cuando mi peñi ahí, recibió el impacto balístico… hay personas que están especializadas para ver eso, pero uno está acostumbrado a vivir libre y tranquilo en el campo, y que venga un paco y le dispare a tu amigo y verlo ahí, y no poder hacer nada, cuesta recordarlo”. Su mirada se clava en la cocina, mientras respira profundo para no quebrarse.

Esta historia recorrió al mundo y levantó a un pueblo. El gobierno, desde el ministro del Interior Andrés Chadwick y la Alta Oficialidad de Carabineros, hasta quienes cometieron el asesinato en Temucuicui, organizaron un montaje para decir que fue un enfrentamiento.

Pero Maicol fue sobreviviente de estos hechos y testigo clave para echar abajo este montaje. Sería el primer crimen del gobierno de Sebastián Piñera, que luego seguiría manchando sus manos de sangre, con la rebelión popular de octubre de 2019, un año después.

Pero los tiempos duros para Maicol no se quedarían ahí. El hecho solo marcó el inicio de una tormenta. No solo tuvo que soportar Maicol el asesinato de su peñi Camilo, sino que también el hostigamiento policial se volvió frecuente: “Antes nos hostigaban por estar en la lucha, pero desde que el peñi Camilo dejó de estar acá y se fue a otro lado, empezó más fuerte el hostigamiento. El Estado comenzó a estar encima de nosotros”.

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*Foto de portada: www.eldesconcierto.com /Fotógrafo Leo Durán