Si por un lado es verdad que los italianos y sicilianos fueron vergonzósamente poquísimos al momento de homenajear la memoria de servidores del Estado que han sacrificado su vida y la felicidad de sus familias para devolver un poco de dignidad a nuestro pueblo flojo y egoísta que se siente identificado con su clase política corrupta y clientilista, por el otro lado no se puede aceptar que se nieguen lo que ha podido suceder de importante en Palermo en estos tres largos e intensos días.
Después de mucho tiempo, quizás más de 10 años, sin que haya habido, gracias a Dios, ningún muerto ultrajado por los lloriqueos del Estado, más de quinientos italianos se han organizado a través de la red y haciéndose cargo de sus gastos, adaptándose al tórrido calor de una Palermo descuidada, sucia y olvidada, han venido a demostrar haber comprendido y ser consientes de que la lucha contra la mafia no es competencia exclusiva de la magistratura y las fuerzas del orden, sino que es en verdad este movimiento cultural, sobre todo de jóvenes que tanto deseó Paolo Borsellino.

Más de doscientas personas han aceptado el desafío de hacerse cuatro kilómetros y medio en subida, a las tres de la tarde palermitana, desde la calle D’Amelio hasta el Castillo Utveggio, desde donde podría haber sido accionado el comando que ha matado a Paolo Borsellino y a sus muchachos, para pedir con su agenda roja en la mano verdad y justicia sobre aquel y sobre los otros atentados mediante los cuales se ha hecho la política en Italia y mediante los cuales personajes miserables, lúgubres y criminales han edificado su poder y lo mantienen ocupando indígnamente, como recuerda Salvatore Borsellino, los cargos más altos del Estado.

Este hombre atrevido y enfadado que le ha dado la vuelta a toda Italia para despertar en todos nosotros esos valores de los que su hermano fue representante y baluarte.Aquellos valores de rectitud, rigor, pureza interior, sencillez, fuerza, ánimo, sentido del deber, humanidad, solidaridad, que así como los jóvenes de Giovanni Falcone, infundieron terror en los mafiosos de Cosa Nostra y en los mafiosos del poder, porque habrían podido obstaculizar sus planes y transformar al nuestro en un país digno, civil y democrático, en lugar de esta italieta de poca monta que se vende al mejor postor por un plato de lentejas

sicilia19Al grito de Justicia de Salvatore Borsellino, han respondido más de setecientas personas el sábado por la tarde, 18 de Julio de 2009, en el patio de la facultad de jurisprudencia de Palermo. Esto sin contar todas las que estaban conectadas en directo streaming( internet) de toda Italia (al menos 300). Un Congreso especial, rico de emoción y de participación. Los relatores a partir del saludo inicial de Rita Borsellino, han sido interrumpidos constántemente por un estallido, fuerte y conmovido de aplausos. Hace años que en Palermo no se asistía a un acontecimiento de tales características. ¿Y en cambio que ha escrito y transmitido la prensa local y nacional? Nada.

Un par de líneas aquí y allá y si en algún caso ha sido citada la conferencia, han estado bien atentos “nuestros colegas” de no escribir que ha sido organizada por ANTIMAFIADuemila y que el pedido de sostén a los magistrados Antonio Ingroia y Nino Di Mateo, así como a la Fiscalía de Caltanissetta empeñada en las delicadísimas investigaciones sobre los mandantes impunes, precísamente el título de nuestra Conferencia ignorado por todos, no ha sido lanzado por un fantasma, por un sujeto indefinido, sino por nuestro director Giorgio Bongiovanni.
Se han cuidado bien los grandes periodistas de la gran prensa nacional de reportar luego con la atención y el respeto de la plenitud de la información las palabras de los relatores: Antonio Ingroia, Salvatore Borsellino, Luigi De Magistris y Giuseppe Lumia. Informaciones importantes, nuevas, exclusivas, emocionantes, señales de deseo, de rescate y de libertad: ¡una noticia! ¿Pero donde estabais queridos, presuntos colegas, durmiendo?
El mismo silencio para el 19 de Julio en Vía D’Amelio.

sicilia41El objetivo que había prefijado Salvatore Borsellino y todos nosotros que lo hemos acompañado era el de impedir, que como cada año aquella calle, escenario de una de las peores páginas de nuestra historia fuese ultrajada por las usuales coronas de flores como para asegurarse – dice siempre Salvatore – que Paolo Borsellino haya muerto verdaderamente.
En su lugar en cambio este año había una gran pancarta con la inscripción: “este año las flores llevenselas a la tumba de vuestros héroes” y al lado había una lápida de cartón con la fotografía y la fecha de nacimiento y muerte de Vittorio Mangano.

Esta tendría que haber sido la foto de apertura de todos los periódicos al menos por “par condicio” con todo el espacio asignado al señor Marcelo Del Ultri, condenado en primer grado a nueve años y medio por Concurso externo en asociación mafiosa y “al utilizador último” de todos sus buenos contactos, es decir el Presidente del Consejo Silvio Berlusconi, cuando han ensalzado a su héroe asesino y mafioso.
En cambio no ha sido ni siquiera señalada.
Está de hecho que las coronas de flores que se marchitan en la calle este año no estuvieron, así como tampoco han venido los políticos a hacer su desfile.
Esto quiere decir una sola cosa: ¡Que Salvatore Borsellino ha vencido su desafío!
Que Vía D’Amelio ha sido salvada, que la gente común se ha apropiado nuevamente de la memoria de una calle violentada por un oscuro asesinato de Estado.
Que los políticos han tenido miedo de venir a enfrentarse con esos cuatro gatos locos bajo el sol de Vía D’Amelio, con sus agendas rojas en alto.
Quiere decir que Vía D’Amelio ha vencido, con buena paz de conciencia de la italieta en la playa.
La buena noticia es que los periódicos de papel están a punto de fracasar, mientras que la red está tomándose ventaja. Nuestra humilde página web de ANTIMAFIADuemila ha alcanzado las 60.000 visitas individuales mensuales.
Gracias a todos vosotros, gracias a Salvatore Borsellino y a todos los muchachos que se han prodigado para que este año las conmemoraciones no fuesen sólo de circunstancia. 21 de julio 2009