Luego las notas del Ave María llenan el aire. Se forma un semicírculo alrededor del olivo. Todos tomados de la mano. Salvatore se separa del grupo y se sienta a los pies del olivo. Acaricia una rama del árbol y llora. La conmoción se adueña de muchos de los presentes. Una mujer está casi de rodillas, parece rezar. Una atmósfera irreal domina Vía D’Amelio. Nadie se mueve, después de algunos minutos un aplauso liberador se eleva junto al grito de “¡Paolo vive!”.
La gente se acerca al hermano del juez Borsellino para abrazarlo “Acariciando el olivo – dice Salvatore con los ojos húmedos todavía – me parecía acariciar a Paolo”…Por una vez la rabia que caracteriza a éste hombre le cede el paso a la emoción más intima. Está quien lo consuela y que se pierde dentro de su abrazo. Como Valentina que no logra detener las lágrimas. Salvatore se repone e invita a todos a la cita de la tarde. En el gran salón del ex depósito de locomotoras de Vía Messina Marine se destaca el título del encuentro organizado por Sonia Alfano y por su grupo parlamentario europeo del Alde.
Estamos de frente al Hotel San Paolo Palace, lugar símbolo del poder de la mafia, pero también de la lucha contra la mafia. Es Sonia Alfano, hija de Beppe Alfano, el periodista asesinado por la mafia, que ahora es euro parlamentaria con el Idv (partido Italia de los Valores), quien hace de moderadora de la primera parte del Congreso. Sonia introduce el encuentro recordando la ofensa padecida por Graziela Campagna, en el día del 24° aniversario de su homicidio, con el arresto domiciliario por motivos de salud, concedido a su asesino (condenado recientemente a cadena perpetua). Rabia e indignación que son compartidas por los centenares de personas presentes. Entre ellos Vincenzo Agostino, padre del agente Antonino (asesinado por la mafia) y su mujer.
Desde el palco Benny Calasanzio recorre las etapas que han llevado al nacimiento del pueblo de las agendas rojas, desde el encuentro entre Salvatore Borsellino y Sonia Alfano, hasta llegar al movimiento que hoy se impone delante a los ojos de la opinión pública. La reflexión de Calasanzio es amarga, sobre la memoria reencontrada después de 17 años de hombres y mujeres de las instituciones. Un real y verdadero acto de acusación que lo lleva a tener que “agradecer” a los mafiosos y colaboradores de justicia (mafiosos arrepentidos) por su contribución al alcance de la verdad.
Salvatore Borsellino toma la palabra recordando el significado de hacerles de “escolta a los magistrados de la Fiscalía de Palermo, Caltanissetta, Florencia y Milán, que están quitando el velo sobre los atentados del ’92 y ‘93”. Salvatore llama al palco al Pm de Palermo Antonino Di Matteo. Una ovación de pie resuena en la sala. La gente no deja de aplaudir. “Acepté de inmediato la invitación de Salvatore Borsellino para estar aquí – comienza Di Matteo – por un motivo preciso. Primero como ciudadano antes que como magistrado, siento la necesidad de expresarle a Salvatore Borsellino y a todos vosotros, que junto a él están conduciendo una batalla cívica, de compromiso civil, una sincera gratitud”. El magistrado, comprometido en las investigaciones más importantes sobre mafia y política, que desembocan en las nuevas indagaciones sobre la “negociación” entre mafia y Estado, habla de ese “muro de goma” formado por “el silencio” y “el olvido”. “Un muro de goma que parecía insuperable”. “En el último año – explica el Pm palermitano – se han abierto importantes hendijas de luz, ya sea sobre las razones y los mandantes de los atentados, como sobre las relaciones colusorias entre mafia y exponentes de las instituciones. Ha habido declaraciones de algunos colaboradores de justicia y testigos. Y esto se debe al obstinado empeño de algunos magistrados y de algunos exponentes de las fuerzas del orden”.”¡Pero probablemente – subraya con fuerza Di Matteo – se debe todavía más a la tenacidad y valerosa sed de justicia y verdad que Salvatore Borsellino y sus amigos han gritado frente a un país que ya se había resignado!”. “¡Como ciudadano antes que como magistrado, os invito a seguir pretendiendo la verdad! ¡Os invito, os solicito…os imploro: a seguir pretendiendo que todos (y antes que nadie nosotros los magistrados), que se vaya hasta el fondo! Continuad pretendiendo de nosotros los magistrados, a cualquier costo, que se haga todo lo posible para verificar si verdaderamente entre Estado y mafia, dos entidades que no tienen que encontrar espacios de diálogo y de acuerdo por ninguna razón, hayan existido espacios de diálogo y acuerdo”. “Nosotros somos conscientes - mide las palabras el juez Di Matteo – que cuanto más nos adelantemos en la investigación y en los procesos, más crecerá la presión contrapuesta para ahogar eventuales verdades demasiado escabrosas y demasiado incómodas y esto ya se está comenzando a notar. Yo soy un hombre de las instituciones y creo en el concepto de Estado. Estoy feliz y orgulloso de haber logrado hacer lo que quería hacer desde niño es decir poder ser magistrado. Estoy convencido de que si un Estado tuviese que detenerse por miedo a descubrir verdades demasiado escabrosas e incómodas, quedaría siempre bajo la amenaza del chantaje mafioso y nosotros no podemos permitir todo esto”. La gente continúa aplaudiendo mientras el magistrado explica que “si el Estado no va hasta el fondo en éstas investigaciones, en éstos procesos, nuestros esfuerzos no servirán para nada”. “Nosotros podríamos arrestar a 1000 mafiosos, a mil prófugos, pero hemos hecho que la mafia conserve el poder del chantaje, que es el poder más solapado y más fuerte que se puede ejercer con respecto al Estado. “Entonces gracias a Salvatore Borsellino y toda nuestra solidaridad hacia él por algunos vergonzosos ataques que comienzan a dirigirle los que no comprenden o que fingen no comprender la pasión civil y la honestidad intelectual que lo caracterizan”. Salvatore Borsellino escucha concentrado cada una de sus palabras. “¡Recientemente – continúa Di Matteo – el ministro de justicia ha declarado que los fiscales deberían pasar más tiempo en la fiscalía, en vez de participar a congresos o transmisiones televisivas, me permito tranquilizar al ministro, hasta que nos lo permitan, hasta que las fiscalías no sean definitivamente desertificadas, hasta que no nos quiten los pocos medios que tenemos a disposición, hasta que las leyes nos lo permitan y hasta que el fiscal no sea convertido en un mero notario de las investigaciones de la policía judicial, nosotros continuaremos estando en la fiscalía, continuaremos trabajando día y noche, seguiremos arrestando a los mafiosos, a los prófugos y seguiremos pidiendo el secuestro de los bienes de Cosa Nostra!” El público de la sala aplaude incesantemente en un tipo de agradecimiento virtual. “Nosotros seguiremos creyendo que la mafia no es sólo baja carnicería criminal – explica con fuerza el Pm – seguiremos indagando y procesando incluso a quien no siendo “pinchado”, a quien no siendo un hombre de honor, ha hecho estrechos pactos criminales con Cosa Nostra, ha hecho negociados, ha construido imperios económicos o carreras políticas! Por lo que a mí respecta, continuaremos más que antes, en el poco tiempo que nos queda a disposición, a hablar con la gente, a hablar con los jóvenes de las escuelas, con los estudiantes universitarios, con los obreros y los campesinos. Intentaremos explicar, de frente al alud cotidiano de mistificación con respecto a la magistratura y al accionar de la magistratura, que los magistrados no son el origen de todos los males del sistema judicial. ¡Nosotros somos las primeras víctimas, es más las víctimas que vienen después de tantos ciudadanos honestos, tantas personas ofendidas que no encuentran verdad y justicia en una sentencia definitiva, dictada en nombre del pueblo italiano!”. “Nosotros continuaremos con más fuerza que antes tratando de explicar, en los límites institucionales y con la sobriedad que tiene que caracterizarnos, porque determinadas reformas salvaguardadas representarían la muerte de la justicia. Intentaremos contraponer nuestra capacidad para explicar las horas y horas en las cuales los políticos (aprovechándose de los medios mucho más poderosos de aquellos a los que me refería antes) intentan adosarnos todos los males del sistema judicial a los magistrados”. “Nosotros continuaremos hablando y ellos seguirán diciendo lo que quieren, a veces con mala fe y nosotros lo soportaremos sin ningún problema. ¡Pero hay algo que no soporto, en razón al respeto de la memoria de quien ha muerto, es decir que se siga instrumentalizando falsamente la memoria de los muertos, la memoria de Giovanni Falcone y Paolo Borsellino!”. El primero en hablar a los chicos de la escuela – subraya Antonino Di Matteo – ha sido el padre del pool antimafia, Rocco Chinnici, que había hecho un valor de ésta actividad innovadora suya. Todos tendrían que recordar (así como se lo recuerdan aquellos que instrumentalizan la memoria) cuando Giovanni Falcone en ciertas ocasiones creyó útil y necesario explicar incluso en televisión, determinados pasajes de la vida de la mafia y de la antimafia. A través del estudio analítico de los actos procesuales aprendí que también Paolo Borsellino había actuado en ese sentido. ¡Incluso en esos malditos 57 días entre Capaci y Vía D’Amelio, en los que tenía otros pensamientos en la cabeza, Paolo Borsellino participaba en congresos, sentía la necesidad de explicar lo que estaba sucediendo en ese trágico momento de nuestra historia!”. “Que digan lo que quieran, incluso que ataquen a los magistrados, igualmente nosotros seguiremos adelante, pero vosotros familiares de las víctimas tenéis que tratar de que no instrumentalicen falsamente la memoria y la conducta de vuestros afectos”. “Tenemos que ser todos conscientes de una cosa – concluye el magistrado de la Dda de Palermo – cuando nos acercamos a verdades incómodas, al principio pueden haber una gran agitación, un gran interés, pero tenemos que ser conscientes de que tarde o temprano alguien intentará elevar nuevamente ese muro de goma, el de la ley del silencio, incluso algunas veces institucional. Tenemos que estar serenos, fuertes y compactos, cada uno en su rol, cada uno con sus propio deber, para no dejar de intentar descubrir toda la verdad”. El público se pone de pie y aplaude con un profundo reconocimiento a un hombre que ha basado su propia vida en los valores de la justicia y de la verdad. A continuación pasa el líder del Idv, Antonio Di Pietro, quien recibe el pedido de Pm Di Matteo, de comprometerse cada uno en su deber. “Mi deber es el de ejercer la oposición” contesta el ex Pm de Mani Pulite, para luego arrojarse a un análisis sobre la importancia de la transparencia en la política, con un ojo en la mistificación de la información. Es sobre el tema de la información que el periodista de “Il Fatto Quotidiano”, Peter Gómez, focaliza su intervención. “En éste País – señala Gómez – hemos sido libres de decir, pero no hemos sido libres de saber”. Y partiendo de ésta reflexión el ex cronista del “Expresso” analiza la alteración de la realidad transmitida por los medios masivos, en relación al proceso Dell’Utri. La verdad y la mentira, mezcladas sabiamente entre ellas, son usadas por el poder a su gusto y placer. Un análisis del cual el mismo catanes Felice Lima usa como base para su intervención. “En éste momento Italia es una gran logia masónica – subraya Lima – y en algunas partes incluso una gran banda mafiosa…”. El aplauso en la sala esconde una amargura de fondo. “Todo pueblo tiene el gobierno que se merece – explica el juez etneo – con sus acciones y sus omisiones”. La intervención del periodista Gianni Lannes es dramática en su extrema actualidad. Sacuden el auditorio las palabras del ex cronista de “La Stampa”, que ha recibido amenazas de muerte por sus investigaciones y ha perdido el trabajo.”¡Hemos encontrado centenares de naves con venenos sepultadas en nuestros mares – grita Lannes – es una hecatombe!” El periodista pugliese explica que a fin de enero terminará un trabajo de investigación junto a un equipo de periodistas, sobre las naves sumergidas, cargadas de residuos radiactivos. Un trabajo del cual emergerán las gravísimas responsabilidades de los gobiernos que han permitido lo que el mismo fiscal di Paola (CZ), Bruno Giordano, ha definido como “un genocidio”. La gente está atónica. Salvatore Borsellino grita espontáneamente “¡basta!” y la gente se une desde la platea a su pedido, de poner fin a ésta vergüenza.
El senador Giuseppe Lumia remite la atención a las recientes polémicas sobre el 41 bis, a las interceptaciones y al escudo fiscal. Pero también hay problemas internos en su partido, en el cual todavía gravitan personajes “discutibles”, esos que mayormente queman, como Vladimiro Crisafulli. Hace referencia también a la magistratura de Messina, “amiga” de los mafiosos y débil de frente a los poderosos. Tema que será retomado por el abogado Fabio Repici, defensor de familiares de las víctimas de la mafia, quien no es para nada sutil. El jurista traza un hilo conductor entre las colusiones político-mafiosas de la oficina de Asuntos Reservados del Ministerio del Interior, del veintenal fascista y las actuales.
Cambian los nombres, pero la sustancia permanece invariable. Y he aquí que se materializan las responsabilidades de los magistrados como Franco Cassata y Olindo Canali, socios de un círculo para-masónico, al cual adhería el boss mafioso Giuseppe Gullotti. Repici recorre algunos “misterios” del Ros, de la fallida captura de Stampaola en Terme Vigliatore-Messina en el lejano 1993, pasando por la fallida requisa de la guarida de Riina, hasta llegar a una parte de la “negociación”, posiblemente conducida por los carabinieri Mori y De Donno, bajo mandato de sus superiores. Y es en Barcellona Pozo di Gotto (ME), que se entrelazan los hilos descubiertos de las colusiones mafia-Estado. Por no hablar del homicidio de Attilio Manca y del suicidio de Adolfo Parmaliana. En la segunda mitad del congreso Federica Fabbretti, del pueblo de las agendas rojas, hace de moderadora de las intervenciones, introduciendo a Cecilia Sala, una chica de 14 años quien ya había testimoniado el pasado 26 de septiembre en Roma, su compromiso social para exigir verdad y justicia. Inmediatamente después toma la palabra el juez Piergiorgio Morisoni. En su lucidísimo análisis le aplica los rayos X a las “reformas” de la justicia, próximas a venir, así como el vaciamiento de las fiscalías del sur. Aparece un cuadro desalentador descripto “desde el interior”, que deja al público literalmente pasmado. Morosini explica la necesidad de comprobar la veracidad de los hechos “que han minado nuestro sistema democrático”, en un momento en el cual se está bajo ataque. La escritora alemana Petra Reski cuenta su experiencia de corresponsal desde hace 20 años en Italia, su descubrimiento del fenómeno mafioso, su visión palermitana a través de los ojos, el corazón y la determinación de la fotógrafa Letizia Battaglia y de su hija Shobha. Y sobre todo la inicial superficialidad de Alemania (y no solo ella) en el analizar y comprender un fenómeno tan complejo como el de la mafia. Una superficialidad que en parte, pero sólo en parte ha cambiado después del atentado de Duisburg. Sonia Alfano interviene sucesivamente, en sus palabras está la rabia de quien no quiere “bajar el tono” de frente a un Primer Ministro cuyas exteriorizaciones, están saliendo fuera de los anales de los hospitales psiquiátricos. La hija de Beppe Alfano desaprueba públicamente al Pd, que la semana pasada no apoyó la propuesta europea de crear un intergrupo parlamentario contra las mafias, preguntando el motivo por el cual una transmisión de “Annozero” todavía no afronta el nodo mafioso de Barcellona Pozo di Gotto (Sicilia).
Es el turno de Gioacchino Genchi, la gente comienza a aplaudir incluso antes de que empiece a hablar. El consultor de las fiscalías, ex colaborador de Luigi De Magistris agradece a los amigos y también a los enemigos, gracias a los cuales su vida ha cambiado completamente y cuyo libro “El Caso Genchi – historia de un hombre en manos del Estado” trata ampliamente el tema bajo el perfil profesional y también humano.
El mismo Genchi pone en guardia de la “deriva mediática de la información en la cual las acciones solapadas puestas en práctica por algunos individuos que actúan de forma falsa y cínica intentando distorsionar la verdad para narcotizar las conciencias de los italianos”. “Este es hoy el problema más grave –explica el asesor de las fiscalías- a veces aún más grave que la mafia, porque incide sobre la esencia misma de la democracia, sobre el aspecto etiológico de concepto de justicia y legalidad que se funda sobre la verdad y sobre el conocimiento de hechos”. “He aquí cómo pueden ser tergiversados los resultados operativos y los resultados investigativos que son el fruto de la tenacidad de los magistrados comprometidos en el frente antimafia, de los policías y de los carabinieros comprometidos en el frente antimafia que después puntualmente son reconvertidos como elementos de ventaja, como elementos de justificación a su favor por parte del gobierno que intenta de todas las formas posible pasar por el mejor gobierno en la lucha contra la mafia, ¡pero esto no es verdad!”. “Nosotros sabemos –remarca Genchi- como este gobierno ha reducido a la luz de la vela las fuerzas del orden. Nosotros sabemos cómo han sido disminuidas las horas extras de los policías, como han sido disminuidas las misiones, como no hay más fondos para echar gasolina en los coches, como son bloqueadas y limitadas las interceptaciones telefónicas, como es imposible en este momento seguir a un mafioso que se ha trasladado, ir a buscar a un prófugo o seguir a un traficante de estupefacientes porque los policías no tienen la posibilidad de hacer investigaciones.
Después de las recientes polémicas surgidas luego de un fragmento de video donde Genchi había comentado la instrumentalización política después del arresto de Nicchi y Fidanzati (con claras referencias a la amplificación mediática construida de propósito alrededor de la presencia de la sociedad civil debajo del Juzgado de Palermo) es el mismo investigador quien ilustra a fondo su forma de pensar.
“Las iniciativas de solidaridad hacia las fuerzas de la policía que ejecutan un arresto de prófugos, más o menos importantes –explica Gioacchino Genchi refiriéndose a los dos últimos arrestos- son instrumentalizados mediante operadores, con grupos organizados en el arte de mostrar buena fe, esa operatividad de gente honesta, de gente de bien, esa misma gente que ha bajado a la calle para expresar solidaridad hacia mí, que agradezco y aprecio mucho”. Que esté claro –insiste Genchi- que a nadie le está permitido especular sobre las palabras escribiendo subtítulos y tergiversando los videos. Se han dicho palabras bien precisas para expresar solidaridad hacia esos policías honrados que todavía siguen haciendo su trabajo y hacia esos chicos que con tanto coraje ¡han hecho presente su solidaridad! Y que no se le permita a nadie dividir los frentes, creando especulación con esas imágenes de abertura de los noticiarios al día siguiente cuando había que anular dos grandes eventos: el No Berlusconi Day y la deposición de Spatuzza en el proceso Dell`Utri. Era necesario anular esos eventos, ¡cualquier pretexto era bueno! Cualquier acción eran útil como el éxito y los resultados de la policía de Palermo y de la Policía de Milán, de esos ciudadanos, de esos jóvenes que han ido para demostrar solidaridad”. Desde el principio algunos periodistas democráticos, algunos policías democráticos comprendieron todo esto, lo han hecho saber y puntualmente, como un reloj, esas manifestaciones espontaneas han sido utilizadas como arma para cubrir las fechorías del sistema de un gobierno que agrede a quien trabaja honradamente, de un gobierno que se desmiente a sí mismo. ¡Esta es la realidad que vivimos! La gente aplaude ininterrumpidamente mientras Salvatore Borsellino se prepara para concluir el encuentro. Salvatore se deja llevar por la emoción al revivir la mañana en Via d’Amelio, cuando ha sentido la presencia de Paolo a su lado. A duras penas logra seguir hablando. Se repone un poco cuando cuenta la amargura y la rabia que ha probado cuando ha sido atacado injustamente por el abogado Costa que ha definido el encuentro entre él y Massimo Ciancimino (acontecido espontáneamente delante del Palacio de Justicia de Palermo) “vilipendio de cadáver”. “Pero yo me encontraría incluso con Riina o con los Graviano para descubrir la verdad –grita Salvatore-... para descubrir la verdad sobre la muerte de mi hermano... que a este punto es la única razón de mi vida”. La gente se pone de pie y aplaude conmovida. También sobre el palco algunos relatores se secan los ojos.
Muy consciente Salvatore ha afirmado siempre que probablemente no llegará a ver ese sol que iluminará un mundo de justicia, pero pretende ver al menos los primeros rayos de la verdad.
El alba de una nueva resistencia ha comenzado y se le debe a él.