Viernes 14 Febrero 2025

Pacto estrecho entre Lagalla, Lombardo y Miccichè

Ningún juicio ni prejuicio a la libre elección de cualquier ciudadano de expresarse y hacer política en esta democracia nuestra. Faltaría más.

Pero el pacto firmado en un hotel de Palermo, con corte de cinta, por la tríada Raffaele Lombardo (ex gobernador de Sicilia y líder de los autonomistas), Gianfranco Miccichè (ex ras de Forza Italia en la isla) y Roberto Lagalla (actual alcalde de la capital siciliana) no augura nada bueno.

A la espera de conocer el nombre y el símbolo de esta nueva criatura de centroderecha, podemos al menos sospechar que a la mafia le va a gustar este nuevo partido siciliano. La historia dice que siempre mira con interés a las nuevas fuerzas políticas y la historia también señala amistades y relaciones peligrosas de los protagonistas de este nuevo matrimonio político.

Empecemos por Gianfranco Miccichè, en el pasado gran protagonista de Forza Italia, partido fundado por un mafioso como Marcello Dell'Utri (condenado y con sentencia cumplida por concurso externo en asociación mafiosa).

Fue el brazo largo de Berlusconi en la famosa victoria "61 a 0" del 2001. En los últimos meses la Fiscalía de Palermo solicitó el procesamiento por malversación y fraude bajo el cargo de haber tenido una "gestión arbitraria y completamente personalista", como dijo el juez de instrucción en referencia al auto azul del que disponía como diputado regional.

En el verano del 2023, acabó implicado de algún modo, aunque no fue procesado, en una investigación sobre el tráfico de cocaína en Palermo.

Tras escuchar una breve información de los fiscales, admitió haber consumido cocaína y haber recurrido a un amigo suyo, Mario Di Ferro (quien fue arrestado en ese momento y luego aceptó una condena de 4 años), para comprarla.

Un escándalo si tenemos en cuenta que suministrar cocaína en Palermo significa contribuir, aunque sea con poco respecto a las grandes sumas a las que está acostumbrada Cosa Nostra, a llenar los bolsillos de una organización criminal y autora de masacres.

Luego está el alcalde de Palermo, Roberto Lagalla, que incluso antes de su elección había aceptado el apoyo de personas condenadas por crímenes mafiosos.

Habían apostado públicamente por él Marcello Dell'Utri, que como se indica en su sentencia de condena "del '74 al '92 garantizó el pacto entre Berlusconi y las familias mafiosas", y Totò Cuffaro.

El expresidente de la Región de Sicilia fue condenado en el 2010 a siete años de prisión por complicidad con Cosa Nostra. Un sujeto que se limitó a cumplir su condena, sin admitir nunca sus errores. En los fundamentos de la sentencia de condena de Casación se afirma que hubo repetidos contactos entre Cuffaro y "diversos exponentes" de Cosa Nostra.ns2

Los jueces subrayaron que, "de manera totalmente correcta, argumentada y verificada, los jueces del Tribunal de Apelación de Palermo -en la sentencia dictada el 23 de enero de 2010, que aumentó la pena por el cargo de mafia- habían demostrado la existencia del acuerdo 'político mafioso' entre el jefe del distrito de Brancaccio, Giuseppe Guttadauro y el político Salvatore Cuffaro y la conciencia de este último sobre facilitar la asociación mafiosa incluyendo a personas apreciadas por los jefes en la lista electoral para las elecciones sicilianas del 2001 y revelando, en varias ocasiones, a figuras de la mafia la existencia de investigaciones en curso contra ellos".

Además, el Tribunal de Casación reiteró que Guttadauro había firmado un acuerdo con Cuffaro, mediado por el portavoz Miceli, "proponiendo al político que acepta (e incluye en la lista) la candidatura de Miceli para las elecciones regionales, movilizando a toda la familia mafiosa para las consultas, con el fin de obtener apoyo para una reducción del régimen penitenciario del 41 bis, para el control de los flujos de gasto público y para el condicionamiento de las actividades económicas en el territorio, todos intereses de la asociación mafiosa que Miceli se había comprometido a realizar". Cuffaro, entrevistado por LiveSicilia, dijo hoy que mira "con interés" a "todo lo que es necesario para fortalecer el centro". Sin embargo, confirma su total aprecio sólo hacia el alcalde de Palermo, con la esperanza de que todos "sean leales" ahora y en el futuro, de cara a las próximas elecciones. Escaramuzas, se podría decir.

Luego de Miccichè y Lagalla, el último vértice del triángulo es Raffaele Lombardo. Sabemos bien que el exgobernador fue definitivamente absuelto de los cargos de complicidad externa con la mafia y corrupción electoral. Hubo un largo proceso judicial con sentencia en primera instancia que aplicó la pena de 6 años y 8 meses, el reconocimiento en apelación únicamente de la acusación de corrupción electoral, la anulación por la Corte de Casación, y el posterior juicio que concluyó con la absolución, confirmada por la Suprema Corte en marzo del 2023.

Durante el proceso surgieron "relaciones directas o indirectas entre Lombardo y miembros de las familias mafiosas de Cosa Nostra", pero para los jueces se trataba de "elementos inespecíficos y sin carácter individualizador" que no demostraban la existencia de concurso externo. "La sentencia de rescisión -dijeron los jueces de la Corte de Casación- es clara al afirmar la necesidad de prueba de la celebración de un acuerdo de este tipo, prueba que no puede reconocerse en la sola existencia de relaciones entre los mismos e incluso los máximos exponentes de la organización delictiva cuyo objeto sean actos no ilícitos".

Todo normal, entonces. O casi. Porque sigue siendo escandaloso ver cómo ciertas figuras son, hoy como ayer, protagonistas de la política del país. Haciendo nuevos pactos.

Todo cambia para que nada cambie, dijo el Gattopardo.

Y una vez más se pisotean las palabras de Paolo Borsellino cuando, hablando en una escuela de Bassano del Grappa en 1989, explicó el malentendido básico que siempre acompañó a la política italiana: esconderse detrás de la "pantalla" de la sentencia en vez de tomar medidas "haciendo limpieza interna de todos aquellos que son alcanzados, en cualquier lugar, por episodios o hechos perturbadores, aunque no constituyan delito". Nosotros no lo olvidamos.

*Foto de Portada: Diseño gráfico de Paolo Bassani

*Foto 2: Silvio Berlusconi © Imagoeconomica