Viernes 19 Abril 2024

En este gran pero desdichado país hay momentos de la historia en los que se dan cambios de época y momentos de profunda crisis que evidencian las contradicciones e hipocresías de un sistema que ahora está a la deriva.

En estos momentos las 'partes' presentes sobre el terreno toman formas cada vez más distintas: por una parte, hay quien busca afrontar los desafíos y promover el progreso social, económico y político, y por otra, quien se aferra al conservadurismo y a la defensa de los intereses consolidados.

Todo esto fue 'fotografiado' en la manifestación del 23 de mayo en Palermo, en la que la marcha "No han sido ustedes, pero fueron ustedes" organizada por Our Voice, la CGIL y otras asociaciones estudiantiles fue cargada por policías antidisturbios en calle Notarbartolo. Jóvenes, estudiantes y ciudadanos fueron golpeados solo por haber ejercido el derecho a honrar la memoria de Giovanni Falcone, Francesca Morvillo y los agentes de su escolta, y por protestar contra las pasarelas y las hipocresías del Estado.

Los hechos ya han sido ampliamente reconstruidos por nuestro periódico y la televisión pública lo ha documentado con imágenes que dejan poco lugar a las dudas.

Para que conste, es justo recordar que, por la mañana, la Prefectura le pidió a la Jefatura de Policía que dictara una ordenanza que no dudamos en calificar de fascista. En cuanto limitaba, por discutibles razones de orden público, el derecho consagrado en la Constitución a "expresar libremente el pensamiento de palabra, por escrito y por cualquier otro medio de difusión".

La historia no pasó desapercibida: los diarios nacionales y nombres históricos han atacado en reiteradas ocasiones y con dureza la actuación de los policías y sus superiores.

Represion a la marcha del 23 de mayo la prensa libre se levanta y denuncia 2

Firmas como la de Attilio Bolzoni, que escribió en el Domani un editorial titulado "De Falcone a las porras. El día histórico de la nueva antimafia" en la que denuncia a "este día de vergüenza y ajuste de cuentas, lúgubre, siniestro, que borra cualquier ambigüedad sobre lo que es hoy la antimafia oficial en Sicilia y también en Roma"; o Alessia Candito, en La Repubblica, una de las primeras en denunciar el dictado de la ordenanza "fascista" de la policía.

L'Indipendente, en un artículo firmado por Stefano Baudino, dice que los jóvenes "manifestaron desde el primer momento de una manera absolutamente pacífica, no querían ceder a una celebración 'brillante'. Su objetivo era, por el contrario, poner de manifiesto el cáncer que significa la relación cercana entre la mafia y la administración pública, clamando por verdad y justicia sobre las masacres de los años 90. También promovían el tema antimilitarista y antiatlantista y reclamaban en alta voz por señales sobre el derecho a la vivienda, al estudio, al trabajo, al cuidado de la salud y a un medio ambiente limpio para sacarle oxígeno al crimen organizado".

Incluso Il Manifesto, un diario notoriamente comunista, denunció la carga de la policía; lo mismo hizo Mondo Rivista con el titular "Marcha por la masacre de Capaci, jóvenes tirados al suelo por los agentes".

Por su parte Il Fatto Quotidiano recogió las palabras de Jamil El Sadi, portavoz del grupo Our Voice, una de las asociaciones reunidas en el Comité del 23 de mayo: "Los manifestantes y los ciudadanos libres ¿tenemos que pedirle una invitación a alguien para poder pasar? Nuestra procesión es inconveniente para la política porque no es una pasarela, y habla de contenidos antimafia, antimilitarismo y de protección del medio ambiente". Temas que, evidentemente, cierta parte de la política no quiere oír. Especialmente en presencia de "pancartas injuriosas".

En los últimos días, La Repubblica publicó también un documento de un grupo de ochenta profesores sicilianos, docentes que realizan actividades educativas antimafia en el contexto del No Mafia Memorial y en muchos otros ámbitos. En la carta expresaron "indignación y decepción por el torpe intento político que obligó a las fuerzas policiales a intervenir contra grupos y asociaciones que se manifestaban pacíficamente".

Duras críticas fueron reportadas por el Blog Sicilia a la Fundación Falcone y a su presidenta, Maria Falcone (hermana de Giovanni): "Durante muchos años ha sido difícil intentar participar en las celebraciones del 23 de mayo" -destacó Gabriele Rizzo del grupo Officina del Popolo– señalando las contradicciones de quienes vienen a desfilar. "Así como la Fundación Falcone tiene derecho a poder expresar su memoria de las masacres, nosotros también. Lo que no tiene derecho a hacer es privatizar un pedazo de la ciudad, decidiendo quien puede estar y quien no. Si nosotros no tenemos derecho, ellos tampoco tienen derecho". Y precisamente a propósito de la memoria del magistrado caído en la lucha contra la mafia, Andrea La Torre, del comité Activamente, declaró en el micrófono: "Cada golpe volvió a matar a Giovanni Falcone".

No faltó ni el Giornale di Sicilia, quien también relató las declaraciones de los jóvenes activistas de Our Voice: "El comisario Leopoldo Laricchia debe asumir sus propias responsabilidades, así como cualquiera que haya dado la orden de golpear, aunque lo haya hecho el ministro Matteo Piantedosi. Son formas de represión de la libertad de pensamiento que sólo se dan en las dictaduras". Finalmente, Live Sicilia informó sobre las denuncias por la violencia sufrida por los estudiantes.

Además de los diarios, también se movieron senadores y representantes de la política: uno sobre todo, el senador Roberto Scarpinato, que anunció que presentará una pregunta parlamentaria al ministro del Interior, Matteo Piantedosi; o el abogado Antonio Ingroia, exlíder de Azione Civile: "Se ha impedido a los jóvenes recordar a Falcone bajo el árbol y posiblemente expresar su sacrosanta crítica a las instituciones sicilianas, y al hecho de que están representadas por hombres abiertamente apoyados por hombres que fueron condenados por apoyar a Cosa Nostra. Me refiero al exsenador Dell'Utri y al expresidente de la Región de Cuffaro".

Los testimonios reportados hasta ahora son prueba concreta de que el alma antifascista de la nación nunca ha muerto. En estos momentos cruciales, la lucha por la defensa de los valores democráticos y los derechos humanos se vuelve aún más urgente y necesaria.

Fotos: Pietro Calligaris