Es un bonito día, el calor del sol nos dice que el frío invierno se ha quedado atrás y que finalmente la primavera ha llegado... aunque todavía no es la que deseamos tanto.
Pero es en estos momentos en los que se tiene la sensación de que la mafia no es invencible.
Leyendo el libro de La Licata y Ciancimino, “Don Vito”, me ha chocado en particular la unión y la determinación de estos criminales en perseguir su propio objetivo. Estas personas no pierden tiempo, no pierden nunca de vista sus propios objetivos. Cada uno está en su lugar, cumple bien con su cometido y ésto según mi opinión es el verdadero punto de fuerza del sistema mafioso que se distingue del frente opuesto, que por el contrario, a menudo está dividido y lacerado internamente debido a formas de protagonismo, de envidias y de intereses particulares.
Es por este motivo que tenemos que luchar, para tener unidas esas fuerzas políticas de la sociedad, esa parte de la magistratura, de ciudadanos honrados, de las fuerzas del orden que realmente luchan contra este cáncer.
Es justo admitir que no todas las instituciones de hoy representan la lucha contra la mafia, la intransigente, la que no descuenta nada a nadie y que está dispuesta a sacrificar su vida a costa de derrotar este mal. Lo cual se puede obtener solo estando unidos como envueltos por un abrazo protector, un poco como es la intención de la recién nacida escolta cívica para proteger a los magistrados herederos de Falcone y de Borsellino, que son Antonio Ingroia, Nino Di Matteo y Sergio Lari.
El cortejo parte de Terrasini a las 18:00 para llegar a Cinisi. Recorremos 5 km con los carteles y con las agendas rojas en alto.
La tenacidad de Salvatore Borsellino, presente en la manifestación en primera fila, que sostiene el cartel, animando a todos a pesar del cansancio, con esa voz que parece que no quiere volver después de los muchos gritos de estos últimos años, pero que una vez más logra gritar su rabia con su ¡RESISTENCIAAA!”, lo repite todo el cortejo.
Ha participado también Rosario Crocetta (ex intendente de Gela, actualmente diputado en el parlamento europeo) quien al saludar a Salvatore le refiere que ha estado en la casa del jefe de mafia Badalamenti y que dentro “había este mal olor asqueroso de mafia sobre el mármol”, hasta el punto que ha tenido que salir de allí.
El gran Pino Maniaci, con su videocámara, que no podía faltar, listo para filmar desde las posiciones más extrañas.
También el senador Lumia, conocido por sus batallas contra la mafia y siempre presente en estas ocasiones, se ha abierto paso entre el gentío para llegar donde nuestro querido Salvatore y abrazarle.
Alrededor de las 19:30 el cortejo llega a Cinisi y nos paramos todos en la puerta de la casa de la memoria de Peppino.
En ese momento he sentido una fuerte emoción, he pensado en el rostro de Peppino, le veía sonreir, he vuelto a ver la escena de cuandro era él el que organizaba esas manifestaciones para gritar NO a la mafia y después he visto el día de su funeral así como lo cuenta la película “Cien pasos” (que relata su historia) y estaba ella, Felicia, con esa sonrisa en los labios contenta porque sus compañeros no le habían olvidado... quien sabe, quizás Peppino y Felicia estaban de verdad ahí con nosotros, de seguro estaban en nuestros corazones.
Valeria Di Blasi
10 de mayo 2010
Catania