¿Quienes son los legítimos habitantes de Afganistán? Los afganos, evidentemente. ¿Qué son los 130.000 soldados extranjeros que se asientan allí? Los ocupacionistas. ¿Por qué ocupan? Que sea para luchar en contra del terrorismo es, luego de 9 años de guerra y de guerrilla, no sólo insostenible, sino que es grotesco. Por lo demás la misma CIA ha calculado que de los alrededor de 50.000 combatientes sólo 386 no son afganos, sino que se trata de uzbekistanos, de chechenos, de turcos, por lo tanto no de árabes entregados a la jihad universal en contra del mundo occidental. Y nadie se preocupa en explicar cómo es posible que un puñado de guerrilleros “harapientos”, como los ha definido el mismo Strada, pueda controlar el 70% del territorio, como han admitido incluso Margelletti y Jean, a la cabeza del más poderoso, armado y sofisticado ejército del mundo. Porque evidentemente tiene el apoyo de la gran mayoría de la población. Este apoyo se ha elevado poco a poco hasta convertirse casi en plesbicitario por la masacre de civiles, perpetrada por las tropas de la OTAN. Repaso mis artículos recortados: “Disparos a la multitud, es una masacre. Rebelión en la plaza de Kabul” (30/5/2006); “Bombas sobre las casas, masacre de civiles en Afganistán” (27/10/2006); “Afganistán nuevas víctimas civiles” (28/10/2006); “Masacre de civiles luego de una emboscada a los Estados Unidos” (5/3/2007); “Afganistán, raíd de la OTAN”. 45 civiles entre las víctimas” (2/7/2007); “Afganistán, los italianos disparan. Decapitada una niña de 12 años (13/2/2008); “Atentado en Afganistán. Las escusas de América” (7/5/2009); “Afganistán, ataque de la OTAN. Masacre de talibanes y civiles” (5/9/2009); “Afganistán, niños de 5 años heridos” (10/2/2010); “Afganistán, nueva masacre de civiles” (13/4/2010); “Kandahar, la OTAN dispara a un autobus de civiles” (13/4/2010). Y esto no es más que un repaso del material que he recavado y una infinitesimal parte de la matanza que es cotidiana, porque en ausencia de los testigos, las noticias no se filtran hacia nosotros. Decimos hoy que estamos allí “para reconstruir un País”. Y en cambio lo hemos destruido, materialmente, económicamente, socialmente, moralmente.
1) En los seis años del gobierno talibán había una seguridad. Se podía viajar tranquilamente incluso de noche. Bastaba con respetar la ley. Los talibanes habían echado a los famosos “señores de la guerra”, al otro lado de la frontera. Hoy algunos de ellos y los peores, verdadera gente de horca, Dostum y Hekmatyar, son nuestros aliados. 2) En el Afganistán talibán no había desocupación, porque el Mullah Omar había mantenido la tradicional estructura económica y social del País. Hoy los desocupados son millones. 3) En aquél Afganistán no había corrupción, por la sencilla razón de que a los talibanes corruptos les cortaban las manos (solución impensable en Italia porque tendríamos un Parlamento de mancos). Hoy la corrupción está difundida. Ha dicho Ahmad Ghani, el más occidentalizante de los candidatos de las elecciones-farsa de agosto y por lo tanto de simpatías talibanas insospechadas: “En el 2001 eramos pobres, pero teníamos una moralidad nuestra. Este aluvión de dólares ha destruído nuestra integridad”. 4) En el 2000 Mullah Omar frenó el cultivo de amapolas y la producción de opio colapsó casi a cero (ver el diagrama en el periódico el Corriere del 17/6/2006). Hoy Afganistán produce el 93% del opio mundial. Yo estoy con el Mullah.

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* Título de un viejo film italiano “Lo sai che i papaveri” de 1952