debido al criterio severo de juicio de la magistratura, no se cuenta con elementos suficientes ni para pedir el arresto ni el encausamiento del gobernador.
Y nos encontramos frente al problema de siempre. ¿Cuánto se puede vincular la cuestión moral a la acción penal?
Aunque sin consecuencias en efecto, el contenido de las casi 500 páginas de la solicitud de prisión preventiva en la que el nombre de Lombardo y el de su hermano Angelo aparecen en la lista de los investigados impondría de todos modos al Presidente por lo menos de proveer explicaciones y de tomar las oportunas distancias de cautela a los que sostienen su gobierno.
Es verdad que Lombardo ha pedido que lo interrogaran los jueces de Catania, pero también es verdad que los sicilianos electores suyos y todos los italianos tienen el derecho de tener respuestas claras sobre todo sobre algunos episodios que emergen de las escuchas telefónicas y ambientales.
El primero en orden de importancia tiene que ver con una conversación entre Vincenzo Aiello, conocido como Enzo, y Giovanni Barbagallo durante la cual, refiriéndose a las elecciones regionales del 2008, de las que salió vencedor Lombardo, el primero recuerda al segundo: “¡... non vi scuddati, ci resi i soddi nostri! Del Pigno... ci resi a iddu per la campagna elettorale...” (no lo olvideis, ¡le di nuestro dinero! (el) del Pigno... se lo di a él el dinero para la campaña electoral”.
El Pigno –escriben los investigadores- es el barrio catanés en el que algunas empresas, que ya habían atraído sobre si la atención de las fuerzas del orden, estaban construyendo un gran centro comercial.
Pero para comprender que tan grave puede ser este breve pero incisivo intercambio de frases vale quizás la pena recordar la característica criminal de Vincenzo Aiello que con Eugenio Galea rige la familia mafiosa de Nitto Santapaola desde cuando éste fue arrestado el 18 de mayo de 1993 y condenado a más de una cadena perpetua.
En particular precisamente Aiello tenía libre acceso a Riina que le estimaba mucho y le permitía participar a las reuniones intraprovinciales más delicadas, incluso a las relativas a los atentados.
El hecho de que el jefe de mafia fuese uno de la vieja escuela lo demuestran otras numerosas escuchas en las cuales se le oye aludir al antiguo código de reserva hablando a uno de sus compañeros y sobre todo cuando, estando como invitado en la fiesta para celebrar la elección de Angelo Lombardo al parlamento nacional como diputado del MPA, decide irse apenas en cuanto llega el festejado con la intención explícita de no comprometer la integridad de los referentes sobre los cuales ha apostado e invertido.
Por lo que se lee en los papeles las investigaciones no han podido demostrar hasta ahora que efectivamente los dos candidatos hayan recibido conscientemente la ayuda de la banda mafiosa de Catania, porque las escuchas, por lo que se sabe, nunca han captado la voz de los hermanos Lombardo, pero las palabras del jefe captadas a escondidas sobre las financiaciones y la atención con la que ha intentado proteger la reputación de los políticos son datos que merecen una meticulosa profundización por parte de la magistratura y una seria reflexión por parte del mundo político.
Lo mismo debe decirse sobre las muchísimas escuchas en las que Giovanni Barbagallo, anómalo geólogo en directo contacto con Aiello, relata difusamente su compromiso personal en la elección de Lombardo y sus peripecias para hacer llegar y gestionar ingentes cantidades de dinero. “Enzo, yo, en lo que depende de mí he hecho llegar 22 millones de euros”.
Los magistrados se refieren a él como “el probado y estable canal de comunicación entre la organización criminal de la cual él mismo participa y los hermanos Lombardo” y siempre a través de sus palabras se sabe de un paseo del brazo del Gobernador y el empresario Vincenzo Basilotta, condenado por mafia en el 2005 y rival del Barbagallo como hombre de referencia por la campaña electoral del político.
A la lista de las explicaciones que Lombardo tiene que dar debe dar cuenta también de lo que otro exponente de la banda Santapaola, Rosario Di Dio dice en confianza a sus adversarios interlocutores sobre su acentuada insatisfacción por la relación con el Gobernador.
Explica a un tal Salvo Plotino con un rencor mal escondido que no tiene ninguna intención de apoyar a Lombardo: “Es inútil que vengas a buscar votos porque ya no hay votos para Raffaele... lo que he hecho yo cuando ganó la primera vez... y visto que yo he arriesgado la vida y la prisión por él...” Y en otra ocasión: “Ha venido a la una y media de la noche y ha estado dos horas y media, aquí conmigo... se ha comido 7 cigarrillos”.
Solo el testimonio del médico Salvatore Astuti confirma este episodio, pero es Lombardo el que debe proveer las pruebas para desmentir la acusación de un encuentro tan secreto en plena noche, cuyos motivos no son difíciles de imaginar visto que Di Dio es criminal de larga carrera.
Lo último, pero no porque sea menos importante, las presuntas relaciones con el jefe mafioso de Enna, Raffaele Bevilacqua con quien el Gobernador se habría encontrado, hace años, como lo demostrarían una decena de escuchas telefónicas y la agenda del jefe de mafia.
En la espera de que Lombardo desate todas las dudas y reservas sobre estos insidiosos indicios investigativos, la espada de Damocles que ya oscilaba amenazadora sobre la cabeza de su “gobierno quater” desciende peligrosamente. ¿Una junta, hija de una delicadísima y al mismo tiempo improbable alianza transversal en nombre de las reformas esenciales y urgentísimas para Sicilia, que cuenta con personas por encima de toda sospecha en cargos esenciales, puede legitimamente continuar obrando bajo la égida de un Presidente que tiene sostenedores y electores tan comprometedores?
¿Podría lograr de verdad eliminar esos sistemas de poder de la isla que están desde siempre en manos de los potentados político-especulativo-mafiosos que, conscientemente o no, son su cuenca electoral?
Francamente nosotros pensamos que no. Más allá de tácticas utilitaristas de la política y también de las mejores intenciones de los que ven en la ruptura del PDL (partido Pueblo de la Libertad) y del UDC (Unión de Centro) en Sicilia la ocasión para romper viejas y consolidadas uniones que quizás sólo Pier Santi Mattarella intentó cortar, no creemos que es el camino justo para tomar.
No podrían comprenderlo ni aceptarlo las nuevas generaciones, sobretodo en este momento en el que hay tanto deseo de limpieza y transparencia, que hay necesidad de cambios radicales, que es el momento de dar vuelta la hoja. El vino nuevo necesita odres nuevas, de lo contrario arriesga que se contamine con los residuos del fondo.
Por lo tanto pedimos al doctor Massimo Russo, a la doctora Chinnici, al prefecto Marino y al Senador y amigo Beppe Lumia que tomen las debidas y justas distancias de Lombardo y de su historia pasada poco limpia. Sabemos con cuanta seriedad y con cuanto rigor desarrolláis vuestras funciones, pero Sicilia merece un cambio verdadero, merece un presidente a la altura de representar vuestras intenciones de eficiencia y rescate, se lo merecen también vuestra reputación y el trabajo que habéis desarrollado individualmente en todos estos años.