Lunes 7 Octubre 2024
En mi oficina conservo una fotografía en memoria del General Carlo Alberto dalla Chiesa, un héroe, un gran hombre de valor, un ejemplo de justicia, igualdad y solidaridad.
Así como él otros carabinieri han encarnado los mismos ideales, entre los cuales no podemos no recordar a Salvo d’Acquisto. Pero tenemos que constatar la realidad de los hechos. Hay carabinieri y carabinieri. En la historia de los últimos cuarenta años de nuestro país muchos hombres del Arma, desde simples soldados hasta generales, han sido autores de trabajos sucios en varios niveles. Y es por esto que nos preguntamos ¿a qué Estado son fieles estos carabinieri? ¿Y a qué poder? Cronológicamente el último episodio ha sido el testimonio de un suboficial que confirma lo que Massimo Ciancimino ya había declarado y que Antimafia Duemila publicara el año pasado. O bien que en la casa del hijo del ex Intendente de Palermo, durante la requisa realizada en febrero de 2005 estaba el “papello” que los mismos militares no secuestraron. Ahora empezará el habitual sistema de defensa de pasar el problema a otro. Me lo dijo el superior “x”, o bien “el capitán tal dice que se lo dijo el coronel cual”...el hecho es que el documento que testifica la negociación del 92', con todos los pedidos de Riina al Estado, ha quedado oculto por otros cinco años. ¿Se trata de la enésima equivocación? En cambio lo que tenemos que preguntarnos, en presencia de investigaciones delicadas que tienen que ver con las relaciones entre mafia y Estado ¿quién maneja a nuestros militares del Arma? ¿Qué quería decir el boss mafioso Badalamenti con la frase “la policía son esbirros y los carabinieri son carabinieri”? Por lo tanto hago un llamado a todos los militares involucrados en estas sucias historias, quizás implicados en presuntos encubrimientos o presuntos concursos externos en asociación mafiosa: decidle la verdad a los fiscales que representan al Estado que decís servir. Decid la verdad si no queréis enlodar al Arma, a la cual los ciudadanos italianos le confían sus vidas y su seguridad. ¡Decid toda la verdad!