Jueves 28 Marzo 2024

Además los bancos italianos contaban mucho con los ingresos que derivarían de ese dinero.
Un motivo más para hablar de deslealtad bancaria por parte del Vaticano. Pero al Vaticano le conviene abrir una cuenta, en lugar de en Italia, en instituciones bancarias desenvueltas como el Deutsche Bank, que no hace demasiadas preguntas sobre la procedencia de los fondos. El punto es que sobre todo de un ente eclesiástico se tiene que pretender un accionar más ético.

El Papa Ratzinger lo intentó, presentando una especie de ley antilavado de dinero que luego fue completamente modificada por su Secretario de Estado, Tarcisio Bertone: pero si los fondos del 8 por mil no están sometidos al control de los bancos italianos ¿cómo sabemos que no son mezclados con dinero sucio?
Realmente no lo sabemos: no hay ninguna posibilidad efectiva de rastrearlos. El envío al exterior podría ser utilizado para monetizar fondos de procedencia sospechosa, para usar un término soft.

Bertone también destituyó de los altos cargos del Ior y del Apsa (la administración del patrimonio de la Sede Apostólica) a hombres considerados serios como Ettore Gotti Tedeschi. ¿Qué piensa de ello?  
Retomo las duras declaraciones del mismo Gotti Tedeschi cuando dijo que se sentía desalentado precisamente por haber defendido la ley antilavado. Es obvio que todo eso arroja una inquietante sombra sobre estos personajes. Si yo fuera Primer Ministro invertiría mucha más energía en hacer transparente la finanza vaticana que la invertida por Mario Monti, que es subordinado. Por no hablar de Berlusconi.  

¿Cómo puede ser que ningún político, ni siquiera de izquierda, protesta en contra de estas prácticas?
La Casta siempre tiene la misma actitud hacia los poderes fuertes, y el Vaticano es un poder muy fuerte. Son muy pocos los políticos que no agachan la cabeza: se necesita una inyección de valor, y los fiscales pueden ayudar.

Gracias al Ior - lo demuestran las coimas de Enimont, que fueron descubiertas por su colega de partido, Antonio Di Pietro – también circulan fajos de dinero. ¿Cómo afrontaría usted el problema?  
Imponiendo rastreabilidad y la declaración de procedencia de cada flujo financiero que pasa por el Ior. Ellos son los primeros en decir que quieren dar pasos al frente en materia de antilavado: que lo demuestren.

Mientras tanto Bankitalia ha impuesto un bloqueo a los cajeros automáticos del Vaticano después de que la Fiscalía de Roma señaló presuntas actividades de lavado de dinero relacionadas con operaciones del Ior: es un movimiento de 40 mil millones de euros al año.
Y ellos respondieron haciendo transferencias entre cuentas en el exterior, gracias a una sociedad suiza: ulterior estrategia de evasión de los controles y evidente insubordinación a la ley italiana antilavado.

Para Monti estamos asistiendo a una nueva Tangentopolis. ¿Está de acuerdo?  
Yo digo que es siempre la misma Tangentópolis, que nunca terminó. Es más, se ha extendido desmedidamente: veinte años de “berlusconismo”han convertido en lícito lo ilícito. Se han creado estratos cada vez más amplios de impunidad y corrupción, la cual a este punto ya es sistémica. O damos un volantazo serio, reescribiendo toda la legislación sobre la administración pública y promoviendo un texto único antilavado que sea eficiente, o Italia será devorada definitivamente por Tangentopolis.

¿Cuáles son sus propuestas, como candidato de “Rivoluzione Civile” (Revolución Civil) para secuestrar los botines ilícitos de políticos y financieros?
Tenemos una “propuesta shock”, que en cambio en un País normal sería ordinaria: extender a los corruptos y a los grandes evasores de impuestos la normativa que se aplica a los mafiosos.

¿Podría explicarlo?
Apenas emergen indicios de corrupción hay que iniciar una serie de investigaciones sobre los patrimonios y, en caso de desproporción entre su valor y la declaración de ingresos - y sin la prueba de una procedencia lícita de los bienes – se dicta automáticamente el secuestro y la confiscación de los patrimonios. Entre corrupción, evasión y sistemas mafiosos cada año perdemos alrededor de 400 mil millones de euros, equivalentes a un quinto de la deuda pública italiana. No se combate la  ilegalidad únicamente por un sentido de justicia, sino como motor de desarrollo. De lo contrario habrá un default.


Extraído de: “Il Fatto Quotidiano”

http://www.antimafiaduemila.com/2013021641271/primo-piano/beatrice-borromeo-intervista-antonio-ingroia-riciclaggio-chiesa-colpevole-e-politici-complici.html


* El 8 por mil de los impuestos pagados al Estado en la declaración de renta anual es asignado a la Iglesia Católica, a otras confesiones religiosas o asociaciones de voluntariado.