“Los dichos y las veladas críticas expresadas por algunos magistrados – había dicho Ingroia - por mi decisión de presentarme como candidato son un guión que se repite”. “La única explicación que puedo dar – había añadido el ex Fiscal - es que siempre he dicho lo que pensaba, incluso afrontando críticas, criticando por mi parte además a la magistratura asociada y a las altas cumbres de la magistratura. Es algo que le ha ocurrido también a otros magistrados más acreditados y competentes, comenzando por Giovanni Falcone. Quizás no sea una casualidad – había subrayado - que cuando inició su actividad de colaboración con la política las peores críticas llegaron desde la magistratura. Es un guión que se repite”. Palabras claras, sin ninguna retórica.
Ante las graves ofensas de Boccassini - en plena campaña electoral - no podemos no hacer una simple constatación de los hechos. Más allá de los méritos de la Fiscal adjunta de Milán por su importante trabajo contra la 'Ndrangheta, así como por sus procesos contra Silvio Berlusconi, sus palabras resultan sumamente ofensivas y completamente fuera de lugar. Nos permitimos afirmar humildemente que el mismo Giovanni Falcone, considerado por Ilda Boccassini como su maestro, jamás habría promovido una polémica tan instrumental en plena campaña electoral. Seguramente tampoco Paolo Borsellino habría intervenido nunca sobre el punto y el hecho de haber sido “llamado en causa” por el mismo Ingroia en su respuesta a la Dra. Boccassini (“me basta con saber lo que Paolo Borsellino pensaba de mi y lo que pensaba de ella”) ha alimentado inevitablemente la polémica.
No es de nuestra competencia tener que recordar que el método “Falcone – Borsellino” basado en profundos análisis corroborados por datos objetivos, fuera de insultos gratuitos y estériles disputas que se prestan a las peores instrumentalizaciones. De las mismas declaraciones de Antonio Ingroia se deduce de manera neta que él no se ha comparado en lo más mínimo con la figura de Giovanni Falcone. Y de todos modos hay una pregunta legítima que se le podría hacer a la Lic. Boccassini ¿por qué motivo Ingroia no puede ser comparado con Falcone? La inmensa grandeza de Giovanni Falcone está fuera de discusión por haber sabido identificar y atacar el corazón de Cosa Nostra - con una intuición y una metodología inigualables – cuando incluso ciertos ambientes de la magistratura todavía negaban su existencia. Pero de la misma forma la figura de Falcone no puede ser confinada a un recinto de “propiedad”, como si fuera un santuario al que nadie puede acercarse. Y es por este motivo que le preguntamos a la Dra. Boccassini ¿en qué aspectos el trabajo de Ingroia no puede ser comparado con el de Falcone? Según nuestra opinión, en cambio, la historia profesional de Antonio Ingroia - con las debidas diferencias – por ciertas características puede ser equiparada con la de Giovanni Falcone. Una entre otras: el objetivo de eliminar definitivamente a la mafia. Desde 1992 Ingroia se ha ocupado de los más importantes procesos sobre mafia (la mayoría de los cuales se han distinguido por condenas graves) comenzando por el proceso contra Bruno Contrada, siguiendo con aquel contra Marcello Dell'Utri, el proceso por el homicidio de Mauro Rostagno y por la desaparición del periodista Mauro De Mauro, prosiguiendo con el procedimiento judicial contra Mario Mori. Con sus investigaciones ha contribuido a secuestrar imponentes capitales ilícitos, y sobre todo ha sido el coordinador del pool que se está ocupando de la clamorosa investigación sobre la negociación Estado-mafia. La cual representa en todo sentido la investigación más importante de la historia de la lucha contra la mafia. El mismo Juez de Audiencia Preliminar Piergiorgio Morosini está analizando desde hace varios meses la montaña de documentos, actos y testimonios que certifican la seriedad de la investigación sobre una negociación que por otro lado ha sido ratificada por las sentencias sobre los atentados del ‘93.
Una eventual comparación entre las grandes investigaciones de Falcone y la investigación sobre la negociación instruida por Ingroia - más allá de la diversidad de contenidos, tiempos y circunstancias - es más que legítima.
Sobre una cosa tiene razón - en parte - Ilda Boccassini, Antonio Ingroia está muy lejos de Falcone, pero no años luz, sino a esa distancia misteriosa y despojada que existe entre la muerte y la dimensión espiritual. Para alcanzar el nivel de Giovanni Falcone Antonio Ingroia tiene que ser asesinado por Cosa Nostra y por sus poderosos aliados. En ese caso Boccassini y otros colegas suyos podrán renunciar a rasgarse las vestiduras para golpearse el pecho pronunciando con el espíritu la invocación: “mea culpa, mea máxima culpa”.