Sábado 5 Octubre 2024
En Afganistán el presidente Karzhai -apoyado por los Estados Unidos y por el Occidente- es en todo sentido un boss mafioso que recoge las coimas de los gobernadores de las provincias afganas, que a su vez son los mayores productores de opio del mundo. El opio sirve para producir la heroína y por lo tanto Afganistán es claramente el primer productor del mundo de heroína.
Es decir, que estamos ante una nación que coopera con las grandes organizaciones criminales (Cosa Nostra, ‘Ndrangheta, mafias centro-americanas) que han hecho un monopolio mundial del tráfico de heroína (occidental). ¡¿Qué tiene que ver el gobierno de Mario Monti con todo esto?! Tiene que ver, porque desde el momento en que nuestros carabinieri están allí presentes para “proteger” la democracia y el gobierno del señor “Riina-Karzhai”, en los hechos, nuestro gobierno apoya a la organización mafiosa.
De esta forma queda al descubierto una gran contradicción: en nuestro territorio aparentemente el gobierno hace la lucha contra la mafia y en el territorio al cual envía a nuestros soldados, apoya con las armas a un Estado-mafia presidido por Karzhai.
Por lo tanto solicitamos al Profesor Monti que retire a nuestros soldados que están arriesgando la vida. Soldados que, cuando regresan a Italia, por un lado son aclamados justamente como héroes, pero por el otro están, sin saberlo (o ingenuamente) apoyando a una nación que en este momento no está apoyando la democracia en Afganistán, sino en realidad está manteniendo a una de las organizaciones criminales más poderosas del mundo.
 
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LA DEMOCRACIA EN EL OPIO
Por Giulietto Chiesa - 15 de octubre de 2012  
 

monti-karzai-c-ansa-bigHace algunos días recibí una información muy interesante, diría hasta curiosa, si no fuera que también es trágica. Parece - pero es seguro - que Hamid Karzai, el Presidente de Afganistán, en las últimas semanas habría sometido secretamente a los 34 gobernadores de las provincias afganas a una prueba de escritura y lectura, comprobando que nada menos que 14 de ellos son analfabetos.
 
No me dijeron quienes puedan ser los 14 “infelices” pero la curiosidad aumentó. ¿Cuál será el motivo por el cual Karzai sintió de improviso la necesidad de conocer el nivel de instrucción de sus gobernadores? ¿Qué le ocurrió (me refiero a Karzai)?
Tengo la sospecha de que lo haya hecho para desembarazarse de algunos. En modo particular quizás, de aquellos que no desean que él vuelva a candidatearse (ya que Karzai no puede ser candidato, según la Constitución, por tercera vez). Nunca se sabe.  Hagamos de cuenta  que los gobernadores dispuestos a apoyar un cambio constitucional actualmente formen un número insuficiente: es allí donde los analfabetos que quizás no son ni muchos, ni tan pocos, podrían ser acompañados a la puerta y ser reemplazados.
En fin, la prueba de alfabetización podría ser ni más ni menos que un truco para cambiar la constitución afgana – la cual además es muy joven - y permanecer al poder por algunos años más.
 
Ningún estupor. Si fuera así sólo podríamos decir que Karzai está imitando las proezas de George W. Bush, quien lo hizo llegar al poder. También Bush el joven falseó las elecciones: tanto las del 2000 como las siguientes del 2004. ¿Entonces, por qué no imitarlo?
Luego recibí otra información, la cual también es atendible, pero apenas un poco diferente. Os la transmito: Karzai despidió a 10 gobernadores. No sé si eran diez analfabetos, pero parece que eran “morosos”. Lo que es peor. “Morosos”, es decir, que cada uno de ellos tiene que pagar, y ha pagado, alrededor de 30.000 dólares al mes, personalmente al presidente actual. Si se hacen algunos cálculos querría decir que Karzai recaudaba y recauda 12 millones 240 mil dólares al año de coimas. Parece que uno de los gobernadores echados de mala manera, el de la provincia de Helmand, habría dejado reducir la producción de opio en su territorio hasta en un 40%. ¿Y cómo pagas al boss si no vendes droga?
Entonces me puse a reflexionar sobre el significado de la presencia de los militares italianos en Afganistán durante estos años. ¿Estábamos allá para hacer qué? Para acolchar perfectamente la cuenta americana de Karzai.
oppioAquí termina un razonamiento y empieza otro. Me acuerdo de Emma Bonino, que fue enviada por el Parlamento Europeo a certificar la validez de las elecciones afganas en un lejano momento del 2005. Volvió muy contenta y explicó al culto y al ínclito que esas elecciones eran un triunfo democrático. Todo había salido muy bien, que no había habido fraudes, que las papeletas electorales eran muy claras y que todos habían ido disciplinadamente a votar, a pesar de que la gran mayoría era analfabeta (pero esto nuestra compatriota Emma no lo dijo).
Los parlamentarios europeos, una mitad distraídos, otra mitad completamente incapaces de hacer una evaluación, y una nueva mitad absolutamente convencidos de la justeza de la línea americana que había promovido esas elecciones, aplaudieron.
Sé que no puede haber tres mitades de una unidad, pero en ese Parlamento Europeo dominado por la derecha y por un discreto nivel de estupidez mayoritaria os garantizo que podría llegar a haber hasta cinco mitades de una unidad.
Era la época triunfal de la guerra al terror. Osama bin Laden había muerto solo tres veces y por lo tanto le quedaban seis todavía, exactamente hasta mayo del 2011 y entonces era necesario mantenerse firmes con el tema de la exportación de la democracia. La Señora Emma Bonino fue enviada a celebrar la exportación democrática en Afganistán y así fue que la cuestión quedó cerrada incluso antes de que se abriera.
Y aquí viene el tercer razonamiento. ¿Pero qué diablos significa esta democracia? Aún no he encontrado a nadie que sea capaz de explicarme cómo puede ser considerada democracia una situación en que la mayoría de la población, que jamás ha puesto una papeleta electoral en una urna, es empujada a hacer gestos de los cuales ni siquiera puede comprender el significado. Por la simple razón de no saber leer esa papeleta.
KABUL, ITALIA  
Luego, recuerdo que me encuentro en un país muy civil y moderno, en el que millones de personas, que incluso saben leer las papeletas no van a votar después de haber visto los nombres en las mismas y de haber oído hablar a esos personajes en televisión. Y otros millones van a votar sin conocer sus programas incluso teniendo la posibilidad de leerlas, ya que no es en base a los programas que votan a los candidatos, sino a los favores que esperan obtener de los mismos. Y todos aquellos pocos que van a votar no pueden decidir nada igualmente, porque esos nombres otros los han hecho imprimir sobre las papeletas sin ni siquiera consultarlos, y por lo tanto tienen que tomar por bueno lo que ofrece el convento.
Entonces me viene a la mente lo que escribía Michael Ledeen, uno de los “neocon” cruciales que organizaron la guerra contra Afganistán y contra Irak, en un libro suyo titulado “La guerra contra los monstruos del terror”.
Escribió que América tiene como objetivo el de “deshacer”, las sociedades tradicionales. Y añadió que “ellos tienen miedo de nosotros porque no quieren ser eliminados”. Por lo tanto “nos atacan porque quieren sobrevivir, de la misma forma que nosotros tenemos que destruirlos para seguir adelante en nuestra misión histórica”.
Inmediatamente pensé que se refería a los afganos, a los iraquíes. Pero luego tuve una iluminación: se refería a nosotros. La única diferencia está en el hecho que ellos reaccionan para no ser eliminados, mientras que nosotros nos dejamos eliminar dócilmente.