Antes de comenzar las actividades se dedicó un minuto de silencio, muy conmovedor, de pie, más de 400 chicos, en recogimiento para recordar a Melisa, la chica de 16 años que falleció en el atentado de la ciudad de Brindisi, y para decir no a la violencia. En la película Alberto Castiglione repasa los veinte años transcurridos desde los asesinatos de 1992. Desde ese trágico año en el que murieron Falcone y Borsellino y sus escoltas. Han pasado casi 20 años ya y la pregunta de fondo de la película es: “¿estamos seguros de haber derrotado a la mafia y que la gran cantidad de sangre derramada haya servido realmente para algo?” Una pregunta a la cual cada uno respondió a su modo, la fotógrafa Letizia Battaglia, palermitana, una de las fotógrafas italianas más estimadas y reconocidas a nivel internacional, que ha documentado 30 años de “guerra civil” y Vittorio Teresi magistrado de punta en Palermo, de la Dirección Del Distrito Antimafia, alumno de Paolo Borsellino.
La pregunta actuó de hilo conductor en el transcurso del debate, moderado por el periodista Lorenzo Baldo, en presencia del director y del fiscal Teresi. Fue el magistrado especialmente quien lanzó un mensaje de esperanza ante un público muy, muy atento: “El sentido de vuestra presencia aquí” explicó el fiscal dirigiéndoles a los chicos presentes en la sala “es uno de los elementos que me hace decir: ‘Quizás no han muerto en vano'.” Una presencia que os hace “cada vez más protagonistas de la historia, en cuanto hoy es más fuerte para vosotros el deber estar, el mostrar que sois estudiantes de un estado vivo”. Pero para hacerlo “tenéis que informaros”, porque “el conocimiento y la cultura son la única arma contra la mafia”. “Es cierto”, dijo Albero Castiglione “si estamos aquí hablando de mafia es porque el Estado todavía no ha ganado esta guerra”. La suya es una convicción que también se logra entrever en su largometraje. “Si se hubiera hecho de todo no existiría la exigencia de contar y denunciar ciertos hechos”. Afirmaciones que encontraron una correspondencia también en el magistrado palermitano que reconstruyendo aquellos años por experiencia directa (de las investigaciones judiciales n.d.r.) afirmó: “Hasta el día de hoy no ha habido una voluntad común y determinada de derrotar a la mafia porque no se han hecho algunas cosas que eran necesarias para poner la palabra fin”. De hecho después de 1993 “el frente judicial de lucha en contra la mafia conoció un período fuerte y profesionalmente avanzado. Hubo una vecindad social y valores compartidos con la mayoría de los ciudadanos. Y a partir de allí llegaron respuestas fuertes. Se multiplicaron las colaboraciones, y logramos finalmente construir pruebas judiciales concernientes a esas categorías, otras que tenían que ver con la economía, el comercio y los grandes bancos”. Luego “cuando tocamos los hilos de los enredos mafiosos con las clases dirigentes asistimos a una paulatina falta de consenso”. Entonces “nos encontramos ante una mafia fuerte, que ya no mataba porque ya no le era necesario para obtener sus propias ventajas, porque probablemente ya lo había obtenido gracias a una nefasta negociación que se llevaba a cabo entre una parte de las instituciones y la mafia”.
Luego, continuando con su presentación, el magistrado quiso precisar: “Todos los que tuvieron un papel importante en aquel período (posterior a los atentados n.d.r.) siguieron con grande convicción y rabia tratando de poner en práctica, desde el punto de vista judicial, las enseñanzas de Giovanni Falcone y Paolo Borsellino para llegar a la verdad a toda costa”. Fue ampliamente aplaudido el relato del magistrado, lo que representó un extraordinario momento de testimonio verdadero, duro, pero significativo; un fragmento de historia que quedará en la memoria de todos estos chicos.
Trailer de la película http://www.fb06.uni-mainz.de/italienisch/352.php