Un atentado obscuro, que por ahora, no tiene “ninguna matriz”. Se sigue la pista mafiosa por las demasiadas coincidencias evidentes: el acercamiento de las celebraciones por los veinte años de los atentados de Capaci y de Via D’Amelio y la llegada a la ciudad de Brindisi prevista para hoy de la caravana antimafia organizada por Libera, la asociación de Don Ciotti.
¿Por qué Brindisi? ¿Por qué jovencitas inermes?
Yo espero que se trate sólo de mafia, que se llame Sacra Corona Unita, ‘Ndrangheta o Cosa Nostra misma, que haya culpables que perseguir y encerrar detrás de los barrotes para no vagar en el eterno limbo de los ideólogos jamás descubiertos y de las falsas pistas que no llevan a nada.
En este caso pudiera tratarse incluso de un mensaje dirigido a quien no ha respetado los pactos, a quien no ha mantenido las promesas.
Pero es inútil esconder que se siente el mal olor de la desestabilización. Típica de los períodos en los que nuestro País yace en graves dificultades de carácter económico, político y social. Se presenta cíclica y puntal la pesadilla de la subversión, de los desvíos de información y de los “servicios desviados”, de aquellas entidades paralelas que en nuestra historia han condicionado, orientado y atrapado a nuestra democracia.
Surge espontánea una pregunta: Pero nuestros “servicios secretos” que controlan, monitorean, siguen de cerca todo y a todos, inclusive ciudadanos comunes y periodistas (caso Pollari docet) ¿qué estaban haciendo? ¿Cómo pensaban moverse para prevenir una tragedia de este tipo sobretodo en una zona a riesgo como Brindisi, que entre otras cosas ha sido escenario también de un atentado contra el presidente de la asociación antiracket (antiusura) ciudadana?
Lo que aparece claro es la intención de intimidar y aterrorizar a la sociedad civil que, sin embargo, en todos estos años ha sido fuertemente sensibilizada sobre temas de legalidad y antimafia, sobretodo en las escuelas.
Golpear a nuestros chicos, a nuestros hijos, significa golpear al corazón del Estado, ¿a quien le es útil en este momento hacer una nueva guerra contra el Estado? ¿Se deben repetir las escenas del 92’ y 93’?
¿O sabremos por una vez prevenirlos?
ANTIMAFIADuemila se une al dolor de las familias, de los padres de Melissa y a la parte honrada de la ciudad de Brindisi y pide a toda la sociedad civil que esté vigilante y atenta para que haga presión sobre las Instituciones para que sean compactas y transparentes, para proteger a nuestro País y a quien está expuesto en primera línea contra toda forma de criminalidad.
¿Por qué Brindisi? ¿Por qué jovencitas inermes?
Yo espero que se trate sólo de mafia, que se llame Sacra Corona Unita, ‘Ndrangheta o Cosa Nostra misma, que haya culpables que perseguir y encerrar detrás de los barrotes para no vagar en el eterno limbo de los ideólogos jamás descubiertos y de las falsas pistas que no llevan a nada.
En este caso pudiera tratarse incluso de un mensaje dirigido a quien no ha respetado los pactos, a quien no ha mantenido las promesas.
Pero es inútil esconder que se siente el mal olor de la desestabilización. Típica de los períodos en los que nuestro País yace en graves dificultades de carácter económico, político y social. Se presenta cíclica y puntal la pesadilla de la subversión, de los desvíos de información y de los “servicios desviados”, de aquellas entidades paralelas que en nuestra historia han condicionado, orientado y atrapado a nuestra democracia.
Surge espontánea una pregunta: Pero nuestros “servicios secretos” que controlan, monitorean, siguen de cerca todo y a todos, inclusive ciudadanos comunes y periodistas (caso Pollari docet) ¿qué estaban haciendo? ¿Cómo pensaban moverse para prevenir una tragedia de este tipo sobretodo en una zona a riesgo como Brindisi, que entre otras cosas ha sido escenario también de un atentado contra el presidente de la asociación antiracket (antiusura) ciudadana?
Lo que aparece claro es la intención de intimidar y aterrorizar a la sociedad civil que, sin embargo, en todos estos años ha sido fuertemente sensibilizada sobre temas de legalidad y antimafia, sobretodo en las escuelas.
Golpear a nuestros chicos, a nuestros hijos, significa golpear al corazón del Estado, ¿a quien le es útil en este momento hacer una nueva guerra contra el Estado? ¿Se deben repetir las escenas del 92’ y 93’?
¿O sabremos por una vez prevenirlos?
ANTIMAFIADuemila se une al dolor de las familias, de los padres de Melissa y a la parte honrada de la ciudad de Brindisi y pide a toda la sociedad civil que esté vigilante y atenta para que haga presión sobre las Instituciones para que sean compactas y transparentes, para proteger a nuestro País y a quien está expuesto en primera línea contra toda forma de criminalidad.