Los números dicen que entre octubre del 2010 y abril del 2011 los casos han llegado a 30 y se siguen aumentando los impuestos a la exportación, fijación de precios fuera de mercado, limitación de cupos, verdaderas prohibiciones absolutas. Los protagonistas de este cambio son China, India, Vietnam, Indonesia. Pero también los Estados Unidos utilizan estos métodos al haber impuesto restricciones a una decena de materias primas que consideran estratégicas.
El punto clave es precisamente éste. Que estas limitaciones no responden a criterios económicos de corto alcance y en cambio en muchos casos son fruto de consideraciones estratégicas. China, por ejemplo, controla casi el 97% de las exportaciones mundiales de tierras raras (que son un listado de materias primas relacionadas de forma variada con la fabricación de todo tipo de objetos de alta tecnología para la comunicación).
Obviamente al tratarse de una posición casi monopólica, China está en condiciones de imponer sus precios. Cosa que ha hecho tranquilamente hasta el año pasado. Pero desde hace dos años China no parece estar interesada en obtener ganancias, incluso lapidando sus preciosos recursos. Ahora prefiere guardarlos para sí.
El porqué es fácil de adivinar, pero ni siquiera uno de los poquísimos periódicos del mundo que ha comentado la noticia como el International Herald Tribune (IHT, 21 de julio), fue capaz de explicarlo correctamente. En un breve artículo de las páginas interiores se limitó a individualizar el egoísmo de los países del tercer mundo. Pero con explicaciones de este tipo no se va muy lejos. ¿Porqué hoy, de repente? Comenzó la época de la penuria. Para productos básicos de consumo general, como el petróleo, que ya ha alcanzado su “pico” desde hace al menos cuatro años (es decir que se produce cada vez menos y se seguirá produciendo cada vez menos), pero nadie lo dice para evitar el pánico y el contingentamiento. Nadie habla de las tierras raras porque nadie sabe qué son ni para qué sirven.
Pero los gobernantes de Pekin, y está bien repetirlo hasta el cansancio, miran más allá. Y empiezan a preferir ahorrar antes que obtener ganancias vendiendo, porque cuando ya no quede más será mucho más difícil crecer.
He aquí el punto clave: ha comenzado, en silencio por ahora, la guerra de los recursos.
Basta con entenderlo para prever que a las pequeñas olas actuales en los próximos años le seguirán verdaderas oleadas.
El señor Patra, jefe de la sociedad hindú “Tierras Raros” - citado precisamente por el IHT – dice: “durante mucho tiempo Occidente le compró al Este los recursos naturales a bajo precio. En futuro dejará de ser así”. Perentorio y sobretodo real. A aquéllos que, ignorando los síntomas del problema, siguen mascullando las jaculatorias del crecimiento, habría que refregarles estas noticias por la nariz. ¿Pero quién invertiría si supiera cuál es la situación real?
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http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2011/07/110704_japon_minerales_raros_mes.shtml