Con las últimas palabras escritas por Laura Vaccaro, Fiscal del proceso por el homicidio de Mario Francese, la autora del libro “Il quarto comandamento - La vera storia di Mario Francese e del figlio Giuseppe che gli rese giustizia”, Francesca Barra, realiza la presentación de su volumen. “En estos más de veinte años, que nos separan del asesinato de Mario Francese – continúa la ganadora del premio Mario Francese 2010 por su programa de radio 'La bellezza contro le mafie' (La belleza contra las mafias), mientras lee los actos procesuales– los que nos ocupamos de justicia y mucho más los familiares, los amigos – los verdaderos – de Mario Francese, hemos tenido que engullir el trago amargo de un homicidio del cual, para la mayoría, era evidente la matriz mafiosa, pero al que nadie podía darle un nombre. A lo largo de veinte años, la mujer y los hijos de Mario Francese, tuvieron que convivir con una muerte no reconocida, ahogando la legítima necesidad de justicia y verdad en un silencio que parecía como un abandono de las instituciones, pero en realidad no era así “Nos lo indicaban los datos, nos lo indicaba la vida de Mario Francese, nos lo indicaban sobre todo sus escritos, que a la lectura clave había que buscarla en su labor profesional, en su tenacidad en investigar la verdad y comunicarla a través de las páginas de un periódico que, en esa época, no era tan valiente como su cronista; nos lo indicaban estos hechos, que la muerte de Mario Francese había sido obra de aquellos que a finales de los años 70' eran los verdaderos 'dueños' de nuestras ciudades, de nuestra tierra, de esta ciudad. Pero no teníamos pruebas como para que se abriera un proceso, no teníamos elementos para solicitar una verificación a nivel judicial”. La gente escucha en silencio. El lugar elegido por el grupo “Libera” de Palermo para la presentación de este libro parece casi un homenaje a la memoria de Giuseppe Francese. Detrás del panel de oradores dispuesto en el amplio espacio de un bar de la playa de Mondello, ese mar azul que tanto amaba Giuseppe, brilla resplandeciente bajo el sol postmeridiano. Con extremada sencillez Francesca Barra explica que escribió este libro porque no lo había hecho nadie hasta ahora. Pocas palabras para ilustrar la contradicción de una tierra que frente al martirio de sus hijos se obstina en encarnizarse ulteriormente con las víctimas y con sus familiares a través de un perverso juego de aislamiento caracterizado por una dietrología rastrera e impregnada de olvido, indiferencia y complicidad. La fuerza y la belleza vehemente de este libro emerge en cada una de sus páginas. La historia del periodista del periódico “Il Giornale di Sicilia”, asesinado por Cosa Nostra el 26 de enero de 1979 se une a la de su hijo Giuseppe que la noche del 3 de septiembre de 2002, a los 36 años, decide morir después de haber logrado que se haga justicia con su padre. Dos historias entrelazadas entre ellas que entran de forma prepotente en el corazón y en la mente del lector para emocionarle, estremecerle y sobre todo para convertirle en testigo de la vida y la muerte de estos dos hombres. Sin ánimo de polemizar, pero basándose esencialmente en un hecho, la autora señala cómo “Il Giornale di Sicilia” mismo, que era el primero que tendría que haber contado ampliamente la historia de su periodista, hasta el día de hoy no lo ha hecho. El recuerdo de Giulio Francese, primogénito del cronista siracusano, comienza desde el período transcurrido en la redacción del “Gds”, inmediatamente después de haber sido contratado luego del asesinato de Mario Francese. Y es precisamente allí donde Giulio revive esa sensación de soledad que ya había respirado su padre en esas mismas oficinas. En las palabras del hijo del periodista asesinado vibra por momentos la amargura recordando un viejo artículo del periódico “L'Ora” que describía la figura de su padre casi como un enfermo de protagonismo de la historia judicial. Pero es una amargura parcialmente alquimizada, lejana, que se ha vuelto parcialmente inofensiva gracias a la labor desarrollada por Giuseppe. "Este libro - afirma con serena convicción Giulio Francese - es un regalo del Cielo que reconstruye un fragmento de la historia de mi familia". Y es precisamente esa historia verdadera, auténtica, que brota de las páginas del libro y va a enrostrarse a esa parte de Palermo que voluntariamente olvidó al cronista del “Gds” al punto tal de no recordar el aniversario de su muerte. La imagen de Mario Francese que levanta una sábana blanca puesta piadosamente para cubrir un cadáver que está en el suelo, representa la esencia de su personalidad de periodista “que quiso ver de cerca”, al margen de cualquier forma de mero cinismo profesional. “Giuseppe Francese – Giulio sigue hablando de su hermano – fue un gigante, un gigante frágil que quería obtener justicia para su padre". La implacable sed de justicia de Giuseppe late aún en las palabras de la autora del libro, que con una gran dosis de tacto y respeto a los hechos narrados, logra transmitir toda la angustia, la rabia y el dolor del hijo de Mario Francese hasta el trágico epílogo. Pero es sobre todo la extraordinaria obra de Giuseppe Francese la que supera a la tragedia. Se le debe atribuir el mérito de haber logrado unir los fragmentos faltantes del rompecabezas sobre la muerte de su padre obteniendo la reapertura de la investigación judicial que había sido archivada años atrás, desembocando luego en un verdadero proceso. El procedimiento desarrollado con “rito abreviado” se concluye el 11 abril del 2001 con la condena a 30 años de Totò Riina y otros boss de Cosa Nostra de primera línea como Leoluca Bagarella (ejecutor material), Francesco Madonia, Antonino Geraci, Giuseppe Farinella, Michele Greco y Pippo Calò (en el proceso bis, con rito ordinario, el otro imputado Bernardo Provenzano fue condenado a cadena perpetua). En la motivación de la sentencia, los jueces señalan que de los artículos y de los dossier redactados por Mario Francese se ve "una extraordinaria capacidad de enlazar unos con otros los hechos ocurridos más significativos, de interpretarlos con valerosa inteligencia y de trazar así una reconstrucción de excepcional claridad y credibilidad acerca de las líneas evolutivas de Cosa Nostra, en una fase histórica en la cual además de emerger las invasivas y difundidas infiltraciones mafiosas en el mundo de las licitaciones y la economía, comenzaba a perfilarse la estrategia de ataque de Cosa Nostra a las instituciones”. "Una estrategia subversiva que realizó – según se lee también en el documento - un salto cualitativo precisamente con la eliminación de una de las mentes más brillantes del periodismo siciliano, de un profesional ajeno a cualquier tipo de condicionamiento, carente de cualquier complacencia para con los grupos de poder conniventes con la mafia y capaz de brindar a la opinión pública importantes instrumentos de análisis sobre los cambios que estaban ocurriendo dentro de Cosa Nostra.” El planteo de la acusación rige hasta la Casación, confirmando así los 30 años de cárcel para Totò Riina, Leoluca Bagarella, Raffaele Ganci, Francesco Madonia y Michele Greco; en cambio fueron absueltos Pippo Calò, Antonino Geraci y Giuseppe Farinella “por no haber cometido el hecho”. Después del afectuoso recuerdo de Egle Palazzolo, ex colega de Mario Francese en “Il Giornale di Sicilia”, es el turno de Alessandra Dino, docente universitaria así como también escritora. La autora del libro “Gli ultimi padrini” (Los últimos padrinos) relata cómo “conoció” a Mario Francese gracias al encuentro con la madre de Peppino Impastato (víctima de la mafia). Antes de morir Felicia Bartolotta le contó a Alessandra Dino cómo comprendió que tenía que abandonar el temor que le impedía hablar gracias a la entrevista que le hiciera Mario Francese, luego del homicidio de Peppino. La dote de humanidad y gran profesionalidad del cronista de “Il Giornale di Sicilia” le habían permitido comprender a Francese el dolor de una madre a la que le acababan de matar un hijo, cosa que contribuyó notablemente a su redención. En la cita de Sófocles “la ofensa de la verdad es el origen de la catástrofe” la profesora Dino destaca el “valor salvador de la palabra”. La capacidad de Mario Francese de contar historias simples, de lograr dar lugar a la voz de los últimos, de los débiles, así como de poner de relieve las infamias de los “grandes” representa un punto muy importante de la ponencia de la docente universitaria. El recuerdo de Alessandra Dino se hace aún más vivo cuando subraya que el homicidio de Mario Francese maduró “consecuentemente con su forma de concebir su profesión”, destacando que en los actos procesales se encuentran los testimonios de arrepentidos como Gaspare Mutolo y Totuccio Contorno, que hablaban de las “connivencias”, así como también de las “extrañas amistades” dentro de “Il Giornale di Sicilia”. Testimonios esclarecedores que se entrecruzan con las de otros periodistas como Francesco La Licata o Lino Rizzi, quienes han confirmado el clima denso reinante en “Il Giornale di Sicilia”, donde al mismo Francese le tocaba escribir. Parafraseando a Jesucristo en su frase “No he venido a traer paz, sino la verdad que es como una espada que divide”, Alessandra Dino toma esa espada como símbolo, como una verdad que también en este caso hace mal y te hace salir de esa cómplice indiferencia que a lo largo de demasiado tiempo rodeó la historia de Mario Francese. Y es justamente la verdad que obtuviera Giuseppe Francese gracias al precio más alto que un hombre puede pagar y que refleja su figura en el cuarto mandamiento.
Fundación “Francese” http://www.fondazionefrancese.org/
“Libera” Palermo http://www.liberapalermo.org/
“La bellezza contro le mafie” http://www.rai.it/dl/radio1/2010/programmi/Page-68e78d62-b47e-4378-a07f-14d94307f5f6.html
Francesca Barra http://www.francescabarra.it/home.html
ARTICULO RELACIONADO
“Chi ha tradito Mario Francese” http://www.antimafiaduemila.com/content/view/34672/48/