Viernes 29 Marzo 2024

Conozco bien la historia judicial de Giovanni Brusca, le considero además un colaborador de la justicia serio y fiable. Recientemente ha tenido algunos problemas judiciales, pero que no se refieren al aporte que ha proveído en los últimos años mediante su colaboración con declaraciones coherentes y, sobre todo, comprobadas. Esto no quita que Giovanni Brusca pueda ser que no esté en conocimiento de todas las estrategias que se movían en el ámbito de Cosa Nostra en aquel momento. Es oportuno que ésto quede claro, sobretodo para sí mismo.

En los primeros años 90 Giovanni Brusca no sabe que ya Dell'Utri y Berlusconi habían sido contactados por Riina, se entera de ello sucesivamente así cómo declara en las actas depositadas. Toma conocimiento en efecto de que "en el 1986 Ignazio Pullara" (había hecho) "colocar explosivo en la verja de la residencia milanesa de Berlusconi. Una misión ocultada a Riina, quien se enfurece y decide tomar en mano personalmente la relación con el Cavaliere".

De hecho, según ha informado otro importante colaborador de justicia, Salvatore Cancemi (fallecido el pasado 14 de enero) la relación con los dos políticos habría ido a buen fin.

"Un día –explicó Cancemi a los magistrados, así como en una larga entrevista que me concedió y que fue publicada en el libro"Riina mi fece i nomi di... “(Riina me dio los nombres de ...)- Estamos en el 90’ – 91’, Riina específicamente me llama, junto con Ganci Raffaele, en la casa de Girolamo Guddo y me dice que busque a Vittorio Mangano, que había trabajado en Arcore, en la villa de Berlusconi. ‘Totu’ me ordena Riina ‘dile a Vittorio Mangano que se tiene que hacer de lado porque Berlusconi y Dell'Utri son cosa mía. Si no dile que me acuerdo de la Magnum 357 que le regaló a Bontade …’ que era su enemigo. Y agregó: ‘Y ésto es bueno para toda Cosa Nostra'."
La relación era de hecho algo concreto, como ha confirmado la reciente condena apelada de Marcello Dell'Utri en referencia en particular a las grandes sumas de dinero que el grupo empresarial encabezado por Silvio Berlusconi depositó a la mafia.

En el 93’ Cosa Nostra hace explotar las bombas a través de Leoluca Bagarella, Giovanni Brusca, los hermanos Graviano y Matteo Messina Denaro. De éstos, sólo Bagarella sabe que "juega" sobre dos mesas, por una parte el cuñado de Riina trabaja con Brusca, los Graviano y Matteo Messina Denaro, pero en realidad Bagarella está trabajando con su compadre Provenzano, que sólo aparentemente es obstaculizado y odiado. De hecho, los dos son corleoneses y sobretodo es Totò Riina el que lo quiere así.
 
Así que Provenzano, Riina y Bagarella trabajan en la misma mesa. Provenzano deja que las bombas sean detonadas fuera de Sicilia, al mismo tiempo, trata de acercarse a la naciente Forza Italia. Aparentemente esto sucede en un primer momento a través del proyecto de crear el partido "Sicilia Libre" a través de Leoluca Bagarella. Y son precisamente Provenzano y Riina (aunque este último esté en la cárcel) los que ordenan a Bagarella que funde un partido en Sicilia.

Es realmente una fábula  pensar que Bagarella, por iniciativa propia, haya sido capaz de organizar en Palermo, en el reino de Riina, un proyecto como ese. Se trata de una orden que llega de la cárcel, con el consentimiento de Bernardo Provenzano.

Es decir que, mientras las bombas estallan en el 93’ Bagarella trabaja con el consentimiento de Provenzano para crear un partido en Sicilia, pero que no arranca y se disuelve en el momento en que nace Forza Italia.
 
Es Antonino Giuffré, brazo derecho de Provenzano el que reconstruye este pasaje especificando como por primera vez en la historia Provenzano haya manifestado la directiva de apoyar al partido de Berlusconi.

"El mismo Provenzano -ha declarado el colaborador en acta- nos dijo que estábamos en buenas manos, que nos podíamos fiar, digamos que por primera vez sale al descubierto asumiéndose en primera persona responsabilidades bien precisas y en el momento en que nos da estas informaciones y estas seguridades nos ponemos en marcha, dentro de Cosa Nostra y, a continuación, más tarde, sacar fuera el tema de Forza Italia. "En el momento en el que Provenzano nos da su conformidad –añade Giuffrè- ponemos manos a la obra, en particular, nos ponemos a la obra las personas de la zona de Palermo para apoyar a Forza Italia. Los pronósticos (del jefe) eran de diez años: dentro de diez años todo se arreglaba, (pero para que) los males de la Cosa Nostra (pudieran) ser sanados, [...] había que renunciar con el... había que poner fin al plan puesto en marcha previamente con los atentados, con la violencia".

Otra afirmación inaceptable de Brusca tiene que ver con la posible infiltración de personas vinculadas a los Servicios Secretos. Si Brusca puede argumentar que se trata de "fantapolítica judicial", o se equivoca, o finge de equivocarse, o finge de no saber. Yo creo en cambio que  Giovanni Brusca lo sabe bien y que no lo quiere decir. Tal vez dentro de 8-10 años confirmará las declaraciones de Gaspare Spatuzza que no sólo sabe que los Servicios Secretos están preparando el atentado de la Via D'Amelio con ellos, sino que incluso es un testigo ocular. Spatuzza ve a un individuo que no forma parte de Cosa Nostra dentro del garaje donde se está cargando de explosivos el coche Fiat 126, pero no recuerda bien su cara.

Yo quisiera preguntar a Giovanni Brusca: ¿pero según Ud quien es el distinguido señor que está con Gaspare Spatuzza y con los otros hombres de Cosa Nostra, mientras se prepara la autobomba que hará saltar en el aire al juez Borsellino? Ud. que ha sido un jefe de Cosa Nostra, ¿cómo explica que hay un extraño con vosotros para preparar el atentando más importante de Cosa Nostra? ¿No se hace la pregunta que podría ser algún individuo mandado por los tantos poderosos con quienes los cabezas de Cosa Nostra están siempre en contacto? Espero una respuesta.

Repito por lo tanto el concepto inicial, ¿cómo hace Brusca a asumirse la responsabilidad de decir que Berlusconi y Dell'Utri no tienen que ver con los atentados del 93’? Si acaso podría decir: "Para mí, Berlusconi y Dell'Utri no tienen que ver, pero no estoy seguro de ello, porque cada “capo mandamento”(jefe de distrito) en ese momento histórico particular de Cosa Nostra tenía su propia estrategia y, sobre todo, no sé lo que esté pensando Riina porque está en la cárcel o lo que está pensando Bernardo Provenzano porque no forma parte de mi corriente, es más,  es el líder de la corriente opuesta y yo no tengo nada que ver con él, aunque institucionalmente (en el sentido criminal de Cosa Nostra) nos respetamos ... ".

No puede afirmar en un proceso que Berlusconi y Dell'Utri no tienen nada que ver sólo porque en este momento están en el gobierno y le conviene decir eso.
De hecho, la prensa sometida al premier aprovecha la ocasión para hacer transformar al tan odiado Brusca en el repentino "ángel liberador" a fichas. Brusca, en todo caso, debería haber dicho: "En el 93' Bagarella, Graviano, Matteo Messina Denaro y yo actuabamos de acuerdo con una directiva, pero con nosotros, en ese momento, Dell'Utri y Berlusconi no tenían nada que ver y de todos modos no tengo conocimiento de si ellos están hablando con Provenzano y otros...".

O Brusca se decide a decir toda la verdad, o se asume sus responsabilidades con la consecuencia de que ya no obtendrá ningún beneficio del Estado.

No hay que olvidar que los hermanos Graviano en un cierto momento rompen con Brusca y Bagarella y mientras están en Milán no se hacen los vivos provocando una irritación peligrosa de Bagarella, hasta el punto que los Graviano arriesgan incluso eventuales represalias. Brusca de todo ésto no sabe nada, o, como él ha dicho, sólo sabe de una queja del mismo Bagarella.

En ese momento el mismo Bagarella no sabe que Provenzano y los Graviano ya han enganchado a Berlusconi y Dell'Utri”.

Y nosotros lo sabemos hoy gracias a las declaraciones de Spatuzza que en el aula, durante el proceso Mori, ha hablado de la famosa reunión en el Bar Doney en Roma con Giuseppe Graviano en el 94’, en la víspera del atentado al Estadio Olimpico (que gracias a Dios nunca ocurrió) cuando Graviano le dijo que "teníamos el país en las manos", "gracias a Berlusconi y a nuestro paisano Dell'Utri.
Estas declaraciones en cuotas de Giovanni Brusca son inadmisibles. Estoy de acuerdo con la reconstrucción de la primera negociación de la que habla Brusca, mientras sobre la segunda negociación, la que puso en marcha Bernardo Provenzano, Brusca no sabe nada. También porque Brusca mismo es parte de esta tratativa y se convierte en víctima siendo eliminado del escenario de Cosa Nostra en breve tiempo. La segunda negociación salva, de hecho, la mafia de Provenzano y destruye – porque la parte de ese Estado "criminal" lo pone como condición - el ala extremista de Brusca, de Bagarella y de los Graviano.
 
Teniendo en cuenta la condición particular del otro exponente de los atentados, Matteo Messina Denaro, es probable que en el 1993 sea él el único candidato por el cual opta Provenzano como un posible sucesor. En efecto hoy, después de 20 años de los atentados del 92’ y 93’, es él el último gran jefe corleonés de Castelvetrano prófugo.

O sea que Provenzano decide: "Me quito de en medio a  Brusca porque no le necesito, uso a los hermanos Graviano hasta un cierto punto y después les hago arrestar y Bagarella, siendo cuñado de Riina, no le puedo eliminar de inmediato y entonces hago un poco de tira y afloja y le hago arrestar". Esta es la segunda negociación. Bagarella es detenido gracias a las revelaciones de los hermanos Di Filippo, que se habían dirigido a Provenzano quejándose de su comportamiento de déspota. Y Provenzano da su consentimiento para que se libren de él. Todo ésto no es fantapolítica, sino que es parte de las declaraciones de Antonino Giuffré, que explica claramente que muchas de las detenciones de la corrente sanguinaria de Riina son casi "piloteadas”, verdaderas “víctimas sacrificales “.

En un reciente artículo publicado en la revista El Espresso se ha hablado de una acta de interrogatorio de Giovanni Brusca, en la que él habría contado de haber recibido de Riina el encargo de ir a Arcore a hablar con Berlusconi después de las bombas del 1992 (un encuentro del que ya habría hecho mención en pasado el ex mafioso Giuseppe Monticciolo). A este punto que Brusca diga en la audiencia si la reunión se produjo, el motivo por el cual se produjo, o que lo desmienta  categóricamente.

En conclusión, reitero la opinión de que, más allá de todas sus declaraciones verdaderas y comprobadas, en el juicio sobre Berlusconi y Dell'Utri Brusca se equivoca dramáticamente forzando, sin que nadie se lo pida en el aula, su juicio sobre Berlusconi y Dell'Utri, casi desmintiendo a Spatuzza.
Berlusconi y Dell'Utri tienen que ver con toda la estrategia: en la primera y en la segunda negociación, hasta el nuevo equilibrio de poder en Italia. Estado y mafia.

Ciertamente nosotros nos sentimos todavía como Pier Paolo Pasolini en los años 70, que refiriéndose a los atentados de aquellos años, afirmaba: "Yo sé quiénes son los ideólogos, pero no tengo pruebas".
Siempre he estado convencido y lo estoy aún más que Brusca sabe más de lo que deja entender. Si sólo hubiese dicho todo lo que sabía desde el principio habríamos podido llegar a la verdad en el 1998, rindiendo justicia a los mártires del bienio de atentados 92’/93’ y a todos los que aunque estén vivos, están muertos hasta que no obtengan justicia.

Giorgio Bongiovanni

http://www.bbc.co.uk/mundo/ultimas_noticias/2011/05/110501_ultnot_sri_lanka_manifestaciones_onu_lr.shtml