Empezando por las décadas de impunidad y las leyes que la ampararon, pasando por la no condena de la gran mayoría de represores y los múltiples beneficios para el puñado de represores condenados: cárceles vip, prisión domiciliaria, jubilaciones onerosas salidas directamente del bolsillo de los trabajadores (muchos de ellos quizás torturados por los mismos represores o familiares directos de torturados o asesinados).

Impunidad también para respaldar el silencio acerca de los cuerpos de las mayoría de los desaparecidos, o para hacer la vista gorda frente a  los atentados a los memoriales  que condenan la dictadura, o también de las amenazas contra los antropólogos del GIAF y algunas figuras públicas vinculadas a los DDHH.

Gilberto Vázquez puede sumarse en breve a la lista cada vez más larga de un nuevo beneficio otorgado por la burocracia y los poderes del Estado, la fuga. Con los casos conocidos de Jorge Troccoli (en Italia), Pedro Mato (en Brasil), Manuel Cordero (durante años viviendo en Brasil y atrapado y juzgado por el Plan Cóndor en Argentina) y Eduardo Ferro fugado en España.

Como si fuera una tomada de pelo el poder judicial le otorgó a Gilberto Vázquez la prisión domiciliaria, con todos los antecedentes de fuga conocidos, en un apartamento a tres cuadras de la frontera terrestre de la frontera de Uruguay y Brasil.

Desde el Observatorio Luz Ibarburu presentaron ante los juzgados correspondientes “para conocer las razones por las cuales se le otorgó prisión domiciliaria y las razones por las cuales se le habilitó la ida para Rivera”. Habrá que ver las excusas que responderá el poder judicial para justificar todo esto, que parece más un plan de fuga (con la complicidad de los jueces) que una resolución que corresponda al tratamiento de un reo condenado por 28 homicidios muy especialmente agravados y con antecedentes de fuga.

Gilberto Vázquez deberá estar soñando con esconderse en el nuevo paraíso ultraderechista del continente de la mano del fascista Jair Bolsonaro que tiene gran posibilidad de ganar las elecciones este domingo. Agregado a que Brasil se ha convertido en una cueva de genocidas prófugos, como Pedro Mato o en el pasado Manuel Cordero.

La impunidad garantizó la preservación de las fuerzas armadas como principal brazo armado del Estado capitalista a usar contra los trabajadores y sectores populares, si les es necesario, en el futuro tal cual ya lo hicieron en los setentas. La reconciliación y el re prestigio de los militares es una consecuencia directa también, que ya viene dando sus frutos con la creciente intervención de los militares en política en la figura del jefe del Ejército Manini Ríos.

El mensaje reiterado del régimen de impunidad (políticos, poderes del estado, FFAA, medios de comunicación) es que para “los muchachos” que hacen el trabajo sucio tendrán múltiples beneficios que les garantice ser salvados en la medida de lo posible mediante múltiples maniobras.

A futuro las garantías para los genocidas del ayer prepara el terreno para los genocidas del mañana, la ola reaccionaria que vive la región de la que Uruguay es parte, anuncia que ese mañana no está muy lejos.

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(*) Publicado en La Izquierda Diario
*Foto de Portada: www.laizqueirdadiario.com