roccomPor Jean Georges Almendras-9 de marzo de 2018

Hace algunas semanas todo indicaba que la extradición de Rocco Morabito a Italia no sería concedida por la Justicia uruguaya, pero el martes 6 de marzo la situación fue totalmente inversa porque la jueza de Crimen Organizado, doctora Dolores Sánchez, dictó la sentencia de extradición del ciudadano italiano, contrariando los puntos de vista del fiscal especializado Luis Pâcheco, y obviamente del abogado defensor de Morabito, doctor Victor della Valle.

Según la sentencia, la jueza Sánchez entendió que la extradición no debía estar condicionada a la realización de un nuevo juicio al acusado en Italia, tomando en cuenta que Morabito ya había sido enjuiciado en su país natal en ausencia, por tráfico de drogas y por tener estrechos vínculos con el crimen organizado.

En ese contexto debemos recordar que Rocco Morabito forma parte de uno de los clanes más antiguos e históricamente más poderosos de la organización mafiosa conocida como la Ndrangheta de Calabria, en Italia

De acuerdo a informaciones de medios extranjeros e italianos el líder más importante de este clan mafioso era Giuseppe Morabito, quien heredó la posición de su padre en los años cincuenta.

Respecto a Rocco Morabito, que se encuentra recluido en uno de los pisos de Cárcel Central de Montevideo, en el edificio de San José y Carlos Quijano, debemos consignar que llegó a Milán a la edad de 25 años, frecuentando bares y clubes nocturnos de la ciudad, vestido elegantemente. De esa forma comenzó a vincularse con el tráfico de drogas y el crimen, tal lo que se describe en el Corriere della Sera.

roccom2Rocco Morabito fue detenido oportunamente pero luego logró darse a la fuga, sin desatender sus negocios y sus vinculaciones con la mafia calabresa. Finalmente, prófugo de la Justicia italiana fue procesado en ausencia y años después fue ubicado en el Uruguay. Personal de Interpol tenía orden de captura internacional. Una orden que fue cumplida al pie de la letra por funcionarios del Uruguay que lo detectaron en un hotel de Montevideo, con un nombre falso. Fue así que el 2 de setiembre se le comunicó que estaba detenido para ser derivado a Italia, extradición mediante.

Rocco Morabito era conocido en el Uruguay como un hombre de negocios rurales y actividades comerciales, bajo el nombre de Francisco Antonio Capeletto Souza. Vivía en la región de Punta del Este, junto a su esposa e hija adolescente. Llevaba una vida tranquila y bajo ningún concepto despertaba sospechas entres sus allegados o los residentes de la zona, de que se trataba de un hombre de mafia. Especialmente de la N drangheta. Tenía una vida cómoda, con bienes, automóviles y lujos, pero llevaba una vida social de bajo perfil.

El abogado Víctor della Valle, ahora que fue notificado de la sentencia de extradición de su patrocinado, seguramente deberá estar estudiando la estrategia para la apelación.

En ese sentido, el abogado dijo a colegas del diario El País de Uruguay, que la apelación hará notar que el tratado firmado entre Uruguay e Italia es clarísimo y no admite el juicio en rebeldía de una persona.

“Todo lo demás son interpretaciones rebuscadas” fueron las afirmaciones del defensor de Morabito. En una de las audiencias, la del 24 de noviembre del año pasado Morabito había manifestado su negativa a ser extraditado. Por su parte sus defensores, doctores Víctor della Valle y Alejandro Balbi, puntualizaron que no correspondía hacer lugar al pedido de extradición pues la condena fue impuesta en rebeldía y Morabito es reclamado por las autoridades de su país, no para ser juzgado, sino para hacerle cumplir con esa condena. El abogado agregó:” La condena en rebeldía efectuada en Italia colide con nuestro orden institucional”. El Fiscal Pacheco, según lo consignado por el diario El País, coincidió con los defensores de Morabito sobre que el juicio en rebeldía vulnera el orden interno de Uruguay, señalando muy enfáticamente que “no es posible acceder a la solicitud de extradición cursada en forma lisa y llana sino que deberá ser condicionada a la realización de un nuevo juicio o al compromiso del Estado requirente (Italia) de otorgar garantías suficientes para la defensa del requerido en juicio”

En el otro extremo de la polémica sentencia, la jueza Dolores Sánchez consideró que Italia cumplió con todos los aspectos formales para solicitar la extradición y que el Tratado que nos une con Italia no lo prevé, refiriéndose a las exigencias que se plantean y que entiende no corresponden, de ahí su firma de la sentencia de extradición.

Finalmente debemos consignar que el 3 de setiembre, al día siguiente de su captura en un hotel de Montevideo, Morabito fue ingresado en Cárcel Central por incurrir en tres delitos de falsificación de cédula de identidad y pasaportes con un delito de continuado de falsificación ideológica por un particular. Paralelamente la Justicia actuante dispuso el arresto administrativo para su extradición una vez que cumpla lo dispuesto en la causa uruguaya.

En ese marco, la jueza Sánchez comunicó a Italia la captura a los efectos de que se remitiesen los pedidos formales de extradición. Finalmente el pasado 14 de febrero de este 2018 Rocco Morabito cumplió con la causa en el Uruguay y permaneció detenido en función del arresto administrativo. Unos 120 días antes aproximadamente, el 18 de noviembre de 2017 la jueza había recibido el pedido formal de extradición de Italia, confirmando sentencias contra Morabito.

La defensa del italiano hace pocas semanas especulaba que todo iba por carriles positivos, respecto a su defendido, pero no fue así. La reciente firma de la sentencia de extradición hasta el momento resulta determinante, por lo que aquellos temores, que recientemente se dijeron en los diarios uruguayos de que Morabito caminaría libre nuevamente por las calles de Punta del Este y del departamento de Maldonado, se vendrían diluyendo gradualmente.

Esta vez, tal parece que Rocco Morabito estaría más cerca del avión que lo trasladaría a su tierra natal, que de Punta del Este. En Italia comparecerá ante la Justicia, después de casi dos décadas de permanecer prófugo, residiendo en el Uruguay unos 15 años, ya que llegó a estas tierras en el 2002, como un empresario vinculado a los campos de soja.

¿De mafioso? Ni un pelo, ni una señal. Los amigos del barrio y quienes se vincularon con él, si acaso esporádicamente, lo hacían como un hombre amable y cordial, con una señora y una hija de muy buen trato social. Una familia unida y de vida normal. El día que el caso salió a la luz pública, los asombros de los vecinos llovieron a granel.

En Italia los asombros no fueron por el mismo lado, porque allí los asombros apuntaban a valorar y a reconocer como exitosa la captura de un hombre de mafia, huidizo por muchos años.
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*Foto de Portada: www.skynews.com
*Foto 2 : www.sardegnareporter.com / UNICOM