“Estamos acá porque no estamos ni con las alianzas de oriente, ni con las alianzas ni con las alianzas de occidente, simplemente estamos a favor de la paz. No queremos una guerra. Ninguna guerra lleva a ninguna parte. La guerra en Ucrania no va a llevar a nada. Está solamente llevando a la destrucción de un pueblo, de varios pueblos. Estan quedando arruinados, como quedan todos los pueblos bajo las guerras.Por lo tanto estamos en contra y tenemos que decir que no queremos estos ataques, que no queremos estas guerras, que no estamos a favor de ninguna guerra y que no queremos que esto se haga realmente contra ningún pueblo del mundo”
Fue la espontánea proclama, más sincera y más coherente que se hubo escuchado , prácticamente a las puertas de la embajada de los Estados Unidos, en la jornada del día lunes en la ciudad de Montevideo, sobre la rambla sur, en boca de una ciudadana uruguaya -Adriana Navarro- que hace parte de un movimiento internacional que se denomina Coordinadora contra la Guerra Nuclear, y que es conocido internacionalmente desde hace ya más de un año.
Algunos de sus integrantes se dieron cita en una plazoleta distante pocos metros de la sede diplomática estadounidense de la capital del Uruguay, de la zona del Parque Rodó, con el cometido de hacer público su sentir, a poco de que se diera la noticia a nivel internacional, de que desde Ucrania se hubo lanzado misiles convencionales estadounidenses sobre territorio ruso, en el marco de una muy tensa situación que se vive en ese punto del planeta.
Al mismo tiempo de que a nivel mundial el periodismo hacía referencia a este ataque, en Montevideo, el activismo de la Coordinadora contra la Guerra Nuclear, tal como se hizo en Santiago de Chile días atrás, materializó su posición con la presencia de algunos de sus integrantes portando una pancarta, que obviamente fue avistada por la guardia policial en torno a la embajada de EE.UU.
Policías apostados allí impidieron no solo que los activistas tomaran fotografías sino que además se acercaran a las puertas mismas de la sede diplomática. Y mientras los unos sostenían un baner alusivo a la Coordinadora, bajo un fuerte viento, Navarro tomó un megáfono para dar a conocer la proclama.No hubo escaramuzas de ningún tipo con los uniformados. En contrario, con amabilidad expresa y sin irrespetuosidades los policías mantuvieron un breve diálogo con los allí presentes, sin registrarse incidentes.
Una muy bienvenida expresión de libertad constituyó la intervención de la Coordinadora, precisamente cuando la noticia que ganó el mundo puntualizaba que desde el Kremlin se acababa de confirmar que el primer ataque de Ucrania contra territorio ruso se hubo materializado con misiles estadounidenses ATACMS
Las agencias internacionales ampliaron que el Ministerio de Defensa de Rusia anunció que en la madrugada del domingo la región de Bryansk fue atacada con seis misiles cinco de los cuales fueron derribados por los sistemas de defensa aérea, no así el sexto que resultó averiado.
Se consignó que el impacto de los fragmentos del misil dañado ocasionó un incendio en una instalación militar el que pudo ser sofocado rápidamente, sin mayores consecuencias.
Se informó además que la escalada de tensiones coincidiría con el día mil de la ofensiva de Rusia sobre Ucrania y que la misma se hubo concretado lapso después de que en las últimas horas , por disposición del presidentes Joe Biden, se aprobara el uso de misiles de largo alcance por parte de Ucrania, para atacar directamente objetivos militares en territorio ruso.
Si bien desde el Kremlin se rechazó la decisión de Washington calificándola de imprudente, hasta asegurado una respuesta de Moscú apelando al armamento nuclear, esto felizmente no aconteció, al menos hasta este mismo momento en que escribimos estas líneas.
En definitiva, este ataque marcó una etapa muy importante en esta guerra y de hecho puso al mundo en vilo. No obstante, las aguas no están en absoluto en calma.
Dentro de ese contexto, en Uruguay, Montevideo, la Coordinadora Contra la Guerra, como movimiento internacional, no fue indiferente a la situación, la que fue finalmente destrabada por Putin, no entrando en el juego de una respuesta, que hubiese significado -sin exageraciones- el inicio indiscutible de una guerra nuclear en todo el sentido de la palabra.
En Montevideo, el activismo contra la guerra, dejó bien en claro , una vez más, su cometido pacifista, denunciado lo que significa una guerra, del tenor que sea, para los pueblos del mundo.
Palabras más , palabras menos, estos conceptos seguramente fueron compartidos por los activistas de la Coordinadora, con los policías que irrumpieron al momento de la intervención en la rambla Sur, en una tarde de viento, neblina y fina llovizna.
Los conceptos de miles y miles de ciudadanos del mundo que obviamente no comparten, a conciencia, y bajo ningún concepto con la guerra. Una guerra que no hace otra cosa que sembrar muerte, destrucción , sin límites, y mucho más aún cuando se trata de ataques con armamento nuclear, lo que significaría el aniquilamiento mismo del mundo.
*Fotos de Victoria Camboni