Aquel taller teatral hoy es una éxitosa obra de la cartelera en la Ciudad Vieja
Tiene todos los ingredientes para hacer parte del circuito teatral de la ciudad de Montevideo: "La Invitación". La obra estreno de la Compañía Artística “Extasia”, cuya fundadora es la actriz y directora teatral Sonia Bongiovanni, es una espectacular propuesta teatral no convencional que extrae de todo el elenco, en un inusual espacio escénico de la calle Piedras 425, de la Ciudad Vieja de la capital uruguaya, un trabajo individual y colectivo, que sorprende, y desmenuza sin tapujos, cuanto hay de la condición humana, con parlamentos que llevan, a los "invitados" (a la platea) a saborear literalmente lo sustancioso del mensaje del espectáculo, que en su globalidad atrapa, seduce, y entretiene, y además, provoca sensaciones, que son emblema de una puesta en escena, propia del humor negro, de la comedia, con el tinte surrealista, que sin excesos, sume a la platea a una experiencia inédita.
Recomendarla es poco. Hay que verla. Porque cuenta con interpretaciones destacadas; porque tiene una dirección acertada (de Diego Grachot); y porque la dramaturgia (de Christian Almendras y Diego Grachot) ha logrado que cada una de los personajes tenga su propio universo, en términos de actualidad, y que estén expresamente conectados con el ser humano de hoy. Una obra que no puede pasar inadvertida. Un muy contundente acierto de “Extasia”, cuyo debut promete a más.
“Esta es la invitación a la casona de Gastón. Donde su hogar se ha transformado en una sala experimental. Le organizamos una fiesta sorpresa. Para celebrar su cumpleaños y los diez años de su fundación. Amigos y familiares te presentamos a Gastón en este espacio no convencional con una gran degustación. ¿Que querra Gastón contar de él?¿Cuántas vidas tiene? Es importante que llegues temprano.Una vez que se cierren las puertas nadie más podrá entrar” , así se lee en la promo de la obra teatral, cuyo estreno fue el viernes 4 de octubre.
Y efectivamente, una vez cerradas las puertas de la casona de la calle Piedras, entre Misiones y Zabala, no solo nadie más pudo entrar, sino que ademas en su interior acontecieron toda suerte de situaciones que hacen que el espectador, “el invitado”, para ser más claro, sea un protagonista más de una puesta en escena, donde el despliegue no permite que los minutos transcurran a reloj lento, sino que en contrario, trascurran a paso veloz. Cada tramo de la historia se va presentando con celeridad increíble, dentro de una dinámica actoral que se pone a tono con un texto que va desempolvando -y desentrañando- todos los más inimaginables recoquevos de la condición humana, con todos sus más insospechados toques de humor que hacen que la platea, en segundos, pase de ser una platea atenta a un drama mismo de la vida de nuestros días, a ser la observadora crítica de una comedia, también de nuestros días, en la que el entretenimiento libera tensiones y presenta cada una de las situaciones, abrazándose siempre a los universos propios de todos y cada uno de los personajes, con sus respectivas historias.
En definitiva, los resultados de un taller de teatro que llevaba ya más de un año de acción en ese espacio de Extasia, y de Our Voice, de la Ciudad Vieja montevideana, de la mano del director y dramaturgo de la obra Diego Grachot, fueron de hecho más que saludables. Oportunamente se sumó a la dramaturgia el actor y y director teatral Christian Almendras, y finalmente se fueron materializando los ensayos, para llegarse al día del estreno. Y repito, los resultados de todo ese trayecto de talleres e improvisaciones, de un poco más de 365 días, fue más que notable.
Seis actores se pusieron la obra a sus hombros. Cada uno se comprometió con el personaje como si se comprometiese con su destino mismo. Dos actores fueron revelación de la propuesta: Loreley Latierro y Mikaela Melo; y le siguieron en la gran cruzada, con la soltura y el aire fresco de una muy bien elaborada actuación, Daniel Amaral, Anubis Leal, Sofia Aquino y Brian Laguna. Cada pieza del rompecabezas escénico se fue situando sobre ese universo creado alrededor de la historia de Gastón. Ciertos parlamentos desencadenaron risas,y otros la reflexión. El “invitado” se sintió parte de la escena; vibró cada una de las escenas a su vista; y por si fuera poco, hizo parte de la dinámica de una experiencia teatral, que por ser nada convencional, hizo que todo transcurriera con una cuota enorme de empatía, a la historia misma , al elenco, al espacio escénico y en definitiva a una compañía artística, cuyo debut , no lo dudamos, ya es parte del comentario ciudadano.
*Foto de Portada: Antimafia Dos Mil