El Nuevo Frente Popular obtuvo una mayoría relativa en la Asamblea Nacional
Estas nuevas elecciones en Francia tuvieron un complemento extra: sus repercusiones alcanzaron proporciones amarillistas impensadas, con ribetes mediáticos que involucraron hasta el entonces impasible ambiente futbolero. Las casi incorregibles tendencias de las encuestadoras se volvieron humo frente al voluble electorado galo.
¿Será que la opinión sacada de una galera, de un jugador de alto rendimiento como Kylian Mbappé volcó el resultado hacia el otro extremo, o vamos a culpar siquiera a la falta de tacto civil de la ultraderecha? El jugador había afirmado: “No podemos dejar el país en las manos de esa gente”, en referencia a los neofascistas.
Lo cierto es que la izquierda recibió un gran espaldarazo, con la victoria del Nuevo Frente Popular en el balotaje. El equilibrio político de Francia se mantiene frente a un continente europeo que lucha para no seguir cayendo lenta e inexorablemente hacia el neofascismo.
La izquierda republicana entonces, obtuvo su mayoría en la Asamblea Nacional. El pasado 9 de junio, luego de perder las elecciones europeas, Emmanuel Macrón, sorprendió al disolver la Asamblea Nacional y llamó a elecciones.
En tan solo cuatro días, la coalición de izquierda compuesta por el Partido Europa Ecología Los Verdes, el Partido Socialista, el Partido Comunista y La Francia Insumisa se constituyeron bajo el Nuevo Frente Popular y logró obtener la mayoría relativa en la Asamblea Nacional, rompiendo con todo pronóstico de la extrema derecha de Agrupamiento Nacional, que había sido ganadora en primera vuelta.
Lo cierto es que Agrupamiento Nacional, que obtuvo una gran elección europea, no supo mantener los votos en esta segunda vuelta electoral. Todas las encuestadoras daban ganadora a la extrema derecha para el domingo 7 de julio. Pero finalmente las expectativas se vieron frustradas, y solo alcanzaron unos 140 diputados.
Desde que el actual presidente tuvo su reelección en 2022, el gobierno tuvo la mayoría relativa. Esta llevó a Jean-Luc Mélenchon, líder de LFI, a desatar una tormenta en los medios al plantear que el presidente debe llamar a un miembro del Nuevo Frente Popular, para nombrar un primer ministro de esa fuerza política. Antes Mélenchon había exigido la dimisión del primer ministro Gabriel Attal.
A pesar de que el primer ministro Attal anunció su dimisión, luego del discurso de Mélenchon, Macron pidió que continúe por ahora en el cargo para "garantizar la estabilidad" del país.
A estos efectos es importante entender que en Francia, el régimen de gobierno deja las funciones de dirigir el país en manos del primer ministro y su gabinete designado, por eso también estamos siendo testigos de la tormenta política que se cierne sobre París.
Macrón, además pidió este miércoles en una carta al pueblo publicada en la prensa, a las "fuerzas políticas que se identifican con las instituciones republicanas" que construyan una "mayoría sólida" en el Parlamento.
"Nadie ganó", expresó el presidente francés refiriéndose a los comicios celebrados el domingo pasado. En contraposición, la izquierda rechazó efusivamente la abstención temporal del presidente de designar un primer ministro y pidió que el futuro nuevo nombre provenga del Nuevo Frente Popular, con mayoría en la Asamblea.
La vorágine en los comicios propició la formación del frente republicano con los socialdemócratas, la derecha liberal y la izquierda para impedir que una extrema derecha en constante crecimiento se quedara con todo. Por el momento la estrategia dio resultado, pero esta solución dista mucho de ser una alianza de gobierno poderosa.
“Lo ocurrido este domingo 7 de julio, unido a la catastrófica derrota del Partido Conservador en el Reino Unido, podría ser un hito que marque el fin de la oleada neofascista o ultraderechista en Europa”, planteó el analista político Atilio Borón en su columna de Página 12.
Además, afirma y cierra su análisis con una reflexión: “La elección francesa demuestra también otra verdad reiterada hasta el cansancio en los últimos tiempos, pero no siempre reconocida por la dirigencia del campo progresista: no existe la ancha avenida del centro. Es una desafortunada ilusión, madre de tantas derrotas. Se gana con un programa claro y explícito de izquierdas, como en México, en el Reino Unido y ahora en Francia, o triunfan los sórdidos emisarios del pasado, de la rección, de la dictadura, como los Milei, los Bolsonaro y tantos otros”.
*Foto de Portada: La Vanguardia