Por Daniel Amaral-28 de setiembre de 2022

Giorgia Meloni es el  nombre de la flamante y futura primer ministra de Italia. Fue quien obtuvo mayor cantidad de votos y por ende elegida legítimamente por el pueblo italiano. Así son las reglas del juego, por lo tanto, como en cualquier nación democrática hay que acatar lo que dicen las mayorías y eso no se discute.

Hasta ahí todo dentro de los parámetros normales, que una sociedad moderna debe transitar, sin mayores sobresaltos.Todo el pueblo voto y se vuelven a sus casas a  continuar con su rutina y como si nada hubiera pasado.

Pero el problema no es que la ultraderecha llegue al poder, y en el caso que lo sea no es el mal mayor. El problema son los ciudadanos, es el pueblo que los elige en pleno siglo 21. Y no es que se cansan de la izquierda y elijan la derecha. Entonces gobiernan personas que son más conservadoras, menos austeras, que están más con el capital financiero que con su pueblo. El problema es que la primer ministra que eligieron y todos los que la acompañan son de ultraderecha, son de una corriente fascista. Quiere decir que Italia se está volviendo a los ideales de Mussolini. 

Volviendo a una idea que nos llevó como humanidad a hacer la segunda guerra mundial. 

Por lo tanto, lo que aquí hay que poner arriba de la mesa, es el hecho concreto de que fue el pueblo, poniendo en el poder a la ultraderecha, que decidió retroceder 80 años. Lo que de aquí en más puede suceder no lo llegamos ni a imaginar. Pero de algo podemos estar seguros es que, si por alguna razón la otra parte del pueblo saliese a las calles a protestar, es altamente probable que los vayan a reprimir y hasta encarcelar.

Este es el panorama de un país rico europeo, lleno de historia, de cultura, de belleza natural, de una riqueza incalculable de su patrimonio artístico. Una nación que también cuenta con recursos en cuanto al turismo, la gastronomía, la moda, la música y el cine.  

Cuesta mucho pensar, que de repente, en esta gran nación, puedan vivirse tiempos de oscurantismo, que arrastren a la república Italiana a una  debacle,  donde lo que se viva y respire sea, la miseria humana. 

Solo la sangre joven puede dar una esperanza, una señal, de que a pesar de  todo, un país como Italia pueda sobrevivir a la catástrofe, de la tiranía del fascismo. 

Solo resta esperar los acontecimientos, pero el panorama que se avisora, no es el más alentador, si no que por el contrario es de un futuro muy incierto.

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*Foto de portada: © imagoeconomica