Casi 100 tumbas fueron descubiertas en el terreno donde funcionó un internado para niñas y niños indígenas en Canadá, la Escuela Residencial de la Misión de Saint Joseph. Se trata de un nuevo hallazgo en materia de restos humanos de menores de edad. No es la primera vez que se encuentran restos de infancias en predios de residenciales para indígenas, lugares que en su gran mayoría eran controlados por la Iglesia Católica.
El clan Williams Lake First Nation, liderado por Willie Sellars, fue quien dio a conocer la noticia. Sellars señaló que es posible que nunca se conozca en su totalidad los restos de todos los menores que fallecieron en ese internado, ya que sus cuerpos fueron lanzados al río, abandonados en las profundidades de lagos, arrojados como basura a incineradores.
Miles de niñas y niños fueron obligadas a ingresar a los residenciales como el de Misión de Saint Joseph y abandonar sus hogares, donde fue comprobado por investigaciones, que mantenían condiciones de vida horribles, como el consumo de comida podrida, peligro de incendio, hacinamiento y enfermedad, y que eran habituales las torturas, secuestros, aislamientos forzosos y supervivencia en condiciones de vida extremas.
Los abusos físicos constantes formaban parte del diario vivir, y fueron causantes de miles de muertes. Para esos niños, no habrá ninguna lápida, ninguna tumba sin marcar, ningún pequeño fragmento de hueso, que sea analizado de forma forense, lamentó Sellars.
Unos 150 mil niños y niñas permanecieron internados en estos residenciales, a lo largo de más de 100 años. Recién en 1997 dejaron de existir, a pesar del historial de abusos y condiciones de vida infrahumanas que era notorio y conocido que padecían esas infancias. La finalidad de su existencia era lograr la eliminación total y absoluta de la cultura indígena de Canadá, forzando a las familias y comunidades a entregar a las niñas y niños para retenerlos en estas residencias, que funcionaban casi como una cárcel de adultos, o peor aún.
El líder de Williams Lake First Nation acusó a las autoridades gubernamentales de haberse deshecho de documentos que probaban lo que sucedía en el residencial de Saint Joseph. Además, señaló que hubo denuncia de los menores de edad, víctimas de los abusos del centro escolar, pero que no hubo respuestas.
También manifestó que tanto el Gobierno federal como autoridades religiosas y la Policía Montada, engañaron públicamente a la sociedad canadiense, ocultando lo que realmente sucedía allí.
El residencial de Saint Joseph funcionó entre 1891 y 1981.
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*Foto de portada: DW