Por Jorge Figueredo, desde Asunción, Paraguay-16 de abril de 2021

Este 27 de abril se cumplen 84 años del fallecimiento del revolucionario pensador y fundador del partido comunista italiano Antonio Gramsci, en Roma, luego de 11 años de prisión en cárceles del gobierno de Mussolini.

Sorprende la fortaleza física y moral de Gramsci, para resistir tantos años de persecución, malos tratos, tortura psicológica y humillaciones sufridas en los presidios, más parecidas a las mazmorras medievales, por lo oscuro, húmedo y sucio del lugar.

Gramsci estuvo preso desde 1926 hasta su muerte en 1937 con tan solo 46 años. A pesar de haber sufrido todo tipo de coacciones e intimidaciones de parte del fascismo, e incluso presiones del estalinismo o de corrientes ideológicas opuestas dentro del partido comunista italiano, jamás claudicó de sus ideales de hombre humanista, libre e independiente, apostando a construir el “hombre nuevo”, a través del verdadero conocimiento, que solo se puede adquirir a través de una educación crítica y liberadora del hombre.

Lo que más caló en mí, luego de ver el film, es la frase final de Gramsci: “Todas las semillas han fallado, excepto una, que todavía no se bien qué es aunque probablemente es una flor y no una mala hierba”.

¿Cuál es el significado profundo, filosófico, hasta si se quiere espiritual, de esta frase de Gramsci?

“La esperanza de la vida que resurge de la muerte” ¿Los grandes ideales de los seres humanos jamás mueren? Las ideas jamás pueden matarse, con la cárcel, con las persecuciones, con las torturas, ni siquiera con la muerte.

Gramsci 2

Porque para renacer, y dar sus frutos, la semilla de un árbol debe morir. La vida siempre renace de la muerte, que siempre es temporal, la vida siempre continùa a través de las manos y las piernas de las nuevas generaciones, jóvenes que rompen las viejas estructuras en las sociedades, como la del Movimiento Cultural Internacional Our Voice, con chicos que con su pasión y entrega, harán renacer la nueva flor, por medio de la revolución cultural.

Gramsci afirmaba “la esencia de la dominación es cultural. Por el consenso social. Mediante la dirección intelectual y moral de la sociedad, esa es la hegemonía que se asienta en el sistema educativo, la religión y los medios de comunicación”.

Por lo tanto, para vencer la dominación de las mafias en nuestros estados y sociedades, que es actualmente hegemónica, debemos romper ese acuerdo social, para así aniquilar culturalmente a este sistema criminal integrado, cuyo brazo más atroz y poderoso son los grupos mafiosos esparcidos por el mundo.

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*Foto de portada: www.otrasvoceseneducacion.com

*Foto 2: www.periodismoenlinea.medioscms.com