A sala llena, y sin hipocresías; sin titubeos, y con la energía del activismo en lucha -frontal y honesto- por el pueblo Palestino, en la planta alta del espacio de Voces Insurgentes -Our Voice- de Montevideo-Uruguay, en la Ciudad Vieja, se llevó a cabo el conversatorio “Bitácoras de Palestina. Perspectivas, reflexiones y resistencias de un pueblo atravesado por el genocidio” . El principal ponente fue el periodista italo-palestino Karim El Sadi (redactor también de Antimafia Duemila de Italia) , quien fue secundado por la periodista, activista y observadora internacional de Palestina, María Landi y Ana López, observadora internacional, siendo moderado el encuentro por Sonia Tabita Bongiovanni, actriz y directora teatral y activista pro palestina, y fundadora de Voces Insurgentes. Fue un evento esperanzador, en particular, por el grado de conciencia que todos los presentes dejaron igualmente muy bien sentado, en el tramo destinado a la opinión desde la platea, a lo largo de más de una hora y media de encuentro, que contó además con una maravillosa y comprometida parte artística, desde el inicio y en el final. La velada significó mucho, no solo para la lucha por el pueblo palestino, sino además, porque Voces Insurgentes (OV), en su espacio de calle Piedras, marcó un mojón en su historia militante. Fue ese lugar, literalmente, esa noche, un muy poderoso bastión de esa lucha que se libra en el mundo entero, por un pueblo que está siendo objeto -a la vista pública internacional- de un genocidio indiscutible, y horrendo.
No hubo forma de escatimar opiniones, o de restringir reflexiones; mejor dicho, no era ese el cometido. El cometido era ser libre, defendiendo y pujando por una Palestina libre, porque los hechos, los acontecimientos que se viven hoy en esa región del Medio Oriente, en la franja de Gaza y en Cisjordania, superan todo lo inimaginable. Un genocidio está en curso desde hace 544 días, con el estremecedor saldo de más de 50 mil personas asesinadas, en Gaza, siendo casi 20.000 los niños que igualmente perdieron la vida; contabilizándose más de 114 mil heridos. Y la nómina de horrores sería más que extensa.
Y de todo esto se hablo en este conversatorio que literalmente fue exquisito en información y en testimonios. Desde el inicio el arte de la poesía militante se hizo presente y la moderadora Bongiovanni, magistralmente, fue extediendo lazos para que el evento fuera progresivamente tomando forma y subiendo de tono.
Esa lucha del pueblo palestino, por su tierra, por su Estado, por su independencia, fueron los titulares que se pusieron sobre el tapete; titulares del horror; descripciones del horror; denuncias del colonialismo y de un nazisionismo devorador de vidas y de esperanzas.
Todos y cada uno de los ponentes, valientemente y con pelos y señales, hicieron énfasis en el rostro que no se ve de un genocidio, al que se lo califica -se lo encubre- como una guerra, obviamente, desde tiendas del sionismo que se empeña en distorsionar las verdades que saltan a los ojos en las imágenes -que recorren el mundo- de la muerte cotidiana, de las vejaciones cotidianas, de los barbarismos cotidianos, y que impúnemente se justifican desde las entrañas mismas de ese sionismo asesinos, que practica un terrorismo de Estado, similar o mayor aún, que los horrores cometidos en los dias del Plan Cóndor, en América Latina. Todos y cada uno de los ponentes aclararon aguas , por enésima vez, que la lucha no es contra los semitas; porque no son antisemitas quienes toman la bandera del pueblo plestino, porque únicamente son antisionistas, puntualizando -insisto por enésima vez- que es el sionismo el antisemita; que es sionismo el que incita al odio, y el que practica el genocidio.
Todos y cada uno de los ponentes, con lujo de detalles, de datos, y de cifras -y de relatos- desgranaron los pormenores más estremecedores de ese genocidio que se lleva a cabo, ahora mismo cuando escribo, y ahora mismo cuando se lee lo que he escrito. Ahora mismo.
Ana López acompañó sus elocuentes relatos del drama palestino con su arte, el de la caricatura; dibujos de una fuerza testimonial admirable. María Landi, periodista comprometida con la causa palestina supo dirigir sus palabras para exponer las profundidades ideológicas , filosóficas y genocidas de un sionismo agazapado en el Israel de hoy, avasallando no solo vidas de gazatiés, distorsionando las verdades a los propios judíos , sino tambien sembrando de odios y de un descomunal y obsceno racismo, su propia tierra y el mundo entero, tanto así, que su sello criminal se ha esparcido impúnemente por los cuatro puntos cardinales del planeta, para que el apartheid isaelí tenga sus frutos y su repulsivo espacio. Maria Landi, no habló con eufemismos, ni con simbologías, habló con hechos y demostró los hechos tal como son, de la realidad en Palestina y en el mundo, y de la comunidad internaciona, y de la ONU. Habló sin bridas ni tapabocas. Habló desde el alma del periodismo testigo del genocidio en curso; habló de un colonialismo atroz; de los crímenes atroces que se cometen todos los días en Palestina y de esa soberbia del sionismo que poco o nada le importa lo que se plantea en la ONU, sobre una Palestina devastada, ya práctivamente pulveriza a bombasos. Esa Palestina que está desapareciendo a ojos vista. Maria Landi impulsó a entrar en la etapa de la acción, para secundar la etapa de la divulgación y de la denuncia. Y no dejó en el tintero la indiferencia de los gobiernos de derecha y de izquierda en el Uruguay, ante el genocidio, con el plus reciente de la flamante administración de Yamandu Orsi (del partido del Frente Amplio) como titular del Ejecutivo, de mantener abierta una oficina estatal en Jerusalén -violando el derecho internacional- funcional al lobby sionista en el Uruguay. Y Maria Landi también enfatizó en la necesidad de sancionar y suspender a Israel de la Asamblea General de la Onu. Fue su intervención -la de Landi- una seguidilla de titulares, más que oportunos; fue una sobresaliente antesala para nuestro compañero de redacción de Antimafia Duemila y activista ítalo-palestino Karim El Sadi.
También desde el alma hablo Karim. Desde sus ancestros palestinos, que le fueron dictando conciencia año tras año, a través de sus abuelos y de sus padres.
Mi amigo y colega, no ha sido diplomático en sus palabras, para definir que lo que se vive en Palestina en una locura total; es una locura sin igual. Karim ha hablado con la cordura del ser humano que vive en carne propia la masacre de su pueblo.
Está harto; está hastiado de tanto sufrimiento. De tanta impunidad. De tanta indiferencia. Cada palabra suya, cada pensamiento suyo, ha sido un muy duro golpe al sionismo asesino, y a quienes lo encubren y lo asisten. Cada una de sus expresiones -muy bien fundamentadas- han sido certeros dardos a la farza que se ha montado para justificar muertes, y más muertes , y ese crecimiento obsceno de la colonización; y ese aislamiento; y todos los padecimiento de miles de refugiados: esos torrentes de seres humanos, sin rumbo y errantes en su propia tierra, por más de 70 años, y ahora masacrados. Esos seres humanos que el sionismo dice que no son humanos. Esos seres humanos que deben sufrir mucho más que lo que sufrieron los judíos en los días del holocausto.
¿Ahora el sionismo es nazismo? Seguramente que sí. Ese sionismo torturando y violando derechos a diestra y siniestra. Y de todo eso, con mucha convicción y mucha fortaleza, ha hablado Karim.
“Hubieron masacres en Palestina desde 1947. Ahora es una genocidio. Somos un pueblo de paz. Somos solidarios. Hay una limpieza étnica. Hay hambre , gatillo fácil, torturas detenciones de personas, un racismo latente, apartheid. Y tenemos la fuerza de seguir adelante y seguir con la sonrisa.No es romanticismo, es así. No tienen nada en Palestina, no tienen comida, porque les han cortado todo, y siguen adelante,luchando.Buscan la forma de cargar sus celulares para seguir comunicado al exterior lo que allí ocurre. No pueden pescar dentro del mar, los acribillan a balazos. Siguen adelante igual. Esa es nuestra fuerza. La fuerza del pueblo, esa es nuestra tierra, tenemos derechode vivir en ella .!Que se acabe ya el colonialismo, el odio, nosotros no odiamos, son ellos que odian, nosotros no tenemos miedo, son ellos son lo que tienen miedo!”
Y le agrego a Karim: porque los sonistas tienen miedo a la verdad; la verdad que lo señala al mundo entero -al sionismo- como racista, asesino y genocida.
Pero tristemente hay quienes, por intereses de poder, de dinero y de posición, les son funcionales, o se someten a sus cimientos, que son de muerte, crimen, y puro racismo.
Excecrable racismo. Excecrable genocidio. Excecrable impunidad. Excecrable sionismo. Todo, obscenamente criminal.
*Foto de Antimafia Dos Mil / Andrés Volpe