La organización presentó cuatro denuncias ante la CPI por "crímenes de guerra cometidos por el ejército israelí contra periodistas"
Es una guerra total contra los periodistas la que se está librando en diversas zonas del mundo, en países en guerra y en aquellos que atraviesan situaciones de conflicto. De Ucrania a Palestina, pasando por Siria, México, Pakistán y Bangladesh. Todos los días son asesinados periodistas, camarógrafos y fotógrafos. Algunos mientras cumplen servicio en el campo de batalla, otros en su casa. Los que más engrosan la lista de víctimas son los palestinos. Reporteros sin Fronteras (RSF) lo define como una "masacre sin precedentes". A mediados de diciembre, recuerda el diario Il Fatto Quotidiano, tras la publicación de los informes anuales de las organizaciones, cinco trabajadores de la información fueron asesinados en la Franja de Gaza en menos de una semana. A principios de diciembre fueron asesinados Iman Al-Shanti, periodista, y su pequeño hijo Bilal. Ayer mismo, otras cinco personas murieron al ser alcanzadas por un misil israelí mientras se encontraban en un auto.
No son números, sino rostros, historias, sueños de quienes decidieron arriesgarlo todo y dar su vida para ser testigos de un genocidio en curso, una masacre que involucra a muchos de sus familiares. Como Wael Dahdou, el rostro histórico de Al Jazeera en Gaza, que a finales de octubre del año pasado se enteró en directo de la muerte de 12 familiares. También murió su hijo, Hamza, un joven y prometedor periodista. Israel justifica estos asesinatos declarando que estos periodistas (hay más de doscientos) formaban parte de Hamás, sin aportar ninguna prueba que apoye esta tesis. Ahora Wael Dahdou se encuentra en Qatar, a donde acudió para recibir tratamiento médico tras resultar (nuevamente) herido en un ataque. Los periodistas palestinos, así como los diversos creadores de contenidos de la Franja que son ampliamente seguidos en las redes sociales, son fundamentales para informar al mundo sobre lo que sucede en el enclave. Las únicas fuentes de información sobre el genocidio provienen de ellos porque los periodistas internacionales no pueden entrar en Gaza. Matarlos significa matar la verdad. Estos reporteros trabajan todos los días en condiciones desesperadas. Se encuentran desplazados, mal durmiendo apretujados en tiendas de campaña improvisadas, al frío, con poca comida y con constantes dificultades, como todos, para encontrar agua potable y cualquier otro tipo de bien de primera necesidad. Se mueven entre la muerte y los escombros con equipos dañados o improvisados. Constantemente expuestos al peligro. Ni siquiera la chaqueta con la palabra "PRESS" garantiza su seguridad. Los periodistas son objetivos, como todos los demás, en Gaza. Famoso es el discurso, transmitido en directo por las emisoras árabes, de uno de ellos que, entre lágrimas, se arrancó la chaqueta gritando al mundo lo completamente inútil que era en realidad. Por el contrario. En la Franja de Gaza, quienes llevan la chaqueta de "PRENSA" suelen ser los primeros en acabar bajo el fuego de los francotiradores.
Los periodistas se convierten en blanco de ataques y de los drones israelíes. Documentan la desesperación de los demás mientras lidian con la suya propia. Luego están aquellos que, exhaustos tras meses de trabajar en estas condiciones, han optado por salvarse huyendo a Egipto, Qatar o Turquía. Gaza, afirma RSF, "es un lugar donde el propio periodismo está amenazado de extinción". La organización ha presentado cuatro denuncias ante la Corte Penal Internacional por "crímenes de guerra cometidos por el ejército israelí contra periodistas". RSF en el documento Round-up, que tiene en cuenta los periodistas asesinados en su trabajo o por su profesión hasta el 1º de diciembre, documenta el asesinato de 54 periodistas en total en 2024, de los cuales el 30% fueron en la Franja de Gaza. "Desde el inicio de la guerra en octubre del 2023, el ejército israelí ha matado a 145 periodistas, de los cuales al menos 35 estaban trabajando en el momento de sus muertes". Palestina, afirma RSF, es "el lugar más peligroso para los periodistas, ya que ha registrado un mayor número de muertes que cualquier otro país en los últimos cinco años". Peor es el panorama descrito por la Federación Internacional de Periodistas, que cuenta en cambio a todos los trabajadores de los medios asesinados. Según el informe anual, hasta el 10 de diciembre había 104 víctimas entre trabajadores de todo el mundo y más de la mitad trabajaba en la Franja de Gaza. "Uno de los peores años", afirmó Anthony Bellanger, secretario general de la organización. "Es extremadamente raro -comentó- tener una tasa tan elevada de víctimas de una sola nacionalidad". Desde que comenzaron los bombardeos en la Franja de Gaza, la Federación no ha dejado de pedir un alto el fuego duradero y corredores humanitarios que permitan la entrada al enclave a periodistas extranjeros. "Fue en vano".
América Latina y Asia
Antes del 7 de octubre del 2023, América Latina era una de las regiones más peligrosas del mundo para quienes se ocupan de la información. Este año, según la Federación Internacional de Periodistas, ha habido 6 muertos, cinco mexicanos y un colombiano. "Las amenazas, intimidaciones, secuestros y asesinatos -dice el informe- se deben a las denuncias contra el narcotráfico, que azota a México desde hace más de dos décadas".
Entre las historias recopiladas se encuentra la de Víctor Alfonso Culebro Morales, fundador y director del sitio de noticias Realidades. Su cuerpo fue encontrado con las manos atadas y los ojos vendados en una carretera de Chiapas, México. Roberto Carlos Figueroa fue secuestrado en el estado de Morelos mientras llevaba a sus hijas a la escuela y luego asesinado a pesar de que su familia pagó un rescate. Fue dueño de una columna en la que no escatimó críticas y comentarios satíricos hacia la política. También se registró un aumento de los asesinatos en el sur de Asia, donde, según la Federación, hubo 20 muertes de periodistas, casi el doble en comparación con el 2023. Hubo 6 asesinatos en Pakistán y 5 en Bangladesh. Aquí, en particular, los periodistas fueron atacados durante las protestas estudiantiles que sumieron al país en el caos en julio. Hasan Mehedi, periodista del Dhaka Times, murió de un disparo en la cabeza mientras cubría las protestas en la capital.
Periodistas detenidos
En total, 550 periodistas fueron encarcelados, un 7% más que el año pasado, según estimaciones de RSF. Y en este caso también Israel registra un récord negativo con un +17%. El país se define como "la tercera prisión para periodistas más grande del mundo", la que "ha encerrado al mayor número de periodistas desde el inicio de la guerra en Gaza en octubre de 2023". Hay un total de 41 periodistas detenidos en prisiones israelíes. A la cabeza de la lista está China, donde 124 periodistas se encuentran tras las rejas. Inmediatamente después se encuentran Myanmar con 61 y Bielorrusia con 40. En total estos 4 países "detienen a casi la mitad de los periodistas encerrados en el mundo". "Los periodistas no mueren, los matan. No están en prisión, los regímenes los encierran. No desaparecen, son secuestrados", comenta Thibaut Bruttin, director general de RSF.
Bruttin subrayó que el elevado número de asesinatos y ataques pone en riesgo la libertad de información y la democracia. "Estos crímenes, a menudo orquestados por gobiernos y grupos armados con total impunidad, violan el derecho internacional y con demasiada frecuencia quedan impunes. Necesitamos poner las cosas en marcha, recordarnos como ciudadanos que los periodistas mueren por nosotros, para mantenernos informados. Debemos seguir contando, identificando, condenando, investigando y garantizando que se haga justicia. El fatalismo nunca debería ganar. Proteger a quienes nos informan significa proteger la verdad".
*Fuente: Il Fatto Quotidiano
*Foto de Portada: Antimafia Duemila