A un año del brutal genocidio, las Kufiyas Palestinas siguen visitando la Torre Ejecutiva.
Ya no se trata de una protesta o una movilización banal o caprichosa, ni mucho menos malintencionada, ni muchos menos terrorista, o racista, se trata más bien de una muy contundente expresión del alma de un pueblo -esta vez el uruguayo- que no comparte que se esté masacrando descaradamente al pueblo palestino, por decisión abyecta y criminal del Estado de Israel. Y tiene un nombre y apellido el múltiple asesino, que promueve y hace gala internacional con este proceder: el sionista Benjamín Netanyahú. Su administración está teñida en sangre. Esa sangre que se ha visibilizado bajo múltiples formas, desde hace ya 369 días. Esa sangre de pobladores de una región del planeta -Gaza, Cisjordania, Líbano, Yemen- que ahora misma está siendo arrasada, diezmada. Una región que a fuerza de balas, bombas y misiles, está siendo literalmente destruida. Una región en donde cada habitante es asesinado a conciencia, por parte de un régimen sionista genocida que sigue empeñado en cumplir con esa metodología de exterminio, que no es compartida por millones de personas en el mundo, a juzgar por las movilizaciones que se materializan constantemente, allende las zonas atacadas, asediadas. Un inconcebible ultraje a la soberanía palestina con la mezquina y múltiple complicidad de no pocos gobiernos de los cuatro puntos cardinales. Pero los pueblos, felizmente, siempre ponen la carne en el azador y no se doblegan a los colonialismos detestables; en contrario, se movilizan y resisten, y son reprimidos, amonestado, ignorados o lo que es peor, son discriminados violentamente, tal como ocurrió recientemente en Alemania, cuando la policía encaró a un joven ciudadano porque llevaba una camiseta con los colores de la bandera de palestina; solo vestir de esa, forma alcanzó y sobró, para que sea retirado de un restaurante y luego detenido.
En el Uruguay ,como en otros países de América Latina, hay sectores del pueblo que no solo disienten con ese genocidio, sino que además, no comparten la actitud del gobierno de Luis Lacalle Pou, de no pronunciarse en defensa de Palestina.
Una manifestación ciudadana, solidaria con el pueblo palestino, una vez más se hubo expresado por la principal avenida de la capital uruguaya. Una manifestación convocada por no pocas organizaciones y colectivos.
Cientos de personas, pancartas en mano, voceando consignas de clara e inconfundible denuncia, y con solidas y muy bien fundamentadas oratorias se hicieron presentes para mantener encendida en el Uruguay, en Montevideo, la llama de la lucha por el pueblo palestino.
Como redactores de Antimafia Dos Mil sudamericana hacemos parte de esa lucha, por derecho libre a la expresión misma, de defensa de la libertad de los pueblos a defender su soberanía. Es que el pueblo palestino, desde hace muchas décadas atrás, no hace más que defenderse de un invasor; de un colonizador despiadado y criminal. Y esa lucha ya ha causado, solo en la franja de Gaza, más de 42.011 muertes, siendo ya 16.000 los niños asesinados, y más de 97.720 los heridos, entre adultos y menores; y en Cisjordania, la cifra alcanza a 747 víctimas fatales, entre ellos 164 niños y 10 mujeres, y más de 6.500 heridos. Un horror, de los horrores.
Como periodistas ya no tenemos palabras para describir o cronicar todo este espantoso aquelarre que en algunos ámbitos, no solo es justificado, sino que además es promovido y aún más, es ignorado o es encubierto.
Pero los pueblos no se quedan callados ante esa indiferencia. Y uno de esos pueblos es el uruguayo, por más que desde filas gubernamentales, no se atrevan a alinearse con el sentir ciudadano, el que por otra parte, también está dividido, fraccionado: están los comprometidos con la lucha palestina, y están los que apoyan al sionismo asesino y los que se sumergen en la indiferencia.
Y esa más que nefasta indiferencia fue duramente criticada y censurada por los manifestantes uruguayos, en la reciente movilización, por la avenida 18 de julio. Fue entonces, una jornada de lucha unilateral desafortunadamente. Pero lucha en definitiva.
“Gobierno de alcahuetes que nos coloca del lado incorrecto de la historia“
“Todo lo que tengo es un corazón para protegerte de este chaparrón”. La canción que sonó en el escenario frente al mausoleo de Artigas quebró un estoico clima de furioso reclamo de cientos de participantes que desde hace un año se acercan a la explanada de la intendencia para marchar hacia las puertas de la torre ejecutiva uruguaya.
El miércoles 9 de octubre surgió un sentimiento que se funde con el arte y la militancia y que genera preguntas ¿Cómo solidarizarnos con aquellos que sufren una violencia tan extrema del otro lado del mundo? ¿Estamos haciendo todo lo que podemos?
Antes de contestar estas interrogantes, primero atendamos la violencia que estamos viviendo en nuestros territorios, y que se relacionan estrechamente con los acontecimientos de oriente medio. Un pálido reflejo de aquellas violencias, pero un reflejo al fin.
A días de las elecciones ¿Cuántos candidatos a presidente estaban marchando por Palestina? ¿Cuántos reclamos de justicia fueron atendidos por el oficialismo, en un marco de una casi inexistente política exterior caracterizada por la falta de empatía ante tanta violencia sin sentido? ¿Cuántas cabezas ciudadanas son seducidas por los discursos de siempre?
Lo cierto es que las autoridades políticas (presentes y futuras), no acusan recibo de tanta gente en la calle, y juegan de estúpidos, de neutrales, de alcahuetes como expresaba la proclama general de la coordinadora, o de cómplices, si miramos las últimas reuniones del Comité Central Israelita del Uruguay con los candidatos al próximo gobierno a las que denominaron “diálogo con la comunidad”.
Esta fue una arista muy certera que se tocó en la lectura del discurso principal de la Coordinación por Palestina junto a una larga lista de flagelos que vienen creciendo, así como también las víctimas, y los países afectados. Hoy ya tampoco se habla solo de Palestina, ahora también hablamos del Líbano, de Yemen, de Irán, y hoy también hablamos de los ataques a los cascos azules de la ONU. Ya ni siquiera hablamos de los cortes de agua, de las violaciones, de las torturas. También hablamos de la utilización de uranio en los bombardeos. Aquellos entendidos en el ámbito de la energía atómica saben certeramente que tal arsenal solo está reservado para ensañarse contra la humanidad.
Lo cierto es que se está librando una batalla de múltiples frentes, algunos con bombas, otros con silencios, y algunos con discursos cargados de sinsentido u otros cargados de esperanza.
“¿Cuándo esté gobierno rechazó los ataques contra la infraestructura civil palestina, libanesa, yemení o iraní? Gobierno de alcahuetes que nos coloca del lado incorrecto de la historia. “
Ante tan fuerte pronóstico, la Coordinadora, sigue gritando las mismas contundentes palabras que vienen repitiendo hace un año:
“¡Exigimos la ruptura inmediata de todo tipo de relaciones con Israel! “
Hoy hay un constante y sonante pulso que se evidenció desde el estrado de la Coordinadora y que sigue una clara dirección: “Hoy seremos miles y mañana seremos más, multipliquemos la solidaridad con el pueblo palestino”.
Así lo reafirmó la embajadora palestina en Uruguay, Nadya Rasheed en el escenario, dirigiéndose a los presentes: “Su constante caminar en dirección a la justicia, su firme apoyo al pueblo palestino, su incondicional abrazo a los derechos humanos y su sentido común han dejado al opresor Estado de Israel sin máscaras y sin poder seguir justificando su repetido accionar contra la humanidad.”
“¿Qué quieren? “Se pregunta la embajadora. La respuesta pega tan fuerte como la realidad: “Quieren nuestras vidas, nuestro tiempo, nuestro destino”
Fragmento de la proclama de la Coordinadora por Palestina, leído por Our Voice
“Gaza está totalmente destruída, arrasada, una región que alberga a 2.2 millones de personas que están condenadas a hambre y la sed, sin atención médica, donde reaparecen enfermedades que ya estaban erradicadas como la poliomielitis”
“La solidaridad con Gaza y toda Palestina, con Líbano y Yemen, se tiene que plasmar en una realidad de lucha contra el imperialismo y su testaferro en Medio Oriente: el sionismo. Seguiremos denunciando a estas potencias imperialistas y colonialistas como responsables de crímenes de guerra, de genocidio, apartheid, sustitución de la población original. Repetimos una y mil veces: el sionismo es una entidad colonial, supremacista, de ultraderecha que lleva adelante una política de genocidio y apartheid contra la población nativa de Palestina para quedarse con sus tierras. Cae la teoría de los dos demonios, no hay dos bandos en pugna; hay un ejército, de los más sofisticados en el mundo y sostenido por las potencias occidentales con Estados Unidos a la cabeza, al que enfrentan a quienes están bajo su yugo.No es por terrorismo, es por el territorio”
“Nuestro país no es ajeno a los posicionamientos que está tomando la comunidad internacional. Pero para nuestra verguenza, se trata de un posicionamiento totalmente alienado con el genocidio, lejísimo de las tradiciones de paz y solidaridad de nuestra cultura y de los pronunciamientos internacionales que establecen que Israel debe retirarse de Palestina, que la ocupación es ilegal y que mucho menos tiene derecho a defenderse. Las sucesivas abstenciones de Uruguay en las Naciones Unidas a los intentos de cuestionar el accionar israelí nos colocan del lado de los victimarios. El ideal artiguista de la defensa de los oprimidos es un ideal cada vez más ajeno, donde no nos importa la justicia sino la paga.El fracaso vergonzoso de la diplomacia nos obliga, como ya lo dijo Artigas, a no esperar nada más que de nosotros mismos. Los pueblos organizados y en la calle han logrado más sanciones a Israel que la burocracia bien paga en la ONU”
“Hace pocos días, el gobierno uruguayo a través de los dichos de Lacalle, rechazaba los ataques iraníes contra la infraestructura militar israelí.¿Cuándo este gobierno rechazó los ataques contra la infraestructura civil palestina, libanesa,yemen o iraní?.Gobierno de alcahuetes que nos coloca del lado incorrecto de la historia. Acá frente a la Torre Ejecutiva, le decimos al gobierno, a Lacalle y a toda la casta política parlamentaria, que esta vergüenza no se borrará no se borrará de nuestra memoria. El silencio ante los crímenes israelíes nos transforma en cómplices de este genocidio y deberemos rendir cuentas a la historia”
*Foto de Portada y restantes: Nicolas Pereiro y Antimafia Dos Mil