Una vez mas frente a Torre Ejecutiva se pidió al gobierno uruguayo la rotura de relaciones con Israel
Abundante fue la lluvia que cayó en la tarde invernal de Montevideo el miércoles 24 de julio, pero aun así, no fue motivo suficiente para detener a mas de mil personas que se congregaron en la explanada de la intendencia, que por enésima vez se manifestaron contra la desesperante situación en tierras palestinas.
Recientemente el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu (que sigue cosechando detractores), dio un discurso en el congreso norteamericano, solicitando más poder de fuego y más alianzas militares (esta vez incluyendo a los países árabes), para derrotar a los “enemigos” de su país, refiriéndose enfáticamente Irán.
Con la adhesión de 136 organizaciones, se marchó hacia la torre ejecutiva para poder exigir al gobierno de Lacalle Pou que rompa relaciones con Israel.
¿Cuánto horror tolera tu indiferencia? La pregunta, titulaba la convocatoria de la Coordinadora por Palestina, para salir a la calle.
Al llegar al final del recorrido, se tenía previsto realizar un par de canciones de protesta por parte del colectivo Our Voice, pero debido a la intensificación de las precipitaciones, la concentración terminó leyendo la proclama de la Coordinadora, debajo del hall de entrada del Museo Palacio Estévez, que linda con la sede de gobierno.
“La intensificación de la guerra genocida perpetrada por la ocupación israelí contra Gaza lleva casi 10 meses. Este asedio brutal se ha convertido en una de las crisis humanitarias más graves de la historia reciente.”, apuntaba la proclama.
En otra parte de la lectura, uno de los tres voceros, habló sobre las estadísticas actuales del genocidio en curso: “40 mil personas han sido asesinadas de las formas más brutales y miles permanecen desaparecidas bajo los escombros de las ciudades demolidas; 90 mil personas heridas para ser atendidas por un sistema de salud destruido; 2 millones de personas desplazadas de sus hogares y 50 mil niños y niñas con desnutrición aguda.”, denunciaron desde la coordinadora al grito de ¡Nos negamos a normalizar el horror!.
También no faltó la oportunidad de mencionar la última resolución de la CIJ de La Haya: “El pasado viernes, en un pronunciamiento histórico, la Corte Internacional de Justicia caracterizó al régimen sionista como ilegal en cuanto al control ejercido sobre los Territorios Palestinos de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este. Ya no hay forma de esconder la realidad: Israel es una potencia ocupante colonial e ilegal con obligaciones que no cumple.”
¡Basta de Apartheid! También se escucho en el multitudinario grito, de cientos de manifestantes flanqueados por las columnas del museo.
La proclama también puso acento en el hecho de la solidaridad internacional con base en las decisiones de la justicia: “La opinión de la CIJ deja claro que todos los Estados tienen ahora la obligación de reconocer la ilegalidad de la presencia de Israel en el territorio palestino ocupado y la (obligación) de no hacer nada para ayudar a Israel a mantener esta situación ilegal”
La dirigencia de la Coordinadora lanzó al aire un solo grito: ¡No es por terrorismo, es por territorio!
En momentos en que están comenzando los juegos olímpicos en Francia no faltó oportunidad en el discurso de la Coordinadora por Palestina, para denunciar la doble moral de las autoridades deportivas, para dejar afuera de este evento a Rusia por las implicaciones en la guerra con Ucrania, pero no así a Israel: “Campos deportivos israelíes son utilizados como centro de torturas”, todo muy lejos de los valores ancestrales de la antigua Olimpiada.
Como era de esperarse, el repetitivo reclamo también vino para la administración de Lacalle Pou: “El Estado uruguayo tiene, no solo la obligación de condenar la acción genocida de Israel: tiene la necesidad, en función del propio interés elemental de nuestra soberanía, de defender el derecho internacional humanitario en forma irrestricta.”, pedían fuertemente los manifestantes.
¡Desde el río hasta el mar, derechos iguales para todos y todas! De esta manera finalizaron la proclama. Sus interlocutores se ven con el espíritu y la esperanza intactas. Sus motivaciones distan mucho de terminar en el olvido y dejan un arsenal de intenciones y de acciones por delante. Porque así lo requiere la situación, y porque así lo pide la historia de este pueblo del Cono Sur. Un pueblo que alguna vez supo ser solidario con una Palestina que resiste para existir.
*Foto de Portada y restantes: Nicolás Pereiro