Pasaron más de 20 años desde el episodio en que el fotógrafo Alex Silveira, se convirtiera en una de las tantas víctimas de traumatismo ocular durante actos represivos en Latinoamérica. Una práctica constante y permanente de las fuerzas de choque de los gobiernos, que últimamente durante las revueltas chilenas cobro dramática notoriedad.
En primera instancia el sistema judicial había considera que Silveira debía ser indemnizado por daños y perjuicios, luego, en 2014, la Corte de Justicia de San Pablo, reformuló el fallo y determinó que el fotoperiodista era el único culpable de su lesión al exponerse a una situación de riesgo.
Luego de la pertinente apelación por parte de la víctima, el caso llego al máximo Tribunal del Brasil. Finalmente, con 10 votos a favor y uno en contra, amparados en el legítimo derecho a la libertad de expresión y a la cobertura de prensa, fallaron a favor del damnificado.
De acuerdo a las informaciones locales, en particular el portal Noticias R7, el decano Marco Aurelio Mello argumento su voto a favor manifestando que “la policía militar del Estado de Sao Paulo no tomó en cuenta las pautas básicas de conducta en los eventos públicos, dado que el reportero gráfico no adoptó comportamientos violentos o amenazantes”.
Pero, además, Mello expresó que el dictamen anterior (que culpabilizaba a la víctima) “viola el derecho al ejercicio profesional, el derecho-deber de informar” y establecía “una conclusión sobre la culpa exclusiva de un profesional de la prensa que, al cubrir una manifestación pública, es lesionado por un agente de la fuerza de seguridad”.
Solo se negó a unirse al fallo mayoritario, el magistrado bolsonarista Kassio Nunes Marques, que volvió a apoyarse en el alegato del riesgo inherente a su profesión: “La libertad de prensa, como cualquier libertad, conlleva riesgos. Los profesionales de la prensa, como cualquier ciudadano, no están exentos de accidentes laborales”.
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*Foto de portada: Caio Guatelli / Montevideo Portal