CARTA A LOS JOVENES DE LA RESIDENCIA TEKOHA Y DEL CEUNIRA
A 21 AÑOS DE LA FUNDACION DEL GREMIO
Fiscal Abog. Jorge Figueredo
Ex Residente de Tekoha, se sumó al Ceunira, siendo de la Facultad de Derecho, Koki, como le conocen sus amigos, pertenece a la generación de líderes del 92, “me uní al Ceunira desde el año 92, durante la marcha que organizó el Ceunira con el centro de estudiantes de derecho. Les conocí, pero formalmente fui miembro de la directiva desde el 93, pero me considero ya desde el 92 como miembro”.
Jóvenes de la Residencia Tekoha y del Ceunira, de ayer, hoy y mañana, la historia del Centro de Estudiantes Universitarios del Interior Residentes en Asunción es rica en solidaridad, altruismo, fuerza de voluntad, idealismo, perseverancia, fraternidad, lucha, pero por sobre todas las cosas siempre imperó el espíritu de unidad para el logro de los objetivos fijados por el gremio, y que si bien fueron cumplidos algunos, la mayoría serán concretados por varias generaciones diferentes, una de ellas son ustedes a quienes como savia nueva les corresponde la responsabilidad de ser la vanguardia no solo dentro de la universidad sino de todo el país, para hacer realidad lo que antes era un sueño, una utopía, hacer que renazca y florezca en la mente, el alma y el espíritu de miles de jóvenes, estudiantes, trabajadores, obreros, campesinos, indígenas, y de todos los sectores sociales el amor a la vida y el compromiso de estar disponible totalmente a defenderla, ya que vivimos un tiempo histórico en el planeta y en especial en nuestro país en que unos pocos poderosos que se creen amos del mundo la están matando todos los días, contaminando con agroquímicos las bases naturales de nuestra vida: el suelo, el agua, el aire, que ha llegado a infectar nuestra comida con los más poderosos venenos, así como la proliferación de semillas y cultivos transgénicos en especial la soja, que amenaza en expandirse en el maíz, y todos los productos que forman parte de nuestra alimentación tradicional, con el peligro que ello acarrea como la perdida de nuestra soberanía alimentaría, así como el daño terrible que sufriríamos puesto que esta guerra bio-tecnológica y bio-alimentaria promovida por el imperio económico, de la que somos todos victimas promueve el aumento de los tóxicos en nuestro cuerpo, y por ende la proliferación de nuevas enfermedades malignas como diferentes tipos de cáncer- antes no comunes en el Paraguay-, como la degeneración física y mental, que causa distonías en el cerebro produciendo también una sociedad dócil, pasiva, sumisa, esclava, pero muy violenta, consumista al cien por ciento.
Jóvenes de la Residencia Tekoja y del Ceunira, ese imperio económico y militar al cual me he referido- son las grandes multinacionales, no solo productoras de alimentos basura, sino también de drogas legales utilizados en medicina, de armas, de la instalación de centrales nucleares, causante de las mas terribles enfermedades del hombre actual, en cuyas manos también están los principales medios masivos de comunicación - que nos obligan a vivir dentro de la esclavitud de la sociedad de consumo, donde nos exigen como producir y que tipo de alimentos consumir, nos imponen que pueblos tienen derecho a vivir dignamente y cuales no, que naciones pueden matar impunemente y ser llamados defensores de los derechos humanos y de la democracia y cuales ni siquiera tendrán derechos a defender su identidad cultural, sus recursos naturales, a elegir su sistema económico y político de la invasión de los asesinos en serie como los Estados Unidos, Gran Bretaña, y otros países que forman parte de la OTAN.
Actualmente las más poderosas familias del mundo, intentan acaparar las pocas riquezas naturales que sobran, que se hallan principalmente en América Latina y África, luego de que las naciones más ricas hayan destruido casi toda sus riquezas naturales, y que incluso estén dispuestas a eliminar o asesinar a la tercera parte de la humanidad con tal de mantener su nivel de vida o los lujos en que están acostumbrados a vivir, fomentando el miedo en la población mundial a través de enfermedades o virus creados artificialmente en los grandes laboratorios, declarándolo como pandemia que conlleva la masiva vacunación obligatoria de nuestra gente, generando guerras y conflictos en varias partes del planeta, justamente en aquellos que cuentan con las mayores riquezas de petróleo, agua y minerales, con el objeto de apoderarse de los mismos.
Pero hay que comprender que toda esta situación se da en un momento en que la humanidad vive tres grandes crisis simultaneas nunca antes vivida en su historia, la crisis financiera, la crisis energética y la climática, que puede llevar al ser humano hacia su autodestrucción si no despertamos en conciencia y entendemos que las riquezas del mundo deben ser distribuidas equitativamente, es decir que la política debe estar corroborada por la Justicia: que haya lo necesario para todos, y lo superfluo para nadie, solo esta practica y aptitud nos va a conceder vivir en paz, amor y fraternidad en nuestro país, de lo contrario el hambriento asaltará al saciado, el pobre cogerá por la garganta al rico, el oprimido violentará al opresor, y el perseguido atemorizará al perseguidor.
Jóvenes estudiantes, amigos, compañeros y hermanos, el 14 de julio de 2011, recordamos los 21 años de la fundación de un gremio excepcional como lo fue y sigue siendo el Ceunira, que revoluciono no solo la universidad sino la manera de pensar, sentir, hablar, amar y actuar dentro del Paraguay. Por décadas la universidad paraguaya estuvo divorciada de los grandes problemas sociales de nuestros hermanos campesinos, obreros, indígenas, estudiantes, y trabajadores en general, el conocimiento producido en las aulas estaba para ser utilizado solo para beneficio exclusivo de una elite, y no al servicio de los mas humildes y marginados de este país. Es decir éramos prisioneros de una Ciencia sin Conciencia que producía estudiantes universitarios sin ningún compromiso social. Pero el Ceunira vino a romper con esta centenaria tradición universitaria, pues los estudiantes empezamos a relacionarnos y recorrer todo el país, a estudiar y comprender no solo las materias desarrolladas en clase, sino a interpretar y sentir el profundo dolor de nuestros compatriotas que ni siquiera tienen lo necesario para vivir, a adquirir el verdadero conocimiento del pueblo, de su ser interior, llamado Arandu Kaaty, que viene a ser la verdadera sabiduría que los universitarios debíamos obtener de nuestros ancestros para transformar las estructuras sociales, políticas y económicas de este país.
Y como dijera el maestro Jesús Cristo “Al hombre se lo conoce por sus frutos”. Y a una organización universitaria también por sus frutos; que son el tipo de profesional y ciudadano que ha formado. Y Ceunira ha sido un semillero no solo de buenos profesionales técnicos, y de líderes que han seguido aportando sus conocimientos en diversas organizaciones civiles y sociales, sino sobre todo de ella han surgido verdaderos revolucionarios, que han dado la vida en la lucha contra la mafia y el crimen organizado. Y por eso es justo recordar también a dos grandes mártires, que ha tenido el Ceunira, SALVADOR MEDINA y GERALDINO ROTELA, eran amigos y compañeros de varios de nosotros ex miembros de esta escuela de la vida que fue el Ceunira, que soñábamos con una Patria nueva, como dice una canción “libre de ataduras extrañas ni guerra entre hermanos”, pero por sobre todas las cosas que exista justicia social y sabíamos que eso solo era posible si nosotros los jóvenes en aquel entonces éramos protagonistas del cambio, que empieza por uno mismo, despojándonos de nuestro egoísmo de buscar solo nuestra comodidad para pensar en esa inmensa mayoría del pueblo paraguayo, que era sometido no solo a la miseria económica sino a la ignorancia por medio del fanatismo, el clientelismo político y la corrupción que se institucionalizó en el país creándose toda una cultura de la ilegalidad que hasta hoy en día está legitimada por la inmensa mayoría de los paraguayos.
Sin embargo ellos no se guardaron sus conocimientos para lucrar, ni se olvidaron de sus raíces campesinas, desde el lugar y el rol que ambos desempeñaron, pusieron todo su empeño, e incluso dieron lo mas preciado la vida por luchar contra este sistema capitalista criminal que todo lo compra y lo vende, denunciaron a los criminales del trafico de maderas que arrasaban impunemente con lo poco que quedaba de nuestros bosques, y a los traficantes de droga, causantes de tantas muertes; ambos fueron verdaderos guerreros y quijotes, ya que solitariamente han peleado contra los molinos de viento de la injusticia, de la politiquería mafiosa, y el conformismo de los paraguayos, han luchado siempre en pos de la verdad y la justicia, como guerreros supieron enfrentar los sinsabores de las incomprensiones y el conservadurismo de una sociedad que aun no estaba preparaba para protegerles, sin embargo esto antes que hacer mella en sus espíritus, supieron transmitirnos con su testimonio de una vida integra, e incorruptible, que la mafia puede ser derrotada alguna vez.
Pero el mayor aporte que Salvador Medina y Geraldino Rotela nos legaron, y nos enseñaron con sus acciones y que es la causa principal del martirio de ambos en este atormentado país, es que no se puede cambiar nada en la sociedad; ya sea en la familia, en los partidos políticos, en las religiones, en las diversas organizaciones civiles, dentro de uno mismo, sino entregamos todo lo que tenemos por AMOR al prójimo, incluso la VIDA misma. Debemos ser conscientes que ellos no han muerto, que van a seguir viviendo por medio de las voces y piernas de los hombres justos, sin embargo el mayor homenaje que podemos brindarles es que como estudiantes y ciudadanos luchemos a favor de la justicia y contra la mafia con la misma fortaleza y honestidad que ellos tuvieron.
Es esencial y vital ante una cultura de la muerte que nos avasalla permanentemente sobre todo impulsada por las multinacionales en poder de los Amos del Mundo, reaccionar UNIDOS todos los ciudadanos paraguayos, sin distinción de banderías políticas, religiosas, culturales, e incluso deportivas, para construir una alternativa diferente, que es la cultura de la vida pero para eso como dijera el Dr. Joel Filártiga, -uno de los raros hombres de Ciencia en Paraguay que ha luchado denodadamente, contra el imperialismo económico en general y en especial contra la mafia médica- “es necesario saber la bandera por la cual se lucha, una vez que uno sabe bien esa bandera, organizarse y luchar, sin organización no hay lucha, esa lucha tiene una bandera hermosa, que es una bandera de la vida, una bandera de amor, una bandera de redención del ser humano, eso es invencible.”
Finalmente deseo proponeros estudiantes, amigos, compañeros y militantes históricos del ceunira “el de emprender un duro camino de lenta pero completa Revolución Cultural, Humana, Ambiental, Social, Solidaria y sobre todo Espiritual. El cambio debe partir de la Información, de la toma de Conciencia y de la Verdad. La Justicia parte de la Verdad, del Saber, de la Información. Mientras no seamos conscientes del teatro de la Política, no tendremos elección, nunca seremos libres. Todos debemos cambiar: los potentes, la política, las religiones, la sociedad, nosotros ciudadanos. Tomar conciencia de que vivimos en la misma casa, el planeta tierra y por lo tanto respetar su Vida, nuestra vida. Dar un futuro a nuestros hijos. Sobrevivir y Evolucionar. La Paz, la Armonía, la Justicia y el Amor deben prevalecer en nuestra Vida. Si no es así, el género humano corre el riesgo de la extinción y la esperanza se vuelve una pálida estatua de mármol.”
Es el momento todos de luchar a favor de la vida: es ahora o nunca
27 de junio 2011