“Ayuno por los pobres y contra la mafia judicial. Fuera la Corte Suprema de Justicia”

“Como decía el padre Carlos Mugica, ‘yo puedo hacer huelga de hambre y ellos no, porque nadie puede hacer huelga con su propia hambre”, dijo el cura Francisco ‘Paco’ Olveira, quien se encuentra realizando una huelga de hambre y ayuno, en protesta, ante la situación social, política e institucional frágil que atraviesa la República Argentina. La medida fue iniciada el pasado 24 marzo -Día nacional de la memoria por la verdad y la justicia-, luego de finalizado el acto frente al Palacio de Justicia. Lugar elegido, no casualmente, en un tiempo donde se está realizando un juicio político contra los miembros del máximo tribunal de justicia del país. “Hay lamentablemente demasiadas razones para exigir la renuncia de la Corte Suprema de Justicia”, dijo el cura tercermundista.

Paco Olveira, fiel a su tradición cristiana, vuelve a interpelar a la sociedad argentina y al poder, con una medida, que, aunque drástica para su condición física, tiene un profundo significado espiritual. “Haré ayuno por siete días. El 7 en la literatura bíblica significa plenitud. El ayuno es una práctica de la religión judía, musulmana (ayer justamente empezó el ayuno de Ramadán) y de cristianos para purificarse y purificar”. Tiempo atrás, el religioso había dicho, “no quiero ser yo quien tiene que elegir quien come y quien no”, ante la crisis económica que reiteradamente atraviesa el país -como consecuencia directa de un modelo social y político que produce marginalidad y escasez-, que hace multiplicar a los niños que asisten a los comedores.

El mismo Paco Olveira, que, sin temor alguno, le dijo en la cara a la entonces ministra de Seguridad de la Nación Patricia Bullrich, “su presencia ofende la memoria de nuestros mártires”, durante un acto realizado en La Rioja, por el aniversario del asesinato del también cura tercermundista Enrique Angelelli, un crimen del terrorismo de Estado que continua impune.

Durante la protesta, Paco Olveira realiza diariamente una misa a las 19 horas, bajo la consigna, “Ayuno por los pobres y contra la mafia judicial. Fuera la Corte Suprema de Justicia”. Convocamos “frente al Palacio de Tribunales a las y los juristas que vengan a explicarnos lo que hace esta Justicia; a las y los maestros que vengan a dar clase; a las y los artistas plásticos que vengan a hacer sus obras; a las y los artistas musicales que vengan a cantar; a las radios que vengan a hacer alguno de sus programas; a las organizaciones sociales que traigan a sus compañeros y compañeras que sufren los fallos de esta Corte”. También “a las organizaciones feministas que nos abren cada día el camino y que sufren en su propio cuerpo una justicia largamente esperada; a las y los políticos (en especial a los que llevan adelante el juicio político), a las y los sindicalistas, a las organizaciones juveniles, a los organismos de Derechos Humanos, a las y los hermanos de los Pueblos originarios, a las y los veteranos de Malvinas”. Paco Olveira convoca al pueblo argentino.

En diálogo con AM750, el cura narró una anécdota que sirvió como catalizador de la protesta: “Nos inspiró la historia de Domitila Barrios de Chungara, una mujer boliviana, campesina, que en el año 1978 les dijo a cuatro compañeras que el problema en Bolivia no era la dictadura, ni siquiera la burguesía, sino que era el miedo”.

Y agregó: “Se fueron a la capital, empezaron una huelga de hambre y el primero que se les juntó fue un sacerdote jesuita que finalmente fue asesinado. Después se le juntaron 10 mil personas y terminaron derribando a la dictadura militar. Esa historia nos inspiró porque yo creo que a veces se dan los milagros, pero que hay que empujarlos”.

Paco Olveira encarna, en la Argentina de hoy, el servicio cristiano que no se limita a la caridad de los juguetes y de las copas de leche, sino que busca ponerle nombre al origen de los problemas sociales, económicos y políticos que padecen millones de argentinos, y no solo. Paco Olveira encarna un servicio, que, a imitación del Cristo, pretende sacar de los templos a los mercaderes de la memoria, de la verdad y de la justicia, que no solo son los miembros del llamado partido judicial.

Foto: Glaciar FM