Viernes 29 Marzo 2024

Comenzó su tercer mandato con gestos rutilantes

“Prometo mantener, defender y cumplir la Constitución, observar las leyes, promover el bien general del pueblo brasileño, sustentar la unión, la integridad y la independencia de Brasil”.

Así comenzaba su tercer mandato este domingo, frente a 300.000 personas, Luis Ignacio “Lula” da Silva. Una renovada travesía para millones de habitantes del gigante carioca.

Sin su predecesor Jair Bolsonaro, que está actualmente en Estados Unidos -muchos creen en condición de fuga, ante las causas que están pendientes en la justicia brasilera- y ante la presencia de autoridades de 120 países, el nuevo presidente recibió la banda presidencial de la mano de representantes de minorías y etnias.

Por ejemplo, una de las visitas más comentadas fue la del presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, que viajó para la asunción con los expresidentes José “Pepe” Mujica y Julio María Sanguinetti, todos históricos opositores políticos. Por lo que no faltó la foto de los tres junto al flamante mandatario, e incluso el actual representante oriental se ligó una broma, por parte de Lula, sobre el comportamiento de Mujica.

En su primer discurso como mandatario, no ahorró críticas contra el anterior proceso. Con una Plaza de los Tres Poderes abarrotada de gente, en un cálido y emocionante ambiente popular. En ese marco, también participaron, el vicepresidente Geraldo Alckmin y los 27 gobernadores de los estados.

En sus frases más destacadas de su discurso, Lula habló de la conciencia política de la sociedad brasileña: “Hoy terminó el proceso de destrucción nacional”, enfatizó.

También se pronunció sobre las diferencias que hay entre su modelo y el anterior: “Este proceso electoral también se caracterizó por un contraste entre distintas visiones del mundo: la nuestra, basada en la solidaridad y participación política y social; la otra, basada en el individualismo y la destrucción del estado en nombre de supuestas libertades individuales”, afirmó el mandatario de 77 años.

Por otro lado, Lula se explayó sobre la revocación de ciertos decretos, por ejemplo, el de acceso a las armas y municiones: “No necesita armas en las manos del pueblo, necesita seguridad, libros, educación y cultura para que podamos ser un país más justo”, dijo.

Además, hizo un balance de como dejó la nación la antigua administración: “Vaciaron los recursos de la salud, desmantelaron la educación y la cultura. Destruyeron el medio ambiente. No dejaron recursos. Desorganizaron la gobernabilidad de la economía, del financiamiento público, el apoyo a las empresas y emprendedores. Dilapidaron a las estatales y bancos públicos. Entregaron el patrimonio nacional. Dejaron un desastre presupuestario”, denunció.

Hubo luego en el discurso, una importante e infaltable referencia al tema de la pobreza. Al respecto Lula dijo: “No sería justo ni correcto pedir paciencia para quien tiene hambre. Ninguna nación se levantó sobre la miseria de su pueblo. Venimos a sacar del hambre a 33 millones de personas y a 6 millones de personas de la pobreza”.

En otras instancias de su discurso también se acordó del periodo pandémico mundial del covid-19, donde Brasil tuvo grandes dificultades para afrontar esa transición que costó tantas vidas: “En ninguno de los países del mundo la proporción de muertes en relación con su población fue tan alta como en Brasil. Esto solo se explica por la actitud criminal de un gobierno negacionista, oscurantista e insensible a la vida. Esta responsabilidad por este genocidio debe ser investigada y no debe quedar impune”, disparó.

El flamante presidente, dejó un espacio para hablar sobre la política económica de los próximos meses: “Los bancos públicos y las empresas como Petrobras tendrán un papel fundamental en nuestro nuevo ciclo. Vamos a impulsar a las pequeñas y medianas empresas. La rueda de la economía volverá a girar, y el consumo popular tendrá un papel central en este proceso. Vamos a acabar una vez más con las filas del seguro social, otra injusticia establecida en este periodo de destrucción”.

En cuanto a la estrategia medioambiental -algo que Brasil necesita desesperadamente- el mandatario habló del comienzo de una “transición energética y ecológica” y de llegar a una “deforestación cero” en la Amazonia.

En otra parte de su alocución, enfatizó en la actitud que deberían tener de cara al futuro. Ante el “aislamiento” al que fue sometido Brasil en estos cuatro años de mandato Bolsonarista. El referente del PT selló sintéticamente en simples palabras el rumbo ambicionado: “Debemos ser dueños de nuestro destino", expresó.

Foto: Agencia Senado de Brasilia, Brazil

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