Por Alejandro Diaz-3 de julio de 2022
El presidente argentino Alberto Fernández, hizo una pausa en la apretada agenda que tiene, que lo tiene a mal traer, para visitar a la fundadora de la Tupac Amaru, quien fue recientemente internada por padecer una trombosis. Sala está presa en la provincia de Jujuy hace más de seis años. Empezó con una eterna prisión preventiva que luego se extendió por otras condenas que tuvieron tratamientos judiciales, siempre muy irregulares y ampliamente denunciados por distintos especialistas del derecho. Actualmente solo una causa tiene condena efectiva y actualmente están bajo revisión en la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Milagro Sala, es una luchadora y activista social que fue siempre irreverente al poder feudal de una de las provincias más pobres y atrasadas del país. Fundó y construyó a mediados de los 90s, en plena crisis humanitaria, vale decir, junto a centenares de activistas sociales, referentes de pueblos originarios y representantes de la comunidad, la organización Tupac Amaru. La Tupac se identificó como una organización de base y se consolido como una gran cooperativa de trabajo y ayuda mutua, llegando a tener más de 70 mil afiliados, que la convirtieron en el mayor empleador privado de la provincia, luego del ingenio azucarero Ledesma, cuyos propietarios, la familia Blaquier, están procesados por delitos de lesa humanidad cometidos durante el proceso militar. La Tupac Amaru, nació como una consecuencia directa de la marginación y el sometimiento de una construcción social de tipo feudal, uno de los tantos feudos que sobreviven dentro del Estado argentino. La necesidad de estas organizaciones de base tuvo un crecimiento exponencial especialmente durante la dictadura y particularmente durante el menemismo. Esta organización de base, que se consolidó profesionalmente a partir de las arcas del Estado durante la gestión del kirchnerismo, logrando cifras record de alfabetización, de inserción laboral, de capacitación profesional, entre otros logros estructurales, fue completamente desfinanciada y llevada a su desarticulación durante la crisis económica y estructural de la gestión de Mauricio Macri.
Milagro Sala enfrentó un sinnúmero de causas judiciales, promovidas, principalmente, desde la justicia jujeña. Numerosos sectores de los derechos humanos, y personalidades como Víctor Hugo Morales, o la abogada y Elizabeth Gómez Alcorta, actual ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidades de la Nación, alegaron históricamente que Milagro Sala era, y es, una perseguida política. Por supuesto que todo ciudadano debe ser sometido a un juicio justo, en caso de haber sospechas que se haya infringido la ley, es este un mecanismo que no responde de la misma manera para todos los ciudadanos, en especial con ciertos empresarios, con ciertos políticos, con ciertos personajes amigos del poder. Personajes como Carlos Pedro Blaquier, acusado por crímenes de lesa humanidad, cuyas causas judiciales han sido completamente dilatadas, gracias a los “buenos” abogados que lo defienden y a los “respetuosos” jueces que concedieron cada uno de los artilugios que postergaron su sentencia y su detención. Hoy de 94 años, es considerado prácticamente inimputable, prácticamente impune.
Consideraciones generales que hay que tener, según mi criterio, al momento de hablar de la irreverente Milagro Sala.
El ya no tibio Alberto Fernández, que eligió legitimar la deuda de Mauricio Macri, y reendeudar al país con el FMI, se refirió sobre su visita a la lideresa social. Dijo: “Voy a visitar a Milagro, injustamente detenida, enferma, para acompañarla como hice siempre”. Y agregó: “No estoy pidiendo por su inocencia sino el juzgamiento respetando las leyes argentinas, y que los juicios se hagan sin presiones políticas, sin intencionalidades persecutorias, solo con el debido proceso”.
Por otro lado, el socio de Fernández, el expresidente Mauricio Macri, consideró que “el gesto presidencial va más allá y contiene una peligrosa amenaza a todo el orden democrático”. Importante declaración de Macri, que no tiene las mismas consideraciones al hablar del otro parlamentario del Mercosur, el prófugo de la justicia argentina y protegido por el gobierno uruguayo, Fabián ‘Pepín’ Rodríguez Simón. Y digo el otro parlamentario, porque Milagro Sala había sido nombrada para ocupar una banca en el Parlasur en el 2015, y luego de que fuera detenida en el 2016, dejó el cargo.
“Gerardo Morales quiere ver muerta a Milagro Sala”, afirmó enfáticamente el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla, refiriéndose al gobernador de la provincia de Jujuy. La cartera que atiende el secretario, difundió una breve declaración desde la cuenta oficial de Twitter que decía: “La @SDHArgentina reclamó hoy a la Corte Suprema de Justicia y a autoridades judiciales de Jujuy que dispongan las acciones necesarias para frenar el hostigamiento contra Milagro Sala y se cumplan las medidas de protección dispuestas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos”.
Además “la dirigente política lleva ya casi siete años detenida con prisión preventiva, y se le iniciaron 11 causas penales y una actuación contravencional dirigidas contra ella y su familia”, dijeron los allegados de Pietragalla, según informó Página/12. También alertaron: “Desde el momento de su internación, es acosada por miembros de las fuerzas de seguridad locales, que le impidieron tener cualquier tipo de intimidad con el personal médico y su familia. Los policías no se limitaron a aguardar en las puertas de terapia, sino que permanecen armados, al lado de su cama, y realizan constantes preguntas tanto a sus allegados y al personal de la clínica. Sus abogados defensores denunciaron también que le han tomado fotografías y la han filmado”.
Por su parte el activista político Juan Grabois, al cual, paradójicamente, le dieron especial difusión en los medios de comunicación hegemónicos, pidió por el indulto presidencial. “Si Milagro es una presa política y el presidente acepta eso, tiene que activar los mecanismos para liberarla. Tiene que usar la lapicera para cortar el bacalao y tomar una decisión. Si el presidente está convencido, que ponga las pelotas arriba de la mesa y se la juegue por algo”.
A estos reclamos, el propio Alberto Fernández respondió: “Les pido a los que me piden que indulte a Milagro que lean la Constitución. No me pueden pedir que haga un gesto que sea contradecir a la Constitución”, contemplando que la condena de Milagro Sala, reside en el fuero provincial, y, por ende, técnicamente es el gobernador quien tiene esta potestad.
Mientras, Milagro continúa presa, Pedro Carlos Blaquier continúa en su casa, y ‘Pepín’ extiende sus vacaciones en la costa atlántica. Espectros de la justicia argentina.
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*Foto de portada: canalshowsport.com.ar