Miércoles 24 Abril 2024
Por Antimafia Dos Mil-2 de julio de 2022

Esta madrugada murió el represor Miguel Etchecolatz. El exjefe de la maldita policía bonaerense, y símbolo de la represión y la tortura de la etapa militar de la dictadura cívico empresarial y eclesiástica, murió a los 93 años, en una cárcel común, condenado en nueve ocasiones a cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad. Etchecolatz murió sin arrepentirse, sin colaborar con la justicia, siempre irónico, siempre perverso, siempre enemigo de la verdad. 

¿A cuántos represores, dictadores y corruptos habrás protegido con tu silencio? 

Torturador, violador, apropiador de infantes y asesino, Etchecolatz, fue el director de Investigaciones de la Policía de la provincia de Buenos Aires, durante el primer año de la dictadura. Bajo su control estaba organizada la estructura de represión política en toda la provincia. Bajo su control operaban los grupos de tareas vinculados a los 21 Centros Clandestinos de Detención, conocidos hasta el momento, como el Circuito Camps.

Fue uno de los primeros en ser condenados con el retorno de la “democracia”, puesto que su rostro era muy reconocido entre los sobrevivientes. Condenado a 23 años de prisión, seria luego beneficiado por las leyes de la impunidad, que los señores de la democracia firmaron para dejar a todos los represores libres y operantes en la calle. Un crimen político que mancha la investidura de muchos políticos y funcionarios de gobierno que siguen en puestos de poder. 

Hasta último segundo varios jueces intentaron otorgarle el beneficio de la prisión domiciliaria, pero tantas eran las condenas de este inmundo represor, que la impunidad no logró blindarlo completamente. Así mismo, las condiciones sanitarias y edilicias en las que transitó su detención fueron siempre de privilegio, si uno considera el estado de las cárceles comunes, y la situación precaria en la que transitan miles de jóvenes sus condenas por delitos mucho menores a los del represor. 

¿Cuántos te ayudaron? ¿Cuántos te hicieron el aguante para que estuvieras callado, convencido de tú honor? 

Infinitos son los delitos que cometió este engendro del demonio, que incluyen los vinculados a la llamada “Noche de los lápices”, donde un grupo de jóvenes estudiantes, que se manifestaban por reformas educativas y la instauración del boleto estudiantil, fueron secuestrados, torturados, vejados, violados y asesinados por las patotas al servicio de Etchecolatz. 

También figuran en su haber las denuncias que presentó Lidia Papaleo, la viuda de David Gravier, que fue violada por el propio Etchecolatz, cuando éste, al servicio de los grandes capitales, secuestró, torturó y allanó el camino para que la firma Papel Prensa, fuera transferida de manos. Empresa que fue absorbida por la familia Mitre, la familia Noble y la familia Magnetto. Nunca fueron citados a declarar, siendo que Papaleo y Rafael Ianover, el socio de Gravier, denunciaron que Magnetto estuvo físicamente presente mientras eran torturados. En el 2017 el juez Julian Ercolini los sobreseyó.

Otro de los crímenes escabrosos fueron los vinculados a Jorge Julio López, el albañil, sobreviviente de la dictadura, acusador de represores, que fue secuestrado y desaparecido nuevamente en plena democracia. Jorge Julio López es un icono de la resistencia. Y un símbolo claro y evidente de que quienes fueron una vez genocidas, no dejan de serlo.

Se terminó la impunidad, al menos para uno, de nombre Miguel Ethecolatz, que no creo alcance a descansar en paz.

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*Foto de portada: pagina12.com.ar