Silvio Berlusconi es candidato al Quirinal. Quizás por eso la noticia de ayer de L'Espresso revelada en el artículo de Paolo Biondani y Leo Sisti pasó de largo en los grandes medios de comunicación.
Para censurar la entrevista que Paolo Borsellino les concedió a los periodistas franceses Fabrizio Calvi y Jean Pierre Moscardo, el 21 de mayo de 1992, había quienes estaban dispuestos a cualquier cosa, incluso a ofrecer un millón de dólares para comprar cincuenta horas de filmación, es decir, todo el trabajo para el video-documental sobre Silvio Berlusconi que los dos estaban preparando para el Canal Plus.
Esa entrevista fue considerada por los investigadores como una de las "concausas" de la aceleración del atentado contra el juez asesinado en via d'Amelio, apenas 57 días después de Giovanni Falcone. En ese extraordinario documento, Borsellino habla de las relaciones entre Mangano, Berlusconi y Dell’Utri, y de que Vittorio Mangano era considerado la "cabeza de puente" de los asuntos financieros de Cosa Nostra en el norte.
Es un hecho conocido que esa investigación de los franceses sobre los canales utilizados por la mafia para el lavado de dinero nunca salió al aire.
Se podrá decir que la televisión francesa en ese momento negociaba con Fininvest los derechos de los partidos de fútbol, y que esta puede haber sido una de las razones por las que el documental permaneció en los archivos. Ahora, sin embargo, surgen nuevos detalles por cuanto los periodistas de L'Espresso relatan algunas declaraciones de Fabrizio Calvi, hechas poco antes de su muerte (falleció en el pasado mes de octubre).
Había una estrecha relación entre el periodista francés y el semanario. Tanto es así que, en marzo de 1994, unos días antes de las elecciones, Calvi llamó a L'Espresso para ofrecer un extracto de la entrevista, enviando también una copia en VHS.
"Entre julio y octubre -dice L'Espresso- nos hizo dos revelaciones. Nos habló de dos hechos relacionados, que ofrecen la primera explicación posible del freno (o paso atrás) de la televisión francesa respecto a la entrevista con el magistrado antimafia".
El primer elemento ofrecido por Calvi sería una confidencia que Moscardo (quien murió en el 2010) le hizo, aunque con cierta vergüenza. "El director le reveló que fue contactado por un emisario, encargado de ofrecerle 'un millón de dólares' para obtener la filmación completa, es decir, las 50 horas de metraje. Una propuesta hecha en nombre de alguien muy cercano a Berlusconi".
Según habría dicho Calvi, Moscardo le dijo rechazó la propuesta, pero que tenía la impresión de que no le había dicho todo sobre el tema.
El segundo elemento informado por L'Espresso es la revelación de Calvi, el cual antes de morir, supuestamente declaró: "Sé quién fue el traidor". Y en las últimas interlocuciones habría mencionado también el nombre, "de un gerente francés que trabajaba para Canal Plus, pero que también era consultor de la televisora de Berlusconi". Y sería él quien le habría ofrecido el dinero por las 50 horas de grabación a Moscardo.
Un dato preocupante si se tiene en cuenta que, en ese momento, el bienio 1992-1994, el trabajo para Canal Plus era muy secreto.
Treinta años después, esa entrevista vuelve a ser de máximo interés.
Al final de la entrevista, Borsellino le entregó un centenar de hojas previamente impresas en la Fiscalía y le dijo al reportero: "Algunos de estos documentos informáticos refieren al asunto de Dell'Utri y Berlusconi y no sé en qué medida son ostensibles... se los doy, lo importante es que no diga que se los di".
En julio del 2019, como reveló Il Fatto Quotidiano, la fiscalía de Caltanissetta, que había abierto un expediente de investigación, solicitó una rogatoria internacional para que declare Calvi.
L'Espresso confirma hoy que el periodista declaró oficialmente en octubre de 2020 y que el acta de la declaración es un documento clasificado. No obstante, reconoce la presencia de un abogado, con función de garantía procesal. Un sujeto que presuntamente se opuso a las preguntas sobre Berlusconi y Dell'Utri, llegando incluso a silenciar las respuestas del periodista, que en cualquier caso se encontraba en grandes dificultades debido a la enfermedad que padecía.
En el pasado mes de junio, Calvi también declaró ante la Comisión Regional Antimafia que preside Claudio Fava, y se pidió que esa audiencia fuera clasificada. Una señal de que, obviamente, la investigación de Caltanissetta aún está en curso, tanto es así que en el informe final de la Comisión solo se reconoció la audiencia.
Esta vez no se habló de abogados dispuestos a silenciar, pero esta inquietante historia de dinero y censura ofrece la dimensión de un poder que aún hoy promueve silencios. Los mismos silencios que caracterizan a las medias verdades sobre masacres y tratativas.
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*Foto de portada: antimafiaduemila.com