Jueves 25 Abril 2024
Por Claudio Rojas-3 de agosto de 2021

Fernando Karadima falleció a sus 90 años, como protagonista de uno de los casos más emblemáticos de abusos sexuales en la Iglesia Católica en Chile, sin haber recibido condena por parte de la justicia. A juicio de diversos abogados, políticos y activistas de derechos humanos, el caso del exsacerdote “representa la impunidad en su máxima expresión”

La muerte del exsacerdote Fernando Karadima, expulsado de la religiosidad por el Vaticano, al comprobarse una serie de delitos sexuales contra menores de edad, ha causado furibundas reacciones en el país, en relación a que el exclérigo no fue condenado por sus crímenes, pues estos prescribieron, según la Justicia chilena.

Primero, mediante un mensaje público, Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo, denunciantes del exclérigo, se expresaron a través de redes sociales, indicando: “Ha muerto Fernando Karadima, exsacerdote católico que abusó sexual y espiritualmente de muchas personas, entre ellas, nosotros”.

En el documento enfatizaron en que “todo lo que teníamos que decir de Karadima está dicho. Él era un eslabón más, en esta cultura de perversión y encubrimiento en la iglesia”.

“Nosotros estamos en paz y sólo nos mueve seguir luchando para que estos crímenes no vuelvan a pasar y por tantas personas que lo han vivido y que aún no tienen justicia”, sentenciaron.

Cabe recordar que el año 2018, el Vaticano firmó la sentencia de su expulsión del sacerdocio, de mano del papa Francisco, tras un proceso canónico en su contra, derivado de una serie de denuncias de abuso sexual en su contra.

En ese sentido, los testimonios de Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo, resultaron clave para destapar uno de los casos más emblemáticos que han golpeado al clero.

Por su parte, el director de la Fundación Iguales y Espacio Público, Pablo Simonetti, afirmó que las denuncias de los abusos de Karadima “fueron el inicio del desvelamiento en nuestro país de la horrible doble moral de la Iglesia Católica respecto de la sexualidad, que condenaba la libre y sana sexualidad de tantos y al mismo tiempo amparaba violaciones y abusos”.

“A partir de ese momento, el poder que ejercía la Iglesia a través de las instituciones del Estado, oprimiendo a las mujeres y la diversidad sexual, comenzó a diluirse, dando pie a que por fin pudiéramos avanzar hacia la plena igualdad de estos grupos históricamente discriminados”, agregó.

Así, aseguró que “debemos mostrar siempre nuestro agradecimiento” a los denunciantes del exsacerdote “por su valentía y su tesón. Lo que hicieron parecía prácticamente imposible y al final sacaron al banquillo a toda la Iglesia chilena cómplice y corrupta”.

“Nunca reconoció, nunca pidió perdón”

Según indicó a Radio ADN, “él nunca reconoció, nunca pidió perdón, y terminó muriendo sin haber hecho ese mínimo acto no solo de humildad, sino que un acto necesario para una persona que se decía cristiano o católico”.

“La iglesia católica, tardíamente, tuvo una actitud de contenerlo. Lo sacan del sacerdocio, queda en una residencia, perdió todo ese poder que lo rodeaba”, cerró.

La abogada y constituyente Bárbara Sepúlveda, por su parte, lamentó que Karadima se convierta en “otro abusador sexual” de menores “que muere en la impunidad que le otorga la Iglesia Católica”

A sus palabras se sumó el abogado especialista en DDHH Rodrigo Mallea, expresando su parecer respecto al fallecimiento del exclérigo: “Muere Karadima y solo espero que arda en el infierno”.

Jaime Fuentes, abogado y activista LGBTIQ+, también lamentó que Karadima haya fallecido “sin haber pisado un solo día la cárcel por todos aquellos niños y niñas de los cuales abusó sexualmente. La impunidad en su máxima expresión”.

Tras la muerte del sacerdote, el periodista Daniel Matamala recordó a los senadores y empresarios que salieron a defenderlo públicamente y que en algunos casos fueron parte de su red de protección. 

“Murió en la completa impunidad, no fue condenado por la justicia chilena, pues los delitos fueron considerados como prescritos. El encubrimiento duró demasiado tiempo, por las redes de protección, dentro y fuera de la iglesia”, añadió.

Sobre este punto, recordó que “el empresario Eleodoro Matte, de los más poderosos en el país y parte del círculo íntimo de Karadima, se reunió con el fiscal Nacional de ese entonces, Sabás Chahuán, para que la investigación fuese rápida porque tenía vínculos de amistad con Karadima”.

El senador Manuel José Ossandón dijo lo siguiente: “No pueden haber abusado, que sean homosexuales y se hayan metido en forros que no les corresponde. Para mí eso no es abuso”.

Además, recordó que “años después de la condena, el senador Iván Moreira siguió atacando a uno de los denunciantes, diciéndole 'eres llorón. Ustedes quieren destruir a la Iglesia para imponer la agenda del Diablo’”.

Daniel Matamala cerró su reflexión diciendo que “poderosos empresarios, poderosos políticos, dedicados a acusar a las víctimas de un abusador, de un depredador sexual. Eso permitió que una persona como Karadima no pudiese ser juzgado por la justicia chilena y que sus abusos se hayan prolongado por tanto tiempo. Importante no olvidarlo”.

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*Foto de portada: lavozdechile.com