Jueves 25 Abril 2024
El caso de la filtración de noticias y actas anónimas en Piazzapulita. La caída de Piercamillo Davigo
 
Por Giorgio Bongiovanni-07 de mayo de 2021

En Piazzapulita, el programa que profundiza en temas políticos de La7, conducido por Corrado Formigli, se ha vuelto a hablar del caso Palamara. Se encontraban presentes en el estudio el subdirector de Domani, Emiliano Fittipaldi y el propio Luca Palamara. El exmagistrado, separado del CSM por comportamiento muy grave, en su amplio espacio de intervención repitió las habituales declaraciones sobre los hechos que lo involucraron y que escribió extensamente en el libro con Alessandro Sallusti.

Inevitablemente, en el programa también se habló del escándalo de la filtración de noticias de las actas del intrigante y apañador Piero Amara, cuestionado por la fiscalía de Milán. Una historia, esta última, que ha salido a la luz en los últimos días, con algunos periódicos que han publicado extractos, luego de la denuncia del magistrado Nino Di Matteo en el pleno del Consejo Superior de la Magistratura (CSM) en la que afirmó haber recibido "archivos anónimos" que contenían en su interior el acta sin firmar del abogado siciliano. Acta en la que se menciona, en forma difamatoria si no calumniosa, circunstancias relativas al director del CSM Sebastiano Ardita.

La habitual máquina de barro, que se vierte sobre los que están en primera línea en defensa de los valores constitucionales del país.

Amara, de hecho, lo describió como perteneciente a la supuesta logia masónica "Ungheria" que incluiría a otros magistrados, políticos, industriales y jefes de las fuerzas del orden.

Juez Robledo Amara envenenador de pozos 4

En el reciente episodio televisivo, Formigli entrevistó a Piercamillo Davigo, quien terminó en el centro de la historia por haber recibido el acta de Amara de manos del fiscal adjunto de Milán, Paolo Storari.

Cabe recordar que hoy el fiscal Storari está siendo investigado en Roma por revelación de secreto y Davigo, que los llevó al CSM, actualmente es considerado testigo.

Así Davigo, que declaró el miércoles pasado ante la fiscal general Michele Prestipino como testigo en la filtración que tiene a su exsecretaria, Marcella Contrafatto, investigada por calumnia (considerada por los investigadores como la persona que entregó parte de esos reportajes a algunos periodistas), expuso su versión de los hechos.

"No eran actas, eran copias en Word de documentos para apoyar a la memoria. Nunca he visto las actas originales",dijo el exfiscal de Mani Pulite y exmiembro del CSM. Según él, Storari "denunció una situación crítica y me entregó el material necesario para formarme una opinión luego de cerciorarse de que era lícita. Le expliqué que el secreto de la investigación, por circular expresa del Consejo Superior, no es oponible a dicho Consejo Superior". Lo cierto es que, a pesar de la gravedad de esas declaraciones, Davigo no hizo nunca ningún informe al respecto.

"Cualquier vía formal -dijo en respuesta a Formigli- habría implicado la divulgación de todo el asunto y por eso era necesario informar a los miembros de la comisión de presidencia, porque eso es lo que dicen las circulares, de forma directa y segura. No se pueden realizar actos de investigación si no se hace la inscripción. Esas cosas requerían investigaciones oportunas".

Juez Robledo Amara envenenador de pozos 3

Palabras que no convencieron en absoluto al exfiscal adjunto de Milán, Alfredo Robledo, invitado en forma online, quien dijo: "La reconstrucción de Davigo no me convence en absoluto. No es cierto que si Davigo hubiera seguido las vías formales habría revelado el caso". Según Robledo, por lo tanto, Davigo "debería haberle aconsejado al fiscal Paolo Storari que no le entregara los documentos, y que fuera a la presidencia del CSM". Y finalmente expresó una consideración sobre las afirmaciones de Amara definiendo al abogado siciliano como "un envenenador de pozos".

Con respecto a las declaraciones de Davigo, el consejero togado Sebastiano Ardita, que intervino a través de una llamada telefónica en vivo, traído a colación en la historia, dijo: "Al margen del sensacional engaño, estoy impactado por lo que escuché hoy. He escuchado expresiones tales como que no se pueden seguir las vías formales. Estamos hablando de un órgano de autogobierno que debe regular las modalidades con las que se accede al Consejo Superior y el Consejo Superior juega un papel fundamental para que la justicia funcione de forma regular ¿y debo escuchar que no se pueden seguir los caminos formales? ¿Que un fiscal, que conoce los hechos, pueda ser convencido de que el secreto de la investigación no es oponible a los consejeros? ¿Según qué norma?". Y luego reconstruyó algunos aspectos: "El doctor Davigo recibe papeles de un colega de Milán, a quien conoce, que realiza investigaciones. Y en estas investigaciones está el nombre de otro consejero con el que no se habla y tiene una seria enemistad. Cultiva este tipo de relación, incluso lleva estos papeles informalmente al órgano de autogobierno; lo habla con altos funcionarios que no pueden hacer nada ante la ausencia de cualquier tipo de diálogo formal y en presencia de actas que, en todo caso, provienen de un delito, como es esencialmente una revelación de secreto, un delito por el que el Dr. Storari está siendo investigado actualmente. No se puede hacer ningún uso de estas actas, si se usan de manera informal, uso que concierne a una persona con la que existen enemistades graves (una relación que, explica Ardita en la llamada telefónica, se rompe por cuestiones anteriores a los hechos descriptos, ndr) y que forma parte del mismo órgano de gobierno. Es un hecho de una gravedad sin precedentes".

Juez Robledo Amara envenenador de pozos 2

Ardita luego rechazó cualquier acusación incluida en el informe de Amara.

"Hay una línea con cuatro declaraciones incongruentes. Se dice que en el 2006 yo era fiscal en Catania, cuando en realidad dejé de ser fiscal en Catania en 1999, y el Dr. Davigo lo sabe. Dice también que en el 2006 el Dr. Tinebra me habría presentado al abogado Amara como miembro de esta pseudo logia. No tenía relaciones con el Dr. Tinebra como para que me presentara al abogado Amara". Y cuando Formigli le preguntó si había conocido a Amara, respondió: "Debo haberlo visto porque era abogado en Catania, pero nunca me senté a la mesa con Amara, nunca tuvo mi número de teléfono, nunca hablé con él. Solo hablé con él una vez, cuando lo interrogué en el 2018. ¿Qué idea me hice? Este no es el lugar para decirlo".

Luego volvió a hablar de las declaraciones de Davigo: "En el acta se dice que ésta (en referencia a la supuesta logia Ungheria) sería un grupo de garantistas que luchan contra los justicialistas. En el 2006 llevé adelante muchos de aquellos juicios que involucraron a sujetos directivos con responsabilidades penales muy importantes, y podría ser considerado de todo menos un garantista. Aunque en realidad lo sea desde el punto de vista del respeto a los derechos, no hace falta decirlo. El Dr. Davigo tenía todos los elementos para darse cuenta que esto era un engaño. ¿De qué tenía que preocuparse? Esto es lo que me sorprende".

De hecho, al final de la llamada telefónica, cuando Formigli señaló que Davigo estaba ausente en ese momento, Ardita respondió: "También podríamos vernos frente a frente y estaría muy dispuesto a mirarlo a los ojos y a decirle muchas cosas ya que él, desde aquellos días y sin motivos, no me habla, pero evidentemente hay otras razones. Así nos decimos todas las razones, todas enteras, y las podemos discutir de una manera más amplia. Lo inaceptable es que se cultive una relación con quienes realizan una investigación, en esa investigación aparece una persona con la que hay cierta enemistad y después se diga que hay que hacer la inscripción. Es una lección que no podemos dar a los jóvenes que nos escuchan".

Me permito, asumiendo como siempre la responsabilidad, afirmar que, en la historia, los "mitos de la justicia" pueden tener caídas sensacionales. Le sucedió anoche al doctor Piercamillo Davigo, sobre todo cuando, a la pregunta del periodista sobre si hubiera podido proceder de manera formal, respondió, en forma inaudita, que no se podía proceder.

Es aquí donde, de manera inquietante, cae el mito del excelente operador de la justicia que, en el pasado, tanto en su proceder como en sus discursos, siempre había puesto en primer lugar las vías formales de las instituciones.

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*Foto de portada y restantes: www.antimafiaduemila.com