salinasJuan Manuel Salinas pre estrena su documental histórico
Jorge  Figueredo – 14  de setiembre  de 2016
El  martes 13  de setiembre de 2016   se  llevó a cabo el preestreno  de la  película “Paraguay, Droga  y  Banana.  ¿Donde  nace la narco política?” de Juan Manuel  Salinas,  en Cinemark , del Centro Comercial Paseo La Galería , de la ciudad de Asunción.

Mucho antes de su estreno, el   filme causó polémica en el país.  Según publicaciones de los principales periódicos impresos de la capital,  motivó la destitución en estos días, por parte del presidente Cartes,  de la ministra de Cultura Mabel Causarano. Pero además,  el productor y director Salinas  recibió amenazas  a través de las redes sociales de parte de una persona vinculada a una conocida empresaria y miembro de la farándula asuncena,- quien en su pasado estuvo vinculado sentimentalmente a uno de los grandes narcotraficantes mencionados en la película-  y cuyo poder económico lo habría adquirido  a través de sus contactos con personeros del régimen del dictador Stroessner.    

La  película  nos presenta un panorama general de cómo nace el tráfico de drogas en el Paraguay y su vinculación con los políticos.  Comienza narrando que ya a partir de la década del 50, del siglo pasado, se comienza a traficar con drogas en el país, pero sobre todo en la década de los 60 y 70 es donde el negocio florece en sus diversas modalidades: tráfico de drogas, el contrabando masivo de productos electrónicos, relojes, vaqueros, whisky, a través de la mano de generales y policías  corruptos  que sustentaron los 35 años de la dictadura del General Alfredo Stroessner  como Andrés Rodríguez,  Patricio Colman,  Pastor Coronel, Alcibíades Brítez Borges,  Sabino Augusto Montanaro, en alianza con civiles y  pseudo empresarios  de frontera como el conocido “padrino”  Fahd Yamil, Carlos Barreto Sarubbi entre otros.

El  filme histórico documental nos muestra que toda la elite política y económica- sobre todo lo que más tarde constituirían la conocida como burguesía fraudulenta- estuvo vinculada  directa o indirectamente  al crimen organizado,  a la mafia del narcotráfico y todo tipo de negocios ilícitos. Y constituían  también, sin exageración,  una asociación criminal dentro del Estado,  que fue la verdadera base de sustentación fáctica del régimen stronista, con el apoyo de los EEUU en tiempos de la Guerra Fría.

Así mismo conforme a la sinopsis del largometraje “también se explora los primeros pasos del tráfico de drogas. Su inicial vinculación con la política, el contrabando y la construcción de una débil democracia donde todos los partidos políticos y la prensa, terminaron siendo cómplices. “
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Se  desnudan también los motivos verdaderos por los cuales grandes criminales internacionales como el francés Joseph Ricord , recibió la protección del Gobierno de Stroessner,- ya que por años fue socio comercial  del cartel de Paraguay  conformado por  los corruptos y mafiosos generales liderados por el militar  Andrés Rodríguez,  consuegro y brazo derecho de Stroessner- y cuya extradición  a Estados Unidos trataron de evitar en todo momento , pero solo por presiones del Gobierno de Richard Nixon, finalmente se concedió su extradición.

Parte central de la película es la denuncia del asesinato y la apropiación  criminal de las tierras  pertenecientes a la familia Melgarejo en Hernandarias, de parte de la banda criminal encabezada por el general narcotraficante Andrés Rodríguez, quién junto a  Fahd Yamil, Carlos Barreto Sarubbi entre otros  manejaban todos los negocios ilícitos en las fronteras de Paraguay.

También  se evidencia que el verdadero motivo del golpe de estado de 1989 que derrocó al  General Alfredo Stroessner y que tuvo como protagonista principal a un  capo del narcotráfico: General Andrés Rodríguez, fue simplemente una puja entre grupos mafiosos, donde el Gobierno de Stroessner ya no satisfacía los intereses de la gran mafia paraguaya y mucho menos de los Estados Unidos otrora protector del régimen.  Entonces, por una cuestión de reacomodo y de puja por el poder criminal territorial,  surgieron nuevos capos,  criminales más acordes a los nuevos tiempos post guerra fría, y  grandes empresarios de frontera que ya no se alineaban a Stroessner sino que buscaban nuevos horizontes. De ahí que aprovechando las presiones del imperio Norteamericano,  y una manera también de blanquearse ante su historia criminal, el General Andrés Rodríguez (con el apoyo de civiles del partido colorado , derribaron a Stroessner.
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En el Paraguay el derrocamiento de Stroessner no fue producto de una revolución popular, de una conspiración de las diversas organizaciones civiles y políticas.  La cúpula militar corrupta y mafiosa, ligada sobre todo al narcotráfico, desplazo solo a Stroessner pero no desmonto el sistema criminal que prevaleció durante décadas. Es decir: aquí solo echaron a Stroessner pero sus herederos políticos, económicos, y hasta  culturales se quedaron, se aggiornaron. De criminales pasaron a convertirse en grandes demócratas y lograron   lo que ni siquiera los nazis habían logrado en Alemania luego de la segunda guerra mundial.

“Paraguay, droga  y banana” nos grita nos demuestra que todos los que han luchado y denunciado a los carteles de la droga paraguaya y los que intentaron desenmascarar las connivencias o el connubio entre los altos exponentes del poder político, militar y civil de la dictadura stronista no solo con los carteles de la droga latinoamericana sino sobre todo con las agencias norteamericanas como la DEA y la CIA –que por mucho tiempo apoyaron financiera y políticamente al régimen de Stroessner- fueron asesinados como el periodista Santiago Leguizamón y el General Rosa Rodríguez, entre otros.

Pero lo más grave  y transcendente  es que nos interpela a cada uno de los paraguayos a que tomemos conciencia que los asesinatos de periodistas como Pablo Medina, de campesinos y de luchadores sociales  que han denunciado al crimen organizado y la mafia y la vinculación de muchos políticos con el narcotráfico en los últimos años,  no es otra cosa que la consecuencia de nuestro silencio y de nuestra amnesia colectiva a recordar nuestra historia de luto, de miseria, de represión, de desaparecidos, de asesinatos de lesa humanidad y de terrorismo de estado, donde se originó ,  y se incubo la narco política actual.

De  hecho el mal llamado (por muchos años) período de  “transición a la democracia”, en realidad nunca estuvo dirigido hacia la instauración de un verdadero Estado de derecho y justicia social en nuestro país, pues un proceso  político que buscaba romper  el sistema criminal dictatorial de Stroessner no podría jamás darse con los mismos hombres escombros,  criminales y mafiosos.  Es por eso que  podríamos sostener que en realidad el proceso económico, social y cultural que se inició en  1989  era más bien una transición a la consolidación futura  de un  Estado –Mafia.

Si bien por décadas, ya desde el gobierno de Stroessner, pasando por la del General Andrés Rodríguez podemos considerar al régimen político  paraguayo como  una narcocracia en el sentido de que sus gobernantes han resultado directamente involucrados en el tráfico de drogas, la situación había empeorado con la llegada al poder de los barones de Itaipú  ya en la década de los 90.  Con este tipo de gobierno empezaban  a crearse las condiciones para la  instauración de una mafia  empresarial que llega hasta nuestros días y en donde los negocios legales e ilegales se mimetizan tan bien que es casi imposible reconocer donde termina lo legal y donde empieza lo ilegal.

Entonces, el fruto de tantos años de institucionalización de la corrupción, de saqueo de los bienes públicos, de menosprecio a la ley y la justicia, de la instalación del miedo y de una cultura de la ilegalidad,  es la peligrosa consolidación del Estado-mafia en el Paraguay  “que se entiende por un estado afectado por un doble fenómeno : las conexiones entre organizaciones criminales e instituciones , representadas por hombres incriminados por corrupción o por mafia, y el uso, continuado o frecuente, de prácticas criminales por parte de las instituciones mismas.  “

Podemos sostener que si los paraguayos no tomamos conciencia que la mafia históricamente ha condicionado nuestra democracia, economía,  medios de comunicación y  hasta nuestra cultura, irremediablemente nos  dirigiremos hacia un nuevo sistema criminal mucho vas avanzado,  donde la libertad de expresión, de pensamiento, de ejercicio libre del periodismo, y protagonismo ciudadano serán meras utopías irrealizables y donde solo prevalecerá la nueva dictadura totalitaria del miedo,  de la exclusión social, de la criminalización de la pobreza, de la exaltación y promoción de la empresa, de la economía, de la ideología y la cultura mafiosa y que hará realidad el sueño de los más grandes mafiosos de la historia :  toda una sociedad ignorante, esclava,  sometida a servir de pieza cambiable de un sistema criminal integrado.

Es importante destacar que luego de la exhibición de la película, el ex Juez penal  Adalberto Fox –uno de los protagonistas del documental- exigió la devolución de las tierras robadas a sus verdaderos dueños, la familia Melgarejo.

Adalberto Fox dijo:  “ Con las pruebas contundentes de la Película “Paraguay, Droga y Banana,” y cientos de pruebas más. se demuestra que las tierras donde se construyó y se explotó la famosa Aeropista Hernandarias  por más de 30 años por Andrés Rodríguez y Carlos Barreto, en operaciones de contrabando y tráficos de drogas, operaciones ilícitas que produjeron a los Rodríguez y Barreto fortunas y millones de dólares, fueron tierras robadas a la familia Melgarejo . En pleno terror de la dictadura, las tierras donde opero la Aeropista Hernandarias de 352 hectáreas fueron atropelladas, usurpadas y robadas en el año 1965, por los Rodríguez y Barreto a sus propietarios Don José Melgarejo y su familia. Con las referidas pruebas contundentes, se exige ahora a la Familia Rodríguez  a que concurran a una Escribanía Pública y procedan a la Devolución  de las tierras robadas a sus legítimos propietarios, la viuda y los 9 hijos de Don José Melgarejo.”
     
Finalmente,  para evitar que triunfe el Estado-mafia,  las únicas herramientas con que contamos los paraguayos es apostar por una educación a la cultura de la legalidad en los colegios, universidades,  y organizaciones civiles y sociales,  información de calidad,  conocimiento de nuestra historia política, social,  económica y cultural  para sentar las bases de una Revolución Cultural y Civil que urge iniciar en el país ante el avance de la dictadura mafiosa.      

*Foto Portada gentileza de Jorge Figueredo y Omar Cristaldo: Ex Juez Adalberto Fox;director filme Juan Manuel Salinas y redactores de Antimafia Dos Mil Paraguay Dr. Jorge Figueredo y Omar Cristaldo
*Foto dos: www.paraguay.com
*Foto tres: www.ñanduty.com.py