Lunes 7 Octubre 2024
viana Profundo análisis del Fiscal uruguayo sobre Código de Proceso  Penal a regir en el 2017
Por Jean Georges Almendras
Con la claridad que ha caracterizado al abogado Enrique Viana, en el Uruguay,  durante su gestión en el Ministerio Público, como Fiscal Civil en casos relacionados directamente con la defensa de la soberanía y del medio ambiente, y a los pocos meses de haber sido  trasladado a una Fiscalía de Menores, en diálogo con Antimafia Dos Mil Redacción Uruguay, ha hecho público un muy profundo –y para nosotros muy ilustrativo y muy oportuno- análisis de la realidad jurídica en el marco de los anuncios, por parte del gobierno uruguayo, de la entrada en vigencia –desde el mes de febrero del próximo 2017- del nuevo Código de Proceso Penal.

A conciencia de realidades de otros países, pero en particular de Italia, y aludiendo al asesinato de los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, en la década del 90, el Fiscal Enrique Viana  (que en los últimos años fue centro de atención de los medios de comunicación uruguayos y de la región, por su muy comprometida postura en defensa de la soberanía nacional a propósito de la instalación  de transnacionales interesadas en realizar emprendimientos de minería a cielo abierto en el territorio uruguayo , al punto de ser tildado mediáticamente como el “Fiscal Verde”) nos aportó una serie de reflexiones directamente relacionadas con  los mortales ataques cometidos contra los magistrados italianos en la ciudad de Palermo,  en la isla siciliana, remarcando que los cambios de los procesos penales, en este caso en Italia, tuvieron mucho que ver con el accionar de la mafia, en particular de Cosa Nostra. Y en ese contexto aludió a la realidad uruguaya, subrayando  los efectos negativos de los cambios previstos y la manera en que la mafia –específicamente- se vería beneficiada, en nuestro país y en el mundo

“Los asesinatos de los Jueces de Instrucción italianos Giovanni Falcone y Paolo Borsellino son contemporáneos con los cambios de los procesos penales en gran parte de Occidente. ¿Coincidencia? Entiendo que no. La adopción del modelo acusatorio de los países de tradición sajona, EEUU y Reino Unido, por parte de los países con procesos penales "continentales" es un modo de abolición o eliminación de los Jueces de instrucción y su sustitución por los sistemas de Procurador General y Fiscales delegados. Los asesinatos de Falcone y Borsellino procuraban lo mismo. ¿Por qué esa eliminación jurídica y fáctica? Porque los Jueces de instrucción deben actuar en forma independiente” afirmó Viana.
Luego agregó:”Tienen el deber de promover la investigación de los delitos bajo un conjunto de garantías que coadyuvan a mantener una investigación incontaminada de los intereses de los poderes políticos, económicos y mafiosos. En primer lugar, su naturaleza, la de Jueces, su estatuto especial y su carrera funcional, tienden a preservar la garantía de la independencia técnica individual de cada uno de los Magistrados. No están jerarquizados ni sometidos a directivas o instrucciones. En segundo lugar, se desempeñan en un ámbito funcional dotado de imparcialidad, un santuario que se erige como ajeno a influencias exógenas, como lo es naturalmente el Juzgado, con personal y medios propios, sin tener que depender de otros. En tercer lugar, tienen que registrar toda su actuación cronológicamente en un documento público: el expediente judicial: allí quedan documentados sus aciertos, sus errores, las pruebas incriminatorias, las exculpatorias, las que se hicieron, las que no se hicieron, las idas y venidas naturales de toda investigación, la actividad de todos los partícipes e involucrados, etc.”

Pero el Fiscal Enrique Viana fue mucho más allá en sus apreciaciones,  aludiendo a la realidad uruguaya, ya que  entiende “que todo esto se lo sustituye de un plumazo en los nuevos códigos de proceso penal. En el Uruguay ya viene pasando. Tal cambio se verificará totalmente con la entrada en vigencia del nuevo CPP en febrero del año próximo. Primero, los Jueces abdicaron "de facto" del procesamiento de oficio. Segundo, no hacen nada sin que el Fiscal se los pida”
“Con el nuevo  Código de Proceso Penal la investigación criminal quedará en manos del Fiscal General y sus agentes fiscales –continuó.  Estos se constituirán en dependencias policiales, en las comisarías, en casa ajena, donde manda el que lleva el revólver al cinto, para hacer dicha investigación. La misma no se realizará en el Juzgado ni ante el Juez. Vamos a un sistema, como alguno ha dicho, "de Jueces golfistas". Vamos a un sistema de fiscales dependientes, jerarquizados y unificados bajo las órdenes de un Procurador General, que a su vez tiene una fuerte vinculación con el Gobierno de turno, en especial, coordinando sus acciones con el Ministerio del Interior”
 “Se imponen los principios de no obligatoriedad de la acción penal y de oportunidad. Con todo lo cual el Procurador General decide qué llevar y qué no llevar al Juzgado tras la investigación criminal. Decide a quién meter preso y a quién no. Se abren las puertas a la impunidad legalizada. A ello se le suma la justicia premial,  las delaciones premiadas o negociadas, el regateo de confesiones, delaciones o entrega de botines a cambio de la promesa de menos penas o de penas menos rigurosas. Se va a un sistema de pactos y negociaciones entre investigados e investigadores, entre indagados y agentes fiscales, muchos de ellos secretos. Se destruyen el Derecho Penal y el Derecho Procesal Penal como Derechos públicos, obligatorios y garantitas. El Estado se convierte en un agente corruptor y extorsionador, condiciones que en nada lo diferencian de a quienes investiga. ¿Quién resulta favorecido con estos cambios? La Mafia.  A su juego la han llamado. Con los pactos realizados en las comisarías o en otras dependencias administrativas, por agentes dependientes de un único Fiscal, la Mafia recibe un claro mensaje, la Justicia Penal está tarifada, tiene precio. Los Jueces no son necesarios” reflexionó Viana, muy certeramente.

-¿Un Fiscal que ha defendido la tierra y la soberanía nacional cree en las instituciones?
-Sí, más que en las instituciones funcionando y en los buenos ejemplos;  las instituciones son hombres, son personas colocadas en deberes y obligaciones frente a la sociedad. En general cuando uno ejerce la profesión y trabaja a nivel judicial juzgamos mucho las conductas; pero no solo las conductas de las personas que tienen que ir a un juzgado. Uno juzga las conductas de las personas que van a  un juzgado pero también las conductas de los que juzgan. Permanentemente uno está juzgando cómo proceden los jueces, los defensores, los fiscales, las partes; cómo procede la policía, en función también auxiliar de la justicia. Uno está valorando siempre el proceder de las personas; y ahí es donde se ve la buena madera o la mala, de las personas. Las instituciones son eso, un conjunto de personas en relación permanente. Su sola existencia no garantiza el bien, el mal, la justicia o la injusticia. Pero hay veces que se modifica el derecho no para el bien sino para que funcione como algo torcido. Entonces estamos entrando hoy en mecanismos por el cual se utiliza la ley como un camino inicial para provocar daños a otros, para provocar incluso delitos; la ley como vehículo del delito, como vehículo de la conducta prohibida, de la conducta maliciosa, que defrauda una cantidad de principios y de reglas.
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– Parece que determinados gobiernos no se preocupan por el aspecto ecológico o los sistemas naturales ¿Cuál es la herramienta que tiene el Estado para defender a los ecologistas o a  los defensores sociales?. Pareciera que el Estado no tiene las herramientas;  porque nosotros vemos que un defensor social es asesinado y pareciera como que el estado le da la espalda..Me gustaría que pudiera poner un poco de luz sobre este aspecto.

- Yo no creo que el derecho esté llegando tarde. Creo que presenciamos una transformación casi de prestidigitación, casi mágica, delante de nuestros ojos. Ha cambiado la concepción que teníamos de los Estados, nosotros concebimos los Estados modernos a partir de las  monarquías, que se construyen a partir de que determinados señores feudales dejaron de guerrear entre ellos y se pusieron de acuerdo para  elegir a uno como rey o de alguna manera dijeron  “tú eres el más poderoso, tú eres el que nos va a mandar a nosotros”.  Los estados monárquicos son el origen de los Estados modernos. Podemos ubicarnos más atrás en el tiempo, pero esa es la idea central. Los Estados se crearon como una especie de escudo protector de determinadas personas. Obviamente, primero, de esos señores feudales. Luego esos vínculos se fueron aflojando, o se fueron de alguna manera dulcificando y se supone que los estados eran construcciones para proteger a las personas. Hoy, lamentablemente esos escudos protectores que vendrían a ser los Estados, han sido contratados; yo ya hablo de que vivimos un fenómeno de Estados contratados, que supone que determinados intereses económicos arriendan a los Estados para protegerse a ellos. En la medida que ese escudo protector deja de proteger a  los ciudadanos, se da vuelta, le da la espalda a los ciudadanos y empieza a proteger determinados y concretos intereses económicos –energía nuclear, minería, celulosa, transgénicos, agro tóxicos- , se produce el fenómeno siguiente: la llamada seguridad jurídica que contratan estas grandes empresas cuando establecen estatutos especiales con el estado, supone una seguridad jurídica para ellas, pero supone una situación de absoluta inseguridad e indefensión para el resto de los ciudadanos.

-¿De alguna forma estamos en medio de un sistema financiero criminal? Tomando tu reflexión y tu exposición me hace pensar que muchas veces el Estado se transforma en una especie de mercenario de ciertos intereses y obviamente  ahí pierden las herramientas, ahí se diluyen los mecanismos naturales de un Estado de Derecho para neutralizar o contraponer estas situaciones y entonces ahí vence el sistema mafioso, el sistema criminal. ¿Cuál es tu apreciación?

 -Yo quisiera marcar lo siguiente;  en esa figura de Estado arrendado o de ese Estado alquilado al servicio de determinados intereses hay dos partes siempre,  todo vínculo contractual supone la bilateralidad, es decir que supone una parte corruptora y una parte corrompida, si lo vamos a poner en términos de corrupción. Acá se produce otro fenómeno; cuando el Estado pasa a ser contratado por estas grandes empresas, tiene una representación, es decir, los gobiernos son elegidos democráticamente y luego de ser elegidos consienten con estas grandes corporaciones determinados estatutos que dejan a quienes los votaron justamente a merced de las hordas, como diríamos, o en la  mayor de las inseguridades. Entonces, allí es donde se plantean, para mí,  los grandes conflictos de la época de hoy. Si la democracia es un mecanismo que permite elegir en forma periódica a los gobiernos, y si esos gobiernos no respetan determinadas reglas que le impiden negociar determinados bienes, quizás tengamos que empezar a entender de una vez por todas que no alcanza vivir en democracia. Sino que deben respetarse determinadas reglas pétreas que están establecidas en la Constitución y que son aquello que yo trato de definir como República, y que supone que  hay determinadas reglas que no se pueden negociar. Pero lo cierto es que estamos viviendo una suerte de esclavitud consentida, en la medida de que se hacen contratos en nombre nuestro. Yo siempre recuerdo el contrato con Montes del Plata, un contrato que es en representación del gobierno, con firma y representación de la República Oriental del Uruguay, es decir que ROU, como dice el contrato, se compromete a tal y tal cosa con Montes del Plata. Y allí es donde se plantea la gran discusión, en la medida de que la democracia sirve para convalidar las actuaciones de quien actuó anteriormente en el gobierno y seguimos convalidando esos contratos.  Entonces, quien viene del otro lado, nuestra contraparte, la gran corporación, viene acá y dice “ señores, ustedes no se pueden quejar de este contrato de inversión ni de las consecuencias que trae este contrato de inversión”-o del tema, a modo de ejemplo, de Philip Morris-     porque, en la medida que ustedes han firmado estos contratos y que han sido refrendados por los sucesivos gobiernos elegidos por ustedes cada vez que ponen el voto, eso es válido, es intocable e incambiable”


-¿De qué forma tenemos que enlazar o vincular al crimen organizado y globalizado con los Estados?  
 
 -Yo creo que hoy nosotros estamos construyendo un sistema que le viene muy bien a la Mafia; estamos construyendo un sistema penal que se adecua a los intereses de la Mafia;  ¿Por qué? Voy a ser muy breve y escueto en lo que voy a decir: estamos yendo hacia un sistema penal, lo estamos viendo en estos días con lo que está pasando en Brasil, con lo que pasó aquí con el caso de la FIFA, donde lo que se está incentivando es ir a una justicia por pactos,  una justicia en la cual se pacta y se intercambian y se contratan determinados bienes. Uno de los bienes es la confesión del individuo; se le dice al individuo “si tu confiesas, si delatas, si devuelves el botín de lo que sustrajiste  yo te ofrezco una penalidad menos rigurosa, menos gravosa”; para decirlo en términos bien criollos, “vas a tener prisión domiciliaria y no vasa  ir a COMCAR.” Esos pactos son, a mi juicio, y no solo a mi juicio sino el de insignes juristas como John Langbein en Estados Unido, o Luigi Ferrajoli desde Italia, son pactos perversos, son pactos inmorales. Son pactos que tienen mucho de extorsión, es decir, yo estoy chantajeando a la persona,  diciéndole “si tu me confiesas yo te voy a dar determinado trato carcelario privilegiado”. Y muchas veces la persona – tenemos que ubicarnos en un principio de inocencia- muchas veces va a ser inocente y se va a ver forzada  a confesarse culpable siendo inocente. O muchas veces aun siendo culpable va a entregar o delatar a otros sujetos sin la certeza o por lo menos la certeza primaria de que esa entrega, esa delación, coincida con la verdad.

-¿Es la delación por la delación? ¿A cambio de….?

- Es la delación a cambio de un precio;  yo siempre digo que determinadas personas- no digo todas- pero enfrentadas determinadas personas a la posibilidad de ir a un centro carcelario de sumo rigor, como puede ser el COMCAR, o ir a una prisión domiciliaria, delatarían a la madre; aunque la madre fuera inocente. Estamos montando un sistema que va a jugar bajo esas reglas. Estamos transformando el derecho penal, que es un derecho público en un derecho privado, donde vale el contrato, donde vale el pacto, donde vale la tranza. Y ese campo de acción es el que a la Mafia más le gusta; porque la Mafia dice: “ bueno, ahora la justicia tiene un precio, lo único que tengo que saber es cuanto es el precio o cual es; qué es lo que tengo que entregar para dar con ese precio. ”Creo que hubo un aprendizaje de los lamentables asesinatos de  aquellos insignes jueces de instrucción -yo insisto con esta expresión “jueces de instrucción”, hoy estamos por eliminar los jueces de instrucción en Uruguay, en Italia se eliminaron a partir de la muerte de Giovanni Falcone y Paolo Borselino-  hubo un aprendizaje de ese consorcio que supone la mafia y el poder, el poder en el gobierno, el poder económico;  ¿ Para qué matar jueces? Si montamos un sistema donde esos jueces y esos fiscales no surjan, si montamos un esquema que impida que esos jueces y esos fiscales con independencia, con dignidad, no surjan, no tenemos necesidad de eliminar a esos jueces y a esos fiscales.

En el tramo final de la entrevista con el Fiscal Enrique Viana, dijo: “Hay otra cosa que yo le sumo a eso: este sistema de justicia por pactos o delaciones premiadas como se le llama ahora, tiene esta particularidad, es selectiva, es clasista. Porque si tú tienes con qué negociar puedes negociar, pero si tú no tienes, estas entregado. Entonces lo que genera es clasismo, y eso sumado a la hipótesis de extorsión, de chantaje y sumado a que no hay nadie que maneje mejor la extorsión, el chantaje, los pactos secretos, que la Mafia.”


-¿Qué hacer entonces?

 -Yo creo que hay que dar información a  la ciudadanía, insistir. No creo que podamos decir que estemos adormecidos, creo que lo que pasa es que es muy difícil a veces transmitir los entreveros, las ingenierías jurídicas que se están planteando, y que han sido hechas justamente para no ser entendidas. Creo que hay un esfuerzo que unos cuantos ciudadanos estamos dando en ese sentido;  creo que también hay un silencio, muy importante por parte de la academia universitaria, que es a la que uno debería exigirle explicaciones y suministrar las  herramientas para que podamos entender muchas cosas que están pasando. Hay una Universidad también cómplice, muchas veces, es cierto. No me atrevo  a decir que esté directamente vinculada a aspectos económicos pero sí creo que  hay un silencio significativo de parte de la academia universitaria en estos días, que calla frente a cosas que están golpeando a menudo a los ciudadanos. Creo que hay un interés muy importante, lo he podido comprobar, voy a dar un ejemplo de una población muy específica que es la población universitaria, los estudiantes. Pero su problema es que no se encuentran con profesores con las suficientes agallas  como para poder empezar a explicar algunas de las cosas que están pasando en el país. Y eso provoca indudablemente, no lo llamaría un adormecimiento pero si un estancamiento y si, en muchos casos, una involución.

*Foto de Portada: Sintinta.com.ar
*Foto del medio: www.elpais.com.uy