Pero una y otra vez, desde filas mismas de su ámbito laboral a Enrique Viana le pusieron palos en la rueda,  y ni hablar de sus máximos jefes. ¿Incluido el Fiscal de Corte, Dr. Jorge Díaz? .De los hechos se desprende que sí, ya que la resolución de traslado fue rubricada por él. Y este aspecto en particular lejos de asombrarnos, nos desilusionó en gran forma, porque Díaz, en oportunidad de ser titular de un juzgado de crimen organizado aceptó ser entrevistado por nosotros para un documental relacionado con la lucha antimafiosa, el que fuera presentado expresamente nada menos que en la Facultad de Derecho, de la Universidad de Rosario, Argentina, en el año 2009, ámbito en el que Díaz –por esa circunstancia- fue conocido allende el Río de la Plata como un embanderado de la ética y de la coherencia en la lucha en contra del poder mafioso. Firmando la resolución que trasladó a Viana, desafortunadamente, me hace descubrir a un Díaz muy diferente.
¿Y cuáles fueron los argumentos que barajó el Fiscal de Corte y procurador General de la Nación Jorge Díaz,  en su resolución de traslado de Viana?
Según lo difundido por los medios de comunicación, en la resolución se expresa: “es de público conocimiento que Viana ha iniciado múltiples diligencias preparatorias en sede judicial, en las que solicita se intime a diferentes organismos estatales la agregación de importantes volúmenes de información, resultando que en muchas ocasiones estas diligencias preparatorias no habrían sido seguidas del juicio principal posterior”. Se expresa asimismo que el fiscal trasladado “también ha iniciado reiteradas acciones en diferentes juzgados, las que han sido rechazadas por los jueces intervinientes”
Díaz asegura que el modo de proceder de Viana “genera costos importantes y a la luz de los resultados, probablemente innecesarios a la sociedad organizada en el Estado y podría afectar la imagen de la institución”
Luego se consigna que se ha dispuesto una investigación administrativa en la Fiscalía Letrada Nacional en lo Civil de 3er Turno, señalándose por último:”para evitar la continuación de tales conductas, mientras se tramita la investigación, dicho traslado debe ser impuesto a una materia diferente a la que se venía desempeñando”

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 Acto seguido, Enrique Viana y los uruguayos conscientes del atropello nos tuvimos que tragar el sabor amargo de la mala nueva. Una resolución muy concreta sacaba del medio al Fiscal que era conocido en todo el Uruguay, y en el mundo, por iniciar numerosos recursos contra organismos públicos y empresas bajo la sospecha de contaminación ambiental.
Una y otra vez a Enrique Viana lo vituperaron,  y lo ironizaron, al punto de menoscabarle su trabajo, con el único cometido de hacerle entrar en su alma de hombre justo, una sola orden: que ciertos temas más vale no abordar, especialmente cuando se forma parte de la familia del Ministerio Público, de un Estado uruguayo, más próximo de la hecatombe que de la cordura institucional y de la ética.
Tendríamos que historiar en muchas páginas todo el proceso de este Fiscal con mayúsculas, a quien mediáticamente se le conoció como “El Fiscal Verde”, para comprender su trabajo y los motivos por los cuales reiteradamente denunció irregularidades a nivel de multinacionales, cuando se trataba de llevar adelante explotaciones mineras en suelo uruguayo o acciones que permitirían la contaminación de nuestras aguas, de nuestras costas, de nuestros cielos y de nuestras tierras.
Hoy, al momento de redactar estas líneas, los uruguayos nos estamos rasgando las vestiduras porque desde los acartonados medios de comunicación se informa (sin aparentes restricciones) que las aguas del  río Santa Lucía,  en definitiva, el agua del Uruguay ya no es potable.  Y que en el departamento de Maldonado ya no se recomienda tomar agua de la canilla y mucho menos lavarse las manos.
E irónicamente, cuando la noticia de todo este verdadero desastre ecológico y ambiental se da a conocer, tornándose en un tema muy preocupante, muchos son los colegas que exhuman del ayer al Fiscal Viana  para entrevistarlo. Porque de este tema Viana es el único funcionario del Estado idóneo para interiorizarnos sobre todas sus facetas y particularidades. Paralelamente, se siguen registrando más denuncias de contaminaciones.
En la jornada del día 14 de enero, mientras en horas de la mañana Viana era entrevistado por periodistas de Radio Sarandí, el matutino La Diaria publicaba en una de sus páginas: “Cruces peligrosos. Una visita a la zona de Laguna del Cisne donde agrotóxicos prohibidos circulan en el aire y en el agua. Saber que se está fumigando muy cerca de una población es una cosa. Otra cosa es estar ahí y ver qué tan cerca. Hace ya cuatro años que algunos habitantes del área rural de Salinas denuncian el uso de herbicidas y pesticidas que protegen a la soja pero dañan los ojos y los pulmones. Los reclamos llegaron esta semana a la Justicia y movieron engranajes en varios organismos del Estado, que reconocieron públicamente la situación y darán respuestas en los próximos días, pero los vecinos siguen viendo el glifosato cerca y las soluciones lejos.”

¿Muy fuerte no?. Pero no menos fuerte que  haber sido indiferentes cada vez que Enrique Viana hablaba de defender ese rótulo de “Uruguay Natural” (desde hace algunos años una burda mentira) utilizado para darle buen color a los vientos y a los movimientos de los políticos corruptos e insensibles de nuestro país, o de los grupos financieros de nuestras tierras y de tierras lejanas , que agazapados detrás de fronteras veían con muy buenos ojos las bondades de nuestra madre tierra, las permisividades de nuestras leyes y reglamentaciones, apropiadas para dar prioridad a sus proyectos, avasallando normas, derechos y en consecuencia, la salud de la población.

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En medio de esos tiempos de faraónicos proyectos financieros (¿que realmente favorecerían al país?, como lo dijeron los  gobernantes del momento, entre ellos el presidente José Mujica, quien alguna vez tildó de terrorismo a las luchas ecologistas) una voz se hacía sentir en los medios periodísticos y en los pasillos de las fiscalías y de los juzgados; y en las calles; y en las comunidades del interior del país. Era la voz del “Fiscal Verde”, mote que algunos, lo repetían con cierto tono jocoso y de burla, sin darse cuenta que estaban mofándose de un funcionario público honesto que sustentaba muy bien todos sus planteos.
Desde la cúpula misma de Ministerio Público y desde las entrañas mismas de los intereses y las intrigas políticas de turno, durante la administración Mujica, le hicieron la vida imposible al Fiscal Viana; y durante la administración Vázquez lo ejecutaron : primero acusándolo de una posible falta de idoneidad para el ejercicio de la función fiscal; y segundo (luego de permanecer suspendido unos meses)  reintegrándolo a su función de Fiscal, pero ya no en el ámbito civil, sino en el ámbito de Menores. Una manera muy elegante de clavarle una daga por la espalda, pero sin mancharse las manos de sangre, aunque sí de mucha hipocresía y de mucho cinismo.
Cada vez que Viana era requerido por los periodistas, no bien se conoció su suspensión como Fiscal Letrado en lo Civil, fiel a su estilo, sin sulfurarse, y con mucha idoneidad (como lo sigue haciendo en nuestros días), respondía con la serenidad  de los hombres justos y honestos, que haberlo alejado de su cargo “y en particular poner en duda mi idoneidad es un intento de agraviarme. Alcanza con caminar por la fiscalía y preguntar por Enrique Viana. Yo no quiero ser pedante, pero invito a cualquiera a caminar por la fiscalía para que pueda comprobar si yo soy idóneo o no. Es más, uno de los planteos que voy a hacer es pedir una investigación para que se determine si soy o no una persona idónea para ejercer la tarea”
Los grupos ambientalistas, los grupos defensores de la tierra y organizaciones que siguen la línea de protesta ante las posturas no constitucionalistas del gobierno, sus amigos y colaboradores más cercanos, algunos abogados como él y otros no,  no tardaron en pronunciarse, llegando incluso a protagonizar una movilización a las puertas mismas del Ministerio de Educación, en el cruce de las calles Ituzaingó y Reconquista, en la Ciudad Vieja. Movilización que estuvo liderada y arengada por el abogado Gustavo Salle, luchador incondicional de las causas ambientalistas, entre otras que se relacionan con la justicia y la verdad de los pueblos.


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Mientras esa movilización ciudadana se hacía sentir en las proximidades de la sede del Poder Ejecutivo de la Plaza Independencia, el grueso de los fiscales colegas de Viana, optaron por lo más cómodo: guardar silencio y no involucrarse en demostraciones de apoyo. Al Fiscal Viana sus colegas lo dejaron solo.
“En una nueva expresión de la continua escalada de autoritarismo, este gobierno, de servil sometimiento a los designios del capital financiero internacional, se ensaña con el Sr. Fiscal, Dr. Enrique Viana, celoso defensor de la Constitución, los bienes naturales, el ambiente y la soberanía nacional, desplazándolo de su función con el fin de acallar su voz, eliminando así otro obstáculo para seguir imponiendo este modelo de entrega. Esta medida lejos de rebajar su estatura a los ojos del pueblo, exalta su figura de incansable defensor de nuestras leyes y nuestro patrimonio” fue la posición pública de la Asamblea Nacional Permanente en Defensa de la Tierra, el Agua y los Bienes Naturales, en apoyo a Enrique Viana, rechazando enérgicamente la medida dispuesta “ya que atenta contra los intereses generales de la población”
El Colectivo de Lucha por la Tierra expresó en un comunicado  del 22 de octubre del 2015 “su más enérgico repudio a la persecución intimidatoria contra el Dr. Enrique Viana, nuevamente sancionado profesionalmente por su insobornable denuncia pública del saqueo y la depredación de los mega proyectos extractivistas  y por cuestionar las medidas inconstitucionales que aumentan la pérdida de una muy dudosa independencia del Poder Judicial. El traslado del Fiscal Viana a la fiscalía de menores  se inscribe en la misma orientación coercitivo-represiva que condujo a la sanción y el traslado de la jueza penal Dra. Mariana Mota por su voluntad decidida de esclarecer alrededor de medio centenar de casos de delitos de lesa humanidad de la dictadura”
Cuando una mañana de este enero, que corre vertiginoso (y muy caluroso en el Uruguay del 2016) el periodista Jaime Clara de radio Sarandí, al final de un diálogo con Viana, en torno a la no potabilidad del agua en el Uruguay y otros temas relacionados con su desempeño como Fiscal en los últimos años, preguntó a Viana si veía la posibilidad de que otro Fiscal seguiría su línea de defensa del medio ambiente, la respuesta obtenida fue categórica y en extremo preocupante.
-No señor. No creo que haya otro Fiscal que se mantenga en mi postura, porque las medidas que se aplicaron en mi persona y en mi función constituyen un mensaje muy claro para todos los fiscales. Obviamente yo interpuse los recursos correspondientes para demostrar que las medidas no fueron adecuadas y ajustadas a las normativas. Ahora aguardo las respuestas y estas seguramente se irán dilatando en el tiempo,  una cuestión administrativa que será lenta.
¿El mensaje que alude Viana, será (o es) solo para los fiscales? Obviamente que está dirigido a los fiscales, pero lamentablemente no me atrevería a decir que es exclusivo para ellos. Todo me indica que es un mensaje claro para la ciudadanía. Menoscabar y desprestigiar a un Fiscal, no es un episodio que se circunscribe al ámbito técnico de quienes protegen el medioambiente, sino que va más allá, porque los daños que se causan al profesional no son menores.
¿Es tan difícil hacer comprender este punto a la ciudadanía?. ¿Somos tan ciegos ante este atropello?.¿Somos tan ciegos –o nos conviene ser ciegos- cuando vemos a un país sumido en escándalos como los de Pluna y Ancap, sin considerar otros hechos?
Estamos viviendo tiempos de revolucionar nuestras ideas. Estamos viviendo tiempos de abrir el abanico de nuestra conciencia, y de no encapsularnos en los límites territoriales. Estamos viviendo tiempos de comenzar a comprender que los atropellos tienen un común denominador, en el Uruguay y en el mundo.
Porque si desde estas páginas, por ejemplo, en  más de una oportunidad, hemos hablado del fiscal italiano Nino Di matteo, con su historia de lucha contra la mafia de su tierra y de  su sentencia de muerte que tiene sobre sí -desde hace dos años- desde filas de Cosa Nostra, no debemos ignorar, que su lucha tiene aristas similares a las de su colega uruguayo Enrique Viana. ¿Por qué?. Pues porque si allá en la ciudad de Palermo, en la Isla de Sicilia, el fiscal Di Matteo (que vive literalmente blindado bajo celosa custodia de una docena de guardaespaldas de elite) va venciendo  a la muerte cada día, solo por el hecho de investigar la tratativa Estado-Mafia de los años noventa, acá en el Uruguay, un par suyo, de nombre Enrique Viana –que siempre anduvo y anda sin custodia-  debió sortear otros misiles que desde el Estado le lanzaron para denostarlo y acallarlo, porque molestó y fue contra ciertos intereses.
En el Uruguay, no hubo sobre Viana  una sentencia de muerte de Cosa Nostra, pero sí hubo un episodio confuso y extraño, del cual fue protagonista, que se registró a las puertas de su casa, hace unos dos años. Fue en horas de la noche. El Fiscal Viana al llegar a su casa luego de un agotador día de trabajo, fue atacado por dos desconocidos que intentaron “rapiñarle” , sugestivamente, justo en épocas en que había intensificado su labor en contra de las mineras a cielo abierto. Enrique Viana  salvó su vida de milagro, luego de trabarse en lucha cuerpo a cuerpo con los dos atacantes, que antes de huir, y sin llevarle dinero alguno,  lo  balearon  en las piernas. Recuperado de sus heridas, Viana restó trascendencia al hecho no sin antes distanciarlo de toda suerte de maniobra intimidatoria o de atentado, continuó con su labor, como si nada hubiera ocurrido. En concreto, atentado o no atentado, Viana no se dejó presionar ni tampoco se dejó amedrentar. Y eso vale mucho.
Pocos años después, los titiriteros y los títeres de siempre igualmente lo “sacaron del medio” y lo “ejecutaron” sutilmente (civilmente).  Para ello optaron una metodología de tinte mafioso, por lo sutil y cruel. Apelaron al uso y al abuso del poder, de la intriga y des desprestigio. Dadas las circunstancias no era conveniente que corriera su sangre por los pasillos de su despacho.  Una serie de medidas disciplinarias y tecnicismos muy bien pensados eran más que suficientes, para tumbarlo. Y lo lograron, desgraciadamente.

El silencio  que se le impuso fue tan demoledor como un arma de fuego. ¿Por qué? Porque si bien hoy, podemos respirar tranquilos (y el mucho más, por cierto), porque no hubo una pérdida física, no debemos dejar de pensar que al mismo tiempo sí la hubo, porque todos nosotros perdimos una pieza clave en el ajedrez de la sociedad uruguaya moderna; porque perdimos un Fiscal honesto, valeroso y tenaz, que defendía a viva voz a la madre tierra y a la Constitución de la República, desde un sitial de privilegio. Y hacerlo, como Enrique Viana, en el  Uruguay “Progresista” de hoy, resulta más un  pecado que una virtud a tomar como ejemplo. Lamentable. Decididamente muy lamentable.  
Ergo, ahora nos toca a nosotros quebrar ese silencio execrable y perverso, al que está sometido Enrique. Ahora nos toca, seguir apoyándolo, no dejarlo solo,  hablar de la lucha a favor del medioambiente, denunciar y reclamar que las leyes se cumplan, y que quienes estén formando parte del andamiaje judicial las hagan cumplir.
Sin el Fiscal Enrique Viana ahora hay que hacer todo lo posible por no dejarse contaminar por el Estado. ¿Usted qué piensa hacer como ciudadano? Nosotros, desde esta redacción la tenemos muy clara, aunque  las aguas del “Uruguay Natural” ya no sean tan claras ni potables.

*Foto de portada: Fiscal Dr. Enrique Viana. Foto La Hora Verde.Com
*Foto inferior: Fiscal Enrique Viana y Fiscal de Corte Dr. Jorge Díaz. Foto Radio Universal
*Foto inferior última: Cartel en movilización en apoyo a Viana.Foto El Pais. Marcelo Bonjour
*Foto inferior: Dr. Gustavo Salle en movilización en apoyo a Viana.Foto El Pais. Marcelo Bonjour