Viernes 11 Octubre 2024

1 PlaccaMedinageorges430Por Jean Georges Almendras

A trescientos sesenta y cinco dias de los fogonazos de plomo que acabaron con las vidas del periodista Pablo Medina y de su asistente Antonia Almada, y mientras los sicarios siguen libres y el ideólogo está entre rejas y todavía en el Brasil, los recordatorios y los homenajes a los caídos coparon las ciudades de Asunción y de Curuguaty, extendiéndose inclusive al mismo terreno donde la sangre de los periodistas significó un nuevo atentado contra la libertad de expresión y la democracia paraguaya.

El abanico de la presión popular reclamando justicia se abrió de tal forma y con tanta vehemencia que desde filas del gobierno de Horacio Cartes también se esmeraron en “acompañar” y remarcar el apoyo a la causa  Pablo Medina.


“A través de un comunicado, el presidente de la República Horacio Cartes recordó como héroe al periodista Pablo Medina. Cartes expresó su solidaridad con la familia y los amigos de los desaparecidos y luego se refirió a los periodistas como héroes. En Pablo idealizamos el esfuerzo de todos los periodistas que luchan por conseguir una información que revele la verdad de los hechos. Estos héroes de la prensa imprescindibles para construir un país mejor, decente y más transparente. Posteriormente, puso énfasis en que la transparencia es uno de los ejes innegociables de su administración para luego destacar el trabajo hecho bajo su mando para el esclarecimiento de la muerte de los colegas” reseñó el diario ABC Color.


¿El apoyo de la oficialidad tuvo más un tinte de hipocrecía que de adhesión y de sensibilidad ?
¿El apoyo de la oficialiadad fue una vez más un recurso para mantener incólume la imagen del gobierno? Una imagen, que por otra parte ya está suficientemente deteriorada por los cuatros costados, dentro y fuera del territorio nacional.


“Más adelante señaló que el deseo de su mandato (el de Cartes) es que la prensa trabaje de forma libre en Paraguay, comprometiéndose posteriormente a trabajar  para hallar estratégias que permitan que los comunicadores obtengan una mejor y mayor protección para cumplir con sus respectivas funciones” prosigue ABC Color.

¿Por qué y bajo qué parámetros el presidente Cartes se acuerda de la prensa libre en el Paraguay, recién a un año de los dos crímenes de Villa Ygatimi?¿ Será que hasta allí puede llegar el cinismo de un gobernante?¿El compromiso de dar una mayor protección a los comunicadores, acaso no ha sido una asignatura pendiente durante la administración Cartes, y durante las anteriores?¿Fue necesario que muriera Pablo Medina para que a Cartes se le ocurriera trabajar en ese sentido?¿ Fue necesario que trascurrriera un año de su muerte para que Pablo recién fuera calificado por el primer mandatario como héroe?¿Antes que era Pablo?¿Era una piedra en el zapato de los intereses en común de los políticos corruptos y el narcotráfico?

¡Vaya concepto de héroismo que tiene el presidente de la República del Paraguay¡
¿ O quizás ocurra que se trate de una mera amnesia, haberlo ignorado como tal antes de que la criminalidad organizada de la frontera (o de la narcopolítica) pusiera fin a su vida?

Pero dejando de lado estas interrogantes, si acaso por unos segundos, hay una realidad, que parece contrastar con el concepto de heroísmo del presidente Cartes.

Cumplido ya un año de la demencial y poco estratégica decisión de Vilmar “Neneco” Acosta de ordenar la muerte del periodista, como una suerte de venganza ciudadana (desencadenando una tormenta en la zona fronteriza dominada por el narcotráfico y en los cimientos más recónditos del sistema político paraguayo) la sociedad paraguaya sigue derramando lágrimas y sigue atenta a los acontecimientos.

¿Qué acontecimientos?
Estos: el autor intelectual del doble crimen espera detenido en el Brasil, su extradición (mientras sus abogados  desesperados apelan al uso de nuevas chicanas para retardarla) ; los autores materiales del atentado -Wilson y Flavio Acosta- siguen prófugos; y la impunidad continúa siendo un fantasma deambulando por las calles y  los caminos de tierra colorada del Paraguay

 
Durante todo un año el periodismo paraguayo, liderado por los colegas de Pablo Medina, del diario ABC Color -donde trabajó por casi 16 años- movilizó las aguas de la indignación y del reclamo ciudadanos, para que se haga justicia. La movilización  no tuvo respiros,  extendiéndose al periodismo internacional (y obviamente también  a nosotros, porque formaba parte de nuestra redacción y nuestro afecto) y a la familia Medina, ámbito en el que desafortunadamente, en el mes de enero, se vivió el muy amargo trance del deceso de Angela Velázques, madre de Pablo Medina, quien no pudo conocer la captura del ex intendente “Neneco” Acosta, ni tampoco toda la ridícula farsa que intentó montar para hacerse pasar por brasileño, para de esa forma neutralizar su traslado a la ciudad de Asunción para ser juzgado.

En vísperas del 16 de octubre de 2015 los dados respecto a la suerte de Acosta parecían estar echados, hábida cuenta de que a comienzos de mes se llegó a ratificar su extradición al Paraguay desde las entrañas mismas del máximo órgano judicial del Brasil, pero finalmente, al llegar la jornada del primer aniversario de los asesinatos, aún ni miras de la tan mentada y anunciada extradición.  
 

En los actos por el aniversario de la muerte de Pablo Medina y Antonia Almada llovieron enérgicas expresiones contra el poder político y el mismísimo Cartes.

En el curso del acto que se realizó en la ciudad de Curuguaty, organizado por Antimafia Dos Mil y familiares de Pablo, Olga Bianconi, esposa del periodista, dijo: “Nos tocó muy profundo este dolor y aún estamos sin Pablo, aún estamos sin justicia en Paraguay y yo pido con mis dos hijos que haya justicia, pedimos al Gobierno que haya Justicia”

También en Curuguaty el senador liberal Luis Alberto Wagner dijo “Nosotros los de la Comisión Bicameral de Investigación, para hacer el seguimiento sobre el caso, nos hemos reunido con el fiscal general quien es el responsable principal del equipo de investigación. Le mostramos quienes son los protectores de la mafia y nos dijo que nos falta fiscal para la investigación. Neneco no es que está solo, él es parte de una red de delincuentes del narcotráfico, rollotráfico;de todo el crimen organizado”

Wagner, recordando una reciente visita de Cartes a Salto del Guairá, donde participó en un acto con la diputada Cristina Villalba, madrina de Vilmar “Neneco” Acosta, agregó:”El Presidente de la República se abraza con los principales sospechosos y que tienen que ser investigados como parte de la cobertura a la mafia”
 
La Jefa del área interior de ABC Color, Magdalena Benitez, en el acto que realizó en el lugar donde mataron a Pablo y Antonia, y donde se colocó una placa, dijo: “tarde o temprano, los protectores, los padrinos de Vilmar Acosta van a ser desenmascarados ante la Justicia”

Todos los Concejales muncipales de la ciudad de Curuguaty, a excepción de dos ( Agustín Pio Ramírez, imputado por presunta desforestación; y Julio Colman,investigado por presunto hecho de corrupción) aprobaron que una plaza, ubicada en al barrio Industrial, lleve el nombre del periodista Pablo Medina.

En un oficio religioso realizado a las puertas del diario ABC Color,en Asunción, los sacerdotes Pedro Simón y Humberto Villalba coincidieron en afirmar que “Se trató siempre, desde el comienxo de los tiempos, de matar u ocultar la verdad. El periodista y el periodismo son los que se encargan siempre de que la verdad flote, se sepa, de que la verdad sea una verdad viva. Por eso nuestra certeza de que Pablo está gozando de esa verdad”

En el mismo acto, Rafael Montiel, corresponsal de ABC Color en Misiones fue mucho más directo: “Pablo Medina, un hombre honrado, justo, valiente, tuvo la bravura de enfrentar al crimen organizado que tenia sometido a su tierra Curuguaty y a todo el departamento de Canindeyú. Pablo Medina dión su vida, dio su sangre, regó la tierra para poder desnudar la mafia institucionalizada”

No hay palabras (no alcanzarían ellas) para resumir o definir el sentimiendo de ausencia que nos embarga a todos, tras la pérdida de un hombre que en toda su existencia como hombre, padre de familia y periodista, no supo cosechar nada más que valores y heroísmo. No alcanzarían los espacios del periodismo nacional para tildar a Pablo Medina, de héroe, desde el momento mismo en que abrazó la tarea de informar.

A nosotros, claro. Porque al Presidente Cartes, nada menos que el jefe de Estado,  le llevó un año descubrirlo como tal. Paciencia. Por algo será.