minsk430DESPUÉS DE MINSK LOS OBSTÁCULOS PREVALECEN SOBRE EL OPTIMISMO

Por Giulietto Chiesa - 12 de Febrero de 2015

En el torbellino de interpretaciones de los resultados de la cumbre de Minsk – “formato Normandía” – se podrá ver algo claro solo después de una atenta lectura de los documentos finales. Por ahora, dejando de lado optimismos demasiado aventurosos, en primer lugar es necesario evaluar los obstáculos que se anteponen a su ejecución.
Fuera de la mesa de negociaciones, alrededor de la cual se encontraban sentadas Rusia, Francia, Alemania y Ucrania, había y hay muchas fuerzas hostiles a todos, o a una gran parte, de los compromisos asumidos.

Los Estados Unidos no estaban y eso es algo crucial, porque Washington era, y es, de la postura de armar a Ucrania en forma masiva. No está claro si esta es la posición de Obama, pero algo seguro es que es la posición de quienes deciden en el Senado y en la Cámara de los Representantes y que son los que al final tienen el poder de decisión americano. Detrás suyo faltaba la cola de los vasallos europeos de los USA: Polonia, Estonia, Letonia y Lituania. Estaba Poroshenko, pero en su sombra estaban los nazis de Kiev, los oligarcas amigos que financian los escuadrones de la muerte como el famoso “batallón Azov”, los “jugadores de piedra”.
Todos estos “disidentes” juntos, bajo el paraguas USA, pueden llegar a provocar muchos problemas en las próximas semanas. Las agencias muestran las fotografías de las largas filas de tanques de guerra que ya están listos en la frontera polaca. Y los aviones caza de la OTAN ya están listos a despegar a pocos kilómetros de la frontera rusa, a lo largo de todo su arco europeo. Por lo tanto todo tipo de optimismo queda fuera de lugar. Vladimir Putin ha sido el primero en hablar, significativamente después de la maratón de negociaciones, conteniendo el optimismo, pero era satisfecho.
Y es comprensible, desde su punto de vista. Tres importantes países europeos (Gran Bretaña no estaba pero había hecho saber que era contraria al envío de armas a Ucrania) han cambiado su ruta en cuanto a la línea de Washington. Aquí no diremos ningún elogio simplemente porque en la política las acciones siempre corresponden a intereses y, evidentemente, Berlín, París y Londres han sacado sus cuentas concluyendo que el desastre (por otro lado, provocado por ellos mismos) podría transformarse en una catástrofe para ellos. Es un hecho que los esfuerzos rusos para favorecer una fractura del bloque occidental han tenido éxito, por ahora. Ahora veremos si Merkel y Hollande, que se han asumido el papel de garantes de Europa, lograrán transformar la posición que ellos han tomado en la “posición de Europa”, por completo. De Polonia y los Países Bálticos ya lo he dicho. La Italia de Matteo Renzi es el pájaro del bosque, a pesar de que Paolo Gentiloni, Ministro de Exteriores y Federica Mogherini, Ministra de Exteriores europea, se hayan movido según la línea de Merkel-Hollande. Grecia apoyará. Los demás ni siquiera fueron consultados.
La situación en Kiev es más difícil. Allá dominan directamente los Estados Unidos. Poroshenko no es una paloma. Jatseniuk es casi un nazi. La Rada es una platea de perros rabiosos ruso-fóbicos, lista para rechazar cualquier plan de paz. En el campo de batalla los únicos que toman la iniciativa, cuando pueden, son los nazis de sector Derecho y los ultras de Svoboda. Si no se los obliga no aceptarán y no aplicarán ningún cese del fuego.
Pero el segundo factor, que ha vuelto muy pesada la espada de Moscú en la negociación, ha sido la derrota del ejército ucraniano. Putin ha revelado que sobre este aspecto central hubo una fuerte pulseada durante la noche. “De seis a ocho mil hombres del ejército de Kiev” están atrapados en Debaltsevo.Poroshenko no lo sabía. Ha sidonecesario convocar a los expertos militares de ambas partes para comprobar que Rusia estaba garantizando la supervivencia física de ese contingente. Si los rebeldes de Donbass no hubieran sido frenados por el Kremiln, Debaltsevo ahora sería un gigantesco cementerio. Muy probablemente no solo de cadáveres ucranianos, ya que fuentes del Donbass hablaban de varios cientos de soldados europeos alemanes, franceses, polacos, bálticos. Esto explicaría además la prisa del viaje de Merkel y Hollande a Moscú. Pero, en concreto, ya no existe un ejército combatiente ucraniano. Y no podrá ser reconstituido a corto plazo, siempre que existiera la posibilidad. En todo caso el problema, para Putin, será el de ocuparse de las milicias ganadoras de Donbass, convenciéndolas de dejar de avanzar, es más, de que retrocedan en las líneas del frente de Septiembre de 2014. Sin embargo es un hecho que Putin, por primera vez, habló explícitamente de la República de Donetsk  y de Lugansk afirmando que la negociación sobre la línea de separación, de pruebas de armas pesadas, de retroceso de las tropas, tendrá que ser hecho directamente por Kiev y por las instituciones de los rebeldes.
Estas son todas cosas pendientes. Así como no es para nada segura la disponibilidad de Kiev para conceder cualquier tipo de autonomía a Donbass, mientras que se excluye por completo cualquier disponibilidad de ambas Repúblicas a permanecer dentro de una Ucrania así. Pero Putin ha sido explícito en este sentido: Rusia no pretende ningún territorio y deja a las partes en conflicto que tomen la decisión a largo plazo, mientras que los cañones no tendrían que disparar. La condicional es obligatoria. Sobre Crimea hay silencio. No se sabe si se ha hablado, pero todo da que pensar que, en cuanto a este punto, no ha habido una negociación. Putin no habría ido a la cumbre de Minsk si se hubiera llegado apenas a ventilar una cuestión por el estilo.
Se ha dado un paso al frente. Un paso que va en la dirección que quería Moscú. Le ofrece a Europa la posibilidad de evitar lo peor, es decir, encontrarse en guerra para defender a un País al que no podrá salvar del desastre. Pero aún no está dicho si Europa será capaz de detener a los USA, y de permanecer unida, al menos en este punto, ya que ya no está unida en casi ninguno de los puntos de su crisis interna. El Fondo Monetario Internacional ha encontrado un préstamo de 15.000 millones de € para Kiev, pero habrá que devolverlo. La crisis continúa. Será difícil detenerla, sanarla será algo largo y doloroso. Para los ucranianos y para Europa.
Extraído de:italian.ruvr.ru
Foto © RIA Novosti/Alexei Druzhinin